Capítulo 3

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-Os encontráis en Et'Sabé, año 1253. Nuestro mundo se divide en cinco continentes: Welat, el continente de la tierra, os encontráis en este ahora mismo; el continente del agua, Dubro, de vastos lagos y mares; el ardiente continente del fuego, Vurr, salvaje y despiadado; el culto y frío Udara, el continente del aire y el maldito continente Celestial. Somos una tierra muy unida, o bueno, éramos...- Naqi'a suspira, claramente conmovida por la situación.

-Me imagino que algo habrá tenido que ocurrir, ¿no es así?- Tatyana apoya su mano en el hombro de la medio gnomo de forma consoladora.

Naqi'a asiente lentamente y nos mira a todos a los ojos uno por uno.

-Hace alrededor de doce años todo era paz y prosperidad para nuestro mundo. Todas las razas y pueblos se llevaban bien hasta que un gran cataclismo hizo que nuestras tierras sucumbieran ante la masacre y la desesperación. Las guerras por las creencias y por el poder corrompieron la mentalidad de muchos. Todo esto fue por un puto clérigo de pacotilla que inició un culto de las artes oscuras. ¡Joder!- La mujer le mete un puñetazo a la pared, haciendo un hueco en esta. Su apretado puño soltando grandes chorros de sangre sobre todo por los nudillos y en la palma, donde sus propias uñas habían sido clavadas.

-Entendemos el dolor que estas tierras han tenido que cargar consigo Naqi'a, la bendigo en nombre de la Sacra Ilíada a usted y al resto de su pueblo.- Arisbeth coge la mano herida de la mujer y cierra los ojos mientras se la acerca al pecho.

La mano de Naqi'a empieza a soltar un resplandor y sus heridas empiezan a sanarse.

-Con esto debería bastar por ahora. Tenga cuidado.

Arisbeth y Naqi'a se sonríen pero la dulce escena es interrumpida por el sonido de una malévola risa al fondo de la taberna. Esa risa por alguna extraña razón me parecía familiar.

-Naqi'a, ¿no se supone que tú eras recta y amable? ¿A qué ha venido eso? ¿Acaso no somos amigos?- Incluso entre tanta respiración entrecortada se podía distinguir la voz, era Ishaia.

Eric, que aún sostenía a Isabella en sus brazos para evitar que esta mirara a lo que pensábamos que era el cadáver de Ishaia, se giró hacia él.

-¿Pero qué? ¿Cómo has...?

Nos giramos todos y nos damos cuenta de que Ishaia está de rodillas en el suelo con un soldado entre sus brazos, sosteniéndole como si de una pareja recién casada se tratara.

-Esto no me da buena espina...- Comenta Ryo, que se pone en guardia automáticamente tras ver la repentina mejora del pelirrojo.

Ishaia tenía el rostro escondido en el cuello del soldado y este, aunque solo se le vieran los ojos por el casco de la armadura, estaba despavorido.

De repente, el soldado suelta un grito de dolor, pero este se va ahogando.

Su cuerpo parecía estar secándose, como si de una pasa se tratara. Su piel se tornaba de un color pálido azulado por cada microsegundo que pasaba, empezando por los labios.

Cuando el quejido de suplicio del hombre se detiene, cae al suelo junto con su casco, dejando al descubierto su cara de terror antes de respirar su último aliento.

-Su cuello.- La voz de Leo estaba entrecortada de la sorpresa y sus pupilas se dilataron ante la escena.

Al posar mis ojos en donde mi compañero había dicho, noté como un sudor frío recorría mi espalda e inconscientemente me retraje un poco.

El fallecido soldado tenía una gran herida en el cuello, por la zona de la vena aorta, pero ni siquiera salía sangre por ella.

Por un momento me cuestioné si siquiera los humanos de esta dimensión funcionaban como la mía, pero al ver algunas gotas de sangre carmesí se deslizaban por los labios de Ishaia, detuve mis hipótesis por un momento.

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⏰ Poslední aktualizace: Mar 01 ⏰

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