6. Confesiones familiares

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En casa, la pregunta que Martin había estado esperando llega mientras cenan sus padres, sus hermanos María y Erik, y él.
—Oye, cariño. —empieza su madre.
—¿Qué?
—La actuación de la semana pasada nos encantó.
—Sí, fue muy bonita, eh. —dice su padre.
—Con Juanjo. —dice su madre.
—Gracias. —dice Martin con cautela.
Sabe lo que le quieren preguntar, pero se da cuenta de que no saben cómo formular la frase.
—Juanjo y yo... —comienza Martin.
—Eso te íbamos a decir, hijo... —dice su padre.
—Sí. Estamos... juntos.
Sus padres intercambian una mirada y sonríen orgullosos.
—Se os ve felices, cariño. —dice su padre.
—Mucho. Y te apoyamos en todo, Martin. Ya lo sabes. —termina su madre, abrazándolo.

—¿Es muy obvio? —pregunta el chico, incapaz de esconder su sonrisa.
—Bueno... —dice su padre.
—Sí, es obvio, Martin. Sois el shippeo más popular. —interrumpe su hermana María.
—¿De... verdad? —pregunta Martin.
—Sí, sí. Le encantáis a la gente, eh.

Martin se siente algo asustado pero a la vez feliz. Él había supuesto que habría cosas, pero no pensó que fueran "el shippeo más popular". Es emocionante.
—¿Qué es "chipeo"? —pregunta su padre de repente, sacándolo de sus pensamientos. Martin y su hermana ríen.

Más tarde María sienta en el sillón a Martin para enseñarle los tiktoks más populares sobre él. Ve edits de "Marruski", y recopilaciones de momentos de él mismo con otros amigos. Sale muy a menudo con Juanjo.
—Pero no es para tanto, ¿no? —pregunta Martin, refiriéndose a lo de él y el aragonés.
—Espera, no has visto nada.

Y comienza a mostrarle edits con los hashtags #juantin, #juanjoymartinot, #juantinedits... Martin está flipando. Hay edits preciosos, que le da hasta reparo estar viendo con su hermana pequeña. Canciones de amor de fondo y secuencias de momentos entre ellos dos: miradas, abrazos, caricias, sonrisas... Hay cuentas que hacen recopilaciones de todos los momentos "Juantin" de cada día, subtitulando en distintos idiomas. Ve un vídeo de ellos entrando juntos a las duchas, y se da cuenta de lo mal que han disimulado. Ríe con otro vídeo de momentos de Juanjo celoso. Martin se siente feliz: la gente lo quiere. Les gusta lo que hace, sus actuaciones, y cómo es. Y les gustan él y Juanjo juntos, y esto le ilusiona mucho.

..............

Juanjo y su madre, Nieves, están en el balcón de su casa, sentados en sillitas con tazas de café en las manos. Nieves lleva todo el día intentando decirle a su hijo algo, y no sabe cómo.
—Juanjito, mi amor. —dice, tras un rato en silencio.
—Ma, que estoy cotilleando, calla. —responde él, observando la pelea entre los vecinos de en frente.
—Escúchame un momento, hijo.
—¿Qué?
—Mira... tú sabes que me puedes contar lo que sea, ¿no?
—Claro... —dice Juanjo, confundido.

—Mi amor... Martin es muy buen amigo tuyo, ¿no?
—Eh... sí. —Juanjo se sonroja hasta las orejas. Ya sabe por donde van los tiros.
—Y... ¿algo más? Me lo puedes decir, hijo.
—Eh...
—Por lo que he visto te quiere muchísimo... y creo que tú a él también. ¿No?
—Algo así, sí...
—Solo quiero que sepas que si es lo que creo que es, me parece genial. Y a papá también.
A Juanjo se le llenan los ojos de lagrimas.
—No quiero que me veáis distinto.
—Eso nunca, mi amor. No te preocupes. Te queremos muchísimo.

Juanjo deja que su madre lo abrace y por primera vez en meses siente que respira de verdad. Más tarde, mientras les cuenta a sus padres que aún no sabe bien qué tipo de música le gustaría hacer, su padre dice:
—Bueno, hijo, nosotros te apoyaremos en todo lo que elijas en tu carrera. Y no solo en eso, también... en lo personal. Solo queremos que tú estés bien.

Juanjo sabe que a su padre le cuesta hablar de estas cosas, así que valora muchísimo el comentario.

...........

Al día siguiente, Martin se acerca a su hermana con cautela, reuniendo el valor para pedirle algo... Le está incomodando mucho solo pensarlo. ¿Qué hace él pidiéndole a su hermana de 15 años su móvil para hablar con alguien de quien lleva solo dos días separado? Se muere de vergüenza, pero necesita oír a Juanjo.
—Oye, María...
—¿Hm?
—¿Me dejas tu móvil? Un momento.
—¿Mi móvil?
—Es que quiero hacer una llamada. Y... no tengo el mío. —dice sintiendo un calor muy repentino.
—¿Y desde cuando llamas? ¿Lo tengo agregado?
—No. No, es que... es Juanjo.

—Ah.
—Bueno, ¿me lo dejas?
—...Sí. Sí. ¿Te sabes el número?
—Sí.
—Vale.
Coge el móvil y se da la vuelta, dirigiéndose a su habitación.
—Ni dos días lleváis separados, eh. —suelta María.
Martin se gira y le mira entrecerrando los ojos.
—Te callas, por favor. —dice.
Está muy nervioso. María sonríe desde el sillón. Si la gente supiera... tiene la confirmación de "Juantin" en su propia casa. Nunca había visto a su hermano enamorado.

Martin cierra la puerta de su habitación con pestillo y se acuesta en la cama. Coge aire profundamente y marca el número de teléfono.
—¿Sí? —pregunta una voz de mujer.
—¡Hola! Quería hablar con Juanjo. Soy Martin. De Operación Tri...
—¡Martin, mi niño! Claro que sí. ¿Cómo estás, guapo? Soy Nieves, la madre de Juanjo.
—Hola, encantado.
—Qué bonico que eres, cariño, qué bien cantasteis Juanjo y tú el otro día.
—Jo, muchísimas gracias. Me alegro de que os gustara.
—Ay, fue precioso, Martin. Mira, te lo paso, ¿eh?

Juanjo está en la cocina escuchando música con sus auriculares, mientras hace una mezcla para una tarta de zanahoria. Su madre entra y Juanjo la ve moviendo los labios. Se quita los auriculares.
—¿Qué? —pregunta.
—Que te llama Martin. —contesta su madre, sonriendo.
Juanjo nota como se le ilumina la cara y no es capaz de disimular su alegría.
Coge el teléfono que le entrega su madre y corre a su habitación.

Cierra la puerta rápido y habla con voz tímida.
—¿Martin?
—Hola, Juanjo. —dice Martin al otro lado de la línea.
—¿Cómo estás? —pregunta Juanjo, sonriendo como un bobo.
—Bien. Te echo de menos.
—Me viste hace menos de 48 horas.
—Me da igual. Te quiero abrazar, te quiero tocar, te quiero besar.
—Ay, amor, calla. —dice Juanjo, riendo.
—Quiero dormir contigo, acariciándote el pelo. Quiero olerte. Me encanta cómo hueles. Y cómo hablas. Y tu sonrisa. —dice Martin, en voz bajita.
—Te quiero. Muchísimo. —dice Juanjo.
—Lo sé. Y... ¿sabes qué?
—¿Qué?
—He entrado a Internet. —dice Martin, misterioso.
—No jodas. ¿En serio?

Martin le cuenta emocionado todo lo que ha visto a Juanjo, que recibe la información con entusiasmo, dando vueltas por su habitación, emocionado e inquieto. Martin le cuenta a Juanjo que la gente sabe que se duchan juntos.
—Disimulamos fatal. Y encima tú silbando.
—A mi no me culpes, cojones, que el actor eres tú.

Después de un rato se cuentan que sus familias lo saben. Martin ya había salido del armario, así que la noticia solo era que estaba con Juanjo. Para el zaragozano fue algo mayor, porque nunca había hablado con sus padres de estas cosas. A Martin se le saltan las lágrimas cuando Juanjo le relata la escena emocionado.
—Jo, me alegro tanto por ti. Porque tus padres hayan reaccionado bien. Ya está dicho, Juanjo.
—Sí. Ahora casi no tengo miedo.
—Y si lo tienes, yo estaré aquí para ayudarte.
—Te quiero, Martin. Y mi madre también, le caes genial.
—Lo he notado cuando me ha cogido la llamada. —ríe Martin.

Más tarde empiezan a divagar, hablando de cualquier cosa.
—Joder, Martin. —dice de pronto Juanjo.
—¿Qué?
—Que llevamos más de dos putas horas hablando.
—Ala. Pues sí.
—Me voy, que mi madre se va a empezar a rayar. —dice Juanjo.
—Sí, yo debería devolverle el móvil a mi hermana.
—Bueno. Adiós.
—Te quiero muchísimo, Juanjo.
—Yo a ti sí que te quiero, amor. Mi pumuki.
—Adiós. —ríe Martin. —Nos vemos mañana, ¿vale? Te quiero te quiero te quiero.
—Guapo.
—Adiós.

Detrás de cámaras - Juanjo y MartinWhere stories live. Discover now