29. Portugal core

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Es de noche y Juanjo y Martin están en la habitación del hotel de Portugal. Ha sido un día intenso pero divertido, y han tenido la suerte de haber estado juntos. Para Martin, la presencia de Juanjo durante la grabación de su videoclip lo ha sido todo. Cada vez que se ha sentido agobiado, nervioso o cansado le ha bastado con una sonrisa de Juanjo para recargarse. Incluso han grabado algunos planos en los que el aragonés estaba presente. Y este, que detecta siempre que Martin está preocupado, ha estado pendiente del vasco todo el día, para decirle cosas bonitas y darle ánimos. Durante la sesión de fotos para la portada del single ha sido su mayor admirador, proponiéndole poses, diciéndole lo guapo que está y colocándole el pelo cada vez que el viento se lo despeinaba. Ahora, a las 10 de la noche, Martin se siente totalmente satisfecho y orgulloso de su trabajo, y tiene la certeza de que parte del éxito es gracias al apoyo de su novio.

—Do, ¿qué haces? —dice, pues Juanjo lleva ya un rato en el baño.
—Ya voy. —contesta el aragonés.
Al cabo de unos cinco minutos aparece con un bote de crema en la mano y le sonríe a Martin, que lo espera acostado boca arriba en la cama.
—Pero qué bebé. —susurra Juanjo.
—¿Qué hacías? —pregunta el otro.
—Nada, amor. El skin care, que esta piel hay que mantenerla. Te voy a echar crema en la cara, ¿vale? Que estás muy seco.
Martin, encantado, cierra los ojos y deja que Juanjo se siente a su lado. Con las dos manos le extiende la crema por toda la cara. Sonríe fijándose bien en las bonitas facciones de Martin: la frente, la nariz, las mejillas, el mentón.
—Qué bien huele... —murmura el vasco.
—¿A que sí?
Cuando termina, Juanjo le planta un beso en los labios y se levanta para ir a dejar la crema en el baño.

Vuelve y se lanza a la cama, sonriendo. Apaga la luz grande de la habitación, y quedan iluminados por la tenue luz de la lamparita de noche. Se acurrucan juntos, Martin abrazado a Juanjo y le deja unos besitos cariñosos en el cuello. Juanjo empieza a acariciarle el pelo al vasco, que sonríe ensimismado.
—¿Te ha gustado la grabación? —dice Martin, en voz baja.
—Me ha flipado. Y a la gente le va a encantar, Martin. La estética es tan bonita y tan tú...
—Gracias, Do.
Juanjo le da un beso en el pelo.
—¿Estás bien? —pregunta el aragonés.
—¿Yo? Sí.
—¿Seguro?
—Sí. —dice Martin.
—Tengo hora con la psicóloga esta semana. ¿Seguro que no quieres que te pida cita? —le pregunta Juanjo.
—Que no, Do. Estoy bien, tranquilo.
—Ya. Pero a veces te saturas... Y ahora con esto del single va a haber muchísimo movimiento y entrevistas y promo... Es que siento que te vendría bien hablar...
—Pero, Juanjo, si ya te lo cuento todo a ti.
—Ya, pero yo no sé ayudarte en plan profesional, y quiero que estés bien.
—Juanjo, confía en mí. Cuando sienta que necesito más apoyo del que tú ya me das, lo pediré. Pero por ahora... no tengo ningún problema que no se solucione estando contigo.

Juanjo sonríe con las palabras de Martin, y le acaricia la mejilla al chico.
—Te quiero muchísimo. —le susurra.
—Yo te quiero más, Juanjo.
El más mayor apaga la luz pequeña y los dos cierran los ojos, inspirando el olor del otro. Se duermen enseguida.

A la mañana siguiente se levantan muy felices: tienen hasta las dos de la tarde para disfrutar de Portugal, juntos y por su cuenta. Pero están cansados y no les apetece hacer turismo, así que desayunan y se visten para irse juntos a la playa. Esta está al lado del hotel, así que van caminando. Está totalmente vacía, y Juanjo extiende una toalla grande en la arena. Se quitan las zapatillas y los calcetines y se acuestan sobre la toalla. El día está nublado pero hay un rayito de sol que les da calorcito. Martin coge la mano de Juanjo y se la lleva a su pecho, entrelazando sus dedos con los de su novio. Con los ojos cerrados disfrutan de la brisa, el murmullo del mar, el olor a sal, la arena bajo sus pies...
—Qué paz. —susurra Juanjo.
—Quiero estar así para siempre. —dice Martin.

Después de un rato, Juanjo cambia de postura, acurrucándose contra Martin, abrazándolo con sus brazos y rodeándolo con una pierna.
—Te quiero. —le susurra Martin, acariciándole el pelo. —Voy a estar siempre a tu lado.
—A tu vera. —añade Juanjo.
Ambos ríen.
—Sí, a tu vera... "A tu vera" en la gira, qué tortura va a ser eso. —dice Martin.
—Oye, ¿tortura?
—Es que me pone muy triste. Solo puedo relacionarla a estar solo la primera semana, alejado de ti... me cuesta mucho oírla.
—Pero es que puedes cambiarle el significado, Martin. Puede ser muchas cosas, cosas bonitas. Y más ahora.
—Ya lo sé, si es una canción preciosa, pero no puedo evitar transportarme ahí.

Juanjo se queda un rato pensativo y luego se le ocurre una idea.
—Te la voy a cantar ahora.
—¿Qué? ¿"A tu vera"? —pregunta Martin, confuso.
—Sí. Y tienes que escuchar la letra, no solo oírla, escucharla bien.
—Pero, Juanjo-
—Hazme caso un momento. Tú escúchame. Deja la mente en blanco y concéntrate en mí. —le dice, sonriendo emocionado.
Juanjo se sienta y tira del brazo de Martin para que este también se incorpore. Se sientan cara a cara, ambos de piernas cruzadas. Martin cierra los ojos y respira hondo. Luego los abre y clava su mirada en Juanjo, sin poder evitar sonreír. Juanjo le canta aguantándole la mirada, con los ojos llenos de amor y sinceridad.

A tu vera
Siempre a la verita tuya
Siempre a la verita tuya
Aunque yo de amor me muera

Le da las manos a Martin, que las coge sin pensárselo, y le acaricia la suave piel con sus pulgares. El vasco lo mira con intensidad, está escuchando.

Mira que dicen y dicen
Mira que la tarde aquella
Mira que se fue y se vino
De tu casa a la alameda
Ayer, hoy, mañana y siempre

Esta última frase la canta acercándose mucho a la carita de Martin, queriendo que le llegue bien el mensaje: van a estar juntos siempre. Para el final de la canción, se juntan aún más, Juanjo coloca sus manos en las mejillas de Martin y este junta sus manos alrededor de la espalda del aragonés. Martin, conmovido, se une a su novio y canta la voz aguda de la canción en esta última parte. Ambos sonríen mirándose a los ojos con cariño.

Y eternamente a tu vera
Eternamente a tu vera
A tu vera, siempre a la verita tuya,
Siempre a la verita tuya
Hasta el día en que me muera
Hasta el día en que me muera

—Hasta el día en que me muera. —repite Juanjo, en un susurro.
—Jo... —dice Martin, sonriendo con los ojos brillantes.
—Ves, ya puedes conectar con otro sentimiento cuando escuches esta canción. Tú y yo... en una playa de Portugal... después de haber grabado tu primer videoclip, que es precioso... a punto de llegarnos muchísimas cosas buenas... queriéndonos mucho, y prometiéndonos estar juntos para siempre.
—Te quiero. Eres lo mejor que me ha pasado, Juanjo. —dice Martin.
—Yo sí que te quiero. Mi chico, mi primer amor.
—Es que hemos sido el primer amor real del otro. Eso es muy bonito.
—Bueno, tú has sido mi primer todo, Martin... Y qué suerte tengo de que hayas sido tú. —susurra Juanjo.
Martin le ataca con un beso, completamente enamorado.

—Osita, que tenemos que coger un tren en cuarenta minutos. —suelta Juanjo, un rato después.

Y así, con prisas, se despiden de Portugal.

Detrás de cámaras - Juanjo y MartinΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα