Una entrevista con Márquez

7 1 1
                                    



En la penumbra de mi habitación, el eco de las palabras de Márquez resuena en mi mente como un lamento sin fin. "No sabemos amar sin tocar", murmuro para mí mismo, tratando de comprender cómo explicarle a ella lo que siento. ¿Cómo transmitirle que, sin verla, sin tocarla, sin sentir su presencia física, me he entregado a sus pies?

Cada noche, en la soledad de mi alma, he recurrido a rituales absurdos en busca de fortuna. Los tréboles de cuatro hojas que crecen en el jardín de mi casa, las estrellas fugaces que atraviesan el firmamento, cada destello del reloj marcando el momento exacto del deseo. ¿Cómo describirle que ha penetrado hasta lo más profundo de mi ser, que incluso en mis sueños la veo, con su sonrisa mágica, sus ojos achinados destellando alegría, sus labios esbozando la promesa de un amor que trasciende la realidad?

Sus labios... ah, esos labios que han cautivado mi imaginación y han despertado emociones que nunca creí posibles. ¿Cómo explicarle que me he enamorado sin miedo, sin presión, sin la necesidad de escuchar palabras de amor? Soy un alma errante que se ha entregado a ella, no con el cuerpo, sino con el corazón. Me he enamorado de sus letras, de sus mensajes, de la esencia pura de su ser. Y en este torbellino de sentimientos, en esta danza de emociones, he encontrado el verdadero significado del amor: un lazo que trasciende lo físico, un vínculo que une nuestras almas en un éxtasis eterno.

En esta batalla sin fin, he perdido mi corazón en el laberinto de sus palabras, en el eco de su risa, en la dulzura de sus gestos. ¿Cómo explicarle que mi amor por ella es un fuego que arde sin consumirse, una llama eterna que ilumina mi oscura existencia?

Cada suspiro es un recordatorio de su ausencia física, de la distancia que nos separa y del deseo irrefrenable de sentir su piel contra la mía. ¿Cómo decirle que en cada latido de mi corazón late su nombre, que en cada sueño la veo reflejada en el lienzo de mis deseos más profundos?

He buscado en vano las palabras adecuadas, las metáforas precisas que puedan transmitir la magnitud de lo que siento. Pero el amor no entiende de razón ni de lógica, es un torrente indomable que arrastra todo a su paso, un vendaval de emociones que me consume sin piedad. 

Sombras y SiluetasWhere stories live. Discover now