Un amor a tiempo

5 1 1
                                    


Dedicatoria:  Para aquel gato negro que se adentró en mi ser, dejando sus huellas en cada rincón de mi corazón.


Esto ocurre una vez cada varias vidas, un fenómeno tan raro como impactante. Estos químicos, como una avalancha de emociones, me golpean sin piedad, sacudiendo mi ser como el viento agita las hojas en otoño. En los recovecos del pasado yacen las marcas, los tatuajes, las cicatrices de amores antiguos, pero no has logrado comprender aún que el tiempo completo para una persona es una ilusión efímera. Y no es que no ames, no es que no sientas el torbellino de emociones que te consume, sino que el tiempo, ese concepto tan relativo, se entrelaza de maneras incomprensibles en nuestras vidas.

El tiempo es una entidad esquiva, un concepto que se retuerce y se desvanece entre nuestras manos como el agua que se escapa entre los dedos. Es relativo en la ciencia, donde los relojes cósmicos marcan el ritmo del universo, y es relativo también en nuestra forma de expresarnos, donde un instante puede parecer una eternidad y una eternidad puede pasar en un suspiro. Pero, ¿por qué el tiempo nos resulta tan esquivo cuando se trata del amor?

Puedes amar con la misma intensidad a alguien que acabas de conocer hace unos meses como a alguien con quien has compartido años de tu vida. El amor no entiende de cronologías ni de calendarios, es un fuego que arde sin importar cuánto tiempo haya transcurrido desde su encendido. Y sin embargo, nos aferramos a la idea de que el tiempo es un juez implacable, un cronómetro que marca el final de cada historia de amor.

Nos empeñamos en medir el amor en años, en meses, en días, como si la duración de una relación fuera el único indicador de su validez. Pero el amor no se puede encapsular en un marco temporal, no se puede limitar a un espacio determinado. Es una fuerza salvaje y desbordante, que se escapa de nuestras manos y desafía las leyes del tiempo.

Entonces, ¿por qué nos cuesta tanto aceptar que el amor no entiende de tiempo? Quizás sea porque el tiempo, con su implacable paso, nos recuerda nuestra propia mortalidad, nos confronta con la finitud de nuestras vidas y de nuestras relaciones. Nos enfrentamos al miedo a perder, al miedo a que el reloj marque el final de nuestro amor antes de que estemos listos para dejarlo ir.

Pero en medio de esta lucha contra el tiempo, hay una verdad que se impone con fuerza: el amor no conoce límites temporales. Puede florecer en un instante y perdurar para siempre, puede transformarse con el paso de los años y seguir ardiendo con la misma intensidad. El amor trasciende el tiempo, desafía las leyes del universo y nos recuerda que, al final del día, lo único que importa es el momento presente, el aquí y ahora en el que nos encontramos unidos por el vínculo sagrado del amor.

¿Crees que me marcharé solo porque no puedes estar las veinticuatro horas del día demostrando tu amor? ¿Acaso no notas que no puedo irme? He librado una batalla que nunca tuve intención de ganar. Siempre quise ser prisionero de tus ojos, esos orbes avellanados que me transportan al firmamento. No desviemos la mirada, ¿acaso no notas que no me iría? ¿No has descubierto que tu tiempo, el que has decidido compartir conmigo, es todo lo que necesito para quererte?

No necesito que tu día entero ni toda tu noche estén dedicados exclusivamente a mí. Quizás en el pasado intentaron cortarte las alas, intentaron encerrar a un ser libre como tú, atarlo a un vacío oscuro que opacara tu brillo. Pero yo no soy de esos. Yo te quiero en tu totalidad, en tu plenitud y en tu libertad. Te quiero con la luz del día y con la oscuridad de la noche, con tus risas y tus silencios, con tus sueños y tus miedos.

No me iré, porque cada instante a tu lado es un regalo, una bendición que atesoro en lo más profundo de mi ser. No necesito grandes gestos ni demostraciones extravagantes de amor. Tu presencia, tu compañía, tu tiempo compartido son suficientes para alimentar el fuego que arde entre nosotros.

Así que no temas, mi amor. No temas que me vaya, porque mi corazón está aquí, contigo, latiendo al ritmo de tu amor. No temas que me marche, porque no hay lugar en este mundo donde pueda ser más feliz que a tu lado.

Tengo claro que no me iré, que no necesito absorber tu tiempo para sentirme completo. Tengo claro que te quiero tal como eres, rebelde, perdida en tus propios mares de emociones. Tengo claro que el tiempo es relativo, que a veces se escurre entre los dedos como arena, pero que lo que realmente importa es el momento presente, el instante en el que nuestros corazones laten al unísono.

Tengo claro que quiero amarte con todo lo que eso implica, con todas las luces y sombras que conlleva el amor verdadero. Quiero amarte con mi más sincero y puro sentimiento, sin reservas, sin condiciones, entregándome por completo a esta pasión que nos consume.

Porque en medio de la incertidumbre y el caos del mundo que nos rodea, hay una certeza que brilla como una estrella en la noche oscura: nuestro amor es real, es eterno, es lo único que importa en este vasto universo. Y mientras estemos juntos, enfrentaremos cualquier desafío, superaremos cualquier obstáculo, porque nuestro amor es más fuerte que cualquier adversidad.

Así que aquí estoy, dispuesto a seguir adelante, a caminar juntos por el camino de la vida, con la certeza de que nuestro amor nos guiará, nos sostendrá y nos dará fuerzas para enfrentar lo que sea que el destino nos depare. Porque contigo a mi lado, sé que siempre encontraré mi hogar, mi refugio, mi razón de ser.

Justo a tiempo has llegado a mi vida, en el momento preciso en que más te necesitaba. Y en el tiempo correcto, he llegado a la tuya, como si nuestras almas estuvieran destinadas a encontrarse en este preciso instante. Has atravesado tantos huracanes, has enfrentado tantas tormentas, y yo he sobrevivido a tantas pruebas para finalmente llegar a tus brazos, donde encuentro refugio y paz.

No me sueltes, no me falles, porque yo no lo haré contigo. Prometo estar a tu lado en cada momento, en cada desafío, en cada alegría y en cada tristeza. El tiempo es efímero, es relativo, pero quiero compartir cada instante a tu lado.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 28 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Sombras y SiluetasWhere stories live. Discover now