Hijos de Atenea

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Los hijos de Minerva no existen, ya saben. Por eso en el título sólo está Atenea. 

Bien, Annabeth Jackson, éste es tu fuerte. 

...

...

¿Cómo me acabas de llamar?

Annabeth Chase. 

No. Dijiste Annabeth Jackson. 

Oh, Annie, no. Dije Chase. Aunque ya veo que deseas ser una Jackson.

¡Piper, no jueges conmigo! ¡Yo sé lo que escuché!

¡Vale, vale, lo que digas! Mejor explícanos cómo conquistarte, porque a mi realmente me interesa. 

¡PIPER MCLEAN! Calla.

Te sonrojaste, ¡Eres adorable!

¡NO SOY ADORABLE! Simplemente, la temperatura está muy elevada ocasionando que mis vasos san...

Annabeth.

¿Sí?

Empieza o te hechizaré para que te maquilles a ti misma como un payaso. 

¡Bueno, los hijos de Atenea! Realmente, no es tan difícil. Hay dos tipos de hijos de Atenea: Los que buscan a alguien igual a ellos y los que buscan un polo opuesto. 

Yo hablaré de los que buscan a alguien igual a ellos. Tú perteneces a la otra categoría.

Vale, pues prosigue. 

Bien, los hijos de Atenea que buscan a alguien con cosas en común aprecian a una persona que tenga la lógica por encima de los sentimientos. Alguien analítico y serio, con quien pueda hablar sobre todos los temas, desde Química a Historia, en todos los lenguajes que conozcan.

Oui. También están los hijos de Atenea que buscan a alguien diferente: Alguien que tome su relación en serio, pero que a la vez los haga reír: Alguien que pueda sacar el peso de sus hombros cuando es necesario. 

El peso del Cielo de tus hombros...

Oh. Tengo que buscar a Percy.  

Oh, no. Primero terminas, luego pueden escabullirse por allí, tórtolos. ¡Te sonrojaste otra vez! Definitivamente adorable.

¡Pipes! Amm, volviendo con el capítulo... A los hijos de Atenea les atrae algo que despierte el sentido del humor que está escondido dentro de ellos. Alguien valiente y leal, que haga que se abran más al mundo y deseen explorarlo en persona, y no a través de los libros. 

A los hijos de Atenea también pueden atraerles las personas responsables y ordenadas, que compartan su gusto por la lectura, pacíficas y que prefieran el silencio. Ya saben, aburridos. 

¡OYE, NO SOMOS ABURRIDOS!

Claro que no, Anne. Es un caso hipotético. 

Vale. Bien, hay algo que todos los hijos de Atenea tienen en común: El amor por los libros. Así que averigua su libro favorito y léelo. Si tiene un idioma favorito, estúdialo. Básicamente, interésate en sus gustos. Lo de los corazones y flores no sirve con nosotros. Tampoco serenatas y esas cosas. Las cartas funcionan dependiendo de la situación: Nos importan las acciones, no las palabras en el aire. 

Y pues, les atrae las personas con quien puedan mantener una conversación interesante y tengan cierto nivel de concentración. Una buena memoria sirve también. Sobre todo, los hijos de Atenea aprecian el respeto, la concentración, la dedicación, la inteligencia, en algunos casos el humor, la valentía...

Y que los tomes en serio. Oh, y una última cosa: Evita decirle que se equivocan; pasa muy pocas veces, pero somos mitad humanos, no somos perfectos. Si una hija o hijo de Atenea no está en lo correcto, ¡No se lo digas, a no ser que sea un caso de vida o muerte! ¡Y NO OLVIDEN LA ORTOGRAFÍA! Dioses, detesto que se coman las tildes. ¡EXISTEN POR ALGO! ¡BUSQUEN LA DIFERENCIA DE AHÍ, HAY Y AY!

¡Annabeth, respira! Eso, respira, cariño. Bien. Para finalizar: Si haces algo tonto, discúlpate. Aunque eso cuenta con todos. ¡Y ponle un apodo adorable! ¿Les gusta los apodos, no es verdad, listilla?

¡NO, NO ES VERDAD! ¡NO ME LLAMES ASÍ! 

Tercera vez que te hago sonrojar, ¡Punto para Piper!

Agh. Bueno, así termina esto.

¡Suerte con sus listillos y listillas!

¡OH, LLAMARÉ A TU PIKACHU!

¡No le digas así a Jason!

Karma. 





Tomo 2: Guía para conquistar a un semidiós por Annabeth Chase y Piper McleanWhere stories live. Discover now