Sueño Contigo |Harry Styles y tú| Editando

Especial Justin y __________ |EDITADO|

UN AÑO ANTES

― ¡Malditas llaves! ―grité enojada.

Tenía que estar en Victoria's Secret en menos de veinte minutos y no encontraba las llaves de mi departamento. Tras una extensa búsqueda en mi sofá favorito las encontré luego de algunos minutos. Salí lo más rápido que pude, me dirigí al estacionamiento y subí a mi auto.

El tráfico en las calles de New York era espantoso, revisé la hora y me quedaban seis minutos para llegar. Suspiré frustrada y me acomodé en mi asiento hasta que la gran fila de autos decidió moverse, iba a arrancar mi auto pero una persona irrumpió violentamente en el asiento del copiloto.

― ¡Arranca ya! Por favor― me suplicó un chico de hermosos ojos mieles.

Ya lo había visto pero no recordaba en dónde.

Asentí con un poco de duda.

Después de un rato yendo como loca recordé a aquel chico.

¡Era Justin Bieber!

― ¿Justin Bieber? ―pensé, pero al parecer lo dije en voz alta.

―Sí soy yo mucho gusto y gracias por salvarme― murmuró.

―De nada ―respondí amable― ¿Y de que te salvé?

―De unos paparazzis que no dejaban de perseguirme, haciéndome preguntas estúpidas y molestas ―masculló un poco enojado.

―Umm, bien Justin yo ahora tengo que irme a mi trabajo ―mencioné incómoda.

― ¿Trabajas? ¿En dónde? ―preguntó viéndome.

―En Victoria's Secret― sonreí.

―Ah Victo... ―se interrumpió a sí mismo― ¡Un momento! ¿Tú eres __________  Smith?

―Eh, sí ―murmuré audible.

―He oído hablar de ti ―mencionó ―Eres el angelito más famoso de esa agencia.

―Sí, me lo han dicho ―dije sonriendo ―Y bien Justin ¿Te llevo hasta Victoria's Secret?

―Claro, sólo si no te molesta, es que ahora mi manager está ocupado y no traigo mi auto ―dijo un poco apenado.

―No me molesta ―comenté feliz ―Además a todos les gustaría ver a Justin Bieber en Victoria’s Secret.  

―Lo sé ―me dio una de esas sonrisas que dicen: Mírame nena soy caliente.

―Creído ―bufé divertida sacándole la lengua.

El rió ante mi acción un poco infantil.

―Y tú eres una niñita ―dijo aun riéndose.

Justin me cayó demasiado bien y pocas personas lo hacían, era un chico súper tierno a diferencia de cómo lo hacían ver los paparazzis.

Sospechaba que este sería el comienzo de una gran amistad.

SEIS MESES DESPUÉS

―Justin sal de ahí. ¡Ya se fue! ―grité desesperada para que el chico saliera para llevarme a la sorpresa que tenía preparada para mí.

El pobre de Justin estaba escondido en los vestidores, porque Pierre no había dejado de acosarlo desde que lo vio la primera vez que lo traje hace seis meses.

Pierre insistía en que un dios como Justin debía estar en su cama, aunque le expliqué un millón de veces que a Justin le gustaban las mujeres, pero el idiota no se rendía y Justin le tenía un poco de miedo, por eso cada vez que él venía por mí lo perseguía por todo el lugar.

Algunas veces era muy gracioso ver como Justin decía: ¡Auxilio! o ¡Este tipo está loco!

Me daba pena hacerlo tolerar esta clase de cosas solo por mí, en fin en estos seis meses se había convertido en mi mejor amigo, creo que jamás encontraré una persona más tierna que él.

― ¿Enserio ya se fue? ―susurró apenado.

Verlo así fue demasiado para mí y corrí a abrazarlo.

―Sí bebé ya todo está bien ―sonreí.

Eso pareció tranquilizarlo bastante, ya que a Justin no le gustaba ser violento con Pierre pero dadas las circunstancias hace una semana le había dado un puñetazo que lo dejó inconsciente, pero Justin no lo hizo por gusto sino en defensa propia, debido a que Pierre aseguraba que lo haría suyo en un escritorio del lugar y a mi amigo no le quedó de otra que defenderse, pero después de eso le ofreció disculpas, a él no le gustaba ser violento con las personas.

¿Más tierno? Imposible.

―Qué bueno, de verdad __________ te juro que me estoy conteniendo por no decirle unas cuantas cosas, sabes que odio ser agresivo ―estaba tenso.

―Si Justin lo sé, pero yo hablaré con él para que de una vez por todas te deje en paz o sino cortaré todas sus adoradas camisas de diseñador ―reí maliciosamente.

―Eres mala ―negó divertido.

―No, solo cuido lo que es mío ―murmuré pero al segundo me arrepentí.

¿Justin mío? ―Por Dios __________ ¿En qué estás pensando? ―me dije a mi misma.

― ¿Así que soy tuyo? ―enarcó una ceja y me sonrió.  

―Eh s-sí eres mi mejor amigo ―dije con una sonrisa nerviosa.

―Bueno, ¿Lista para la sorpresa?

―Sí, sí, si ―dije dando saltitos de alegría como una niña pequeña.

Salimos de la agencia e íbamos en el auto de Justin a un lugar que desconocía.

Tras veinte minutos de viaje, llegamos a un bosque, inmediatamente me bajé del auto para respirar el aire fresco.

― ¡Justin esto es hermoso! ―exclamé emocionada.

―Y aún no has visto lo mejor ―murmuró Justin.

¿Lo mejor? Iba a preguntar pero la pregunta se quedó en el aire ya que al frente mío se encontraba un globo aerostático.

Corrí hacia él muy emocionada.

― ¿Te gusta? ―preguntó Justin atrás de mi abrazándome por la cintura.

―Sí, gracias ―contesté disfrutando de su abrazo.

―Ven, vamos ―se separó de mí y me ayudó a subir.

Una vez en el cielo pude divisar toda la hermosa ciudad de New York, estaba tan feliz, esto era perfecto, Justin era perfecto.

Giré para agradecerle una vez más pero me quedé paralizada cuándo lo vi de rodillas a mí con un hermoso ramo de rosas rojas. Mis favoritas.

―__________  ―dijo nervioso ― ¿Quieres ser mi novia?

―S-sí ―susurré con la voz entrecortada por las lágrimas que querían salir en ese momento.

De inmediato Justin se levantó y me besó, era la primera vez que sentía sus labios contra los míos y era una hermosa sensación.

―Te prometo que te haré la mujer más feliz del mundo ―susurró.

―Con solo existir tú ya me haces la mujer más feliz del mundo ―pasé mis manos por su cabello despeinando.

Una vez más me besó fuertemente.

Los dos solos en el cielo, besándonos toda la noche, así quería estar con él por siempre.