All Was Golden (Ryden)

Northern Downpour

Aqui estáis, mis queridos amigos. A punto de conocer el final de la historia. ¿Conseguirán Brendon y Ryan su merecido final feliz? ¿Cómo reaccionarán sus familias cuando vuelvan? Pase lo que pase, ha sido un placer poder compartir esta historia con todos vosotros.

Brendon insistió en alquilar unos caballos.

-Nos darán un aire triunfal. -aseguró.

Y así los cuatro chicos cabalgaron hacia sus casas. Spencer y Jon se separaron al principio, entre abrazos y promesas de volver a verse pronto.

Brendon y Ryan siguieron juntos su camino.

-Casi no me creo que solo haga tres meses, todo es tan distinto ahora... -comentó Ryan.

-Y que lo digas. -contestó Brendon, mirándolo con ternura- ¿Por qué no hacemos una parada? Estamos ya casi llegando.

Ryan accedió, y pararon cerca de una fuente rodeada de arbustos. Se sentaron al borde, mirando el agua fluír.

-¿Ryan?

-¿Hmm? -el chico levantó la cabeza y se encontró con Brendon arrodillado delante de él, con un anillo hecho de ramitas de arbusto en la mano.

-George Ryan Ross lll

-Brendon... -dijo Ryan, con lágrimas cayendo por sus mejillas- yo...

-¿Me harías el honor de casarte conmigo?

-Por supuesto que lo haré, pero ¿nos dejarán?

-No me importa nada. ¡Al cuerno con nuestros padres, y al cuerno con la iglesia! Yo me cansaré contigo, aunque tenga que irme al otro lado del mundo para hacerlo. -dijo cogiéndole las manos a su prometido.

Ryan sonrió amargamente.

-Brendon, mi Sol, yo... Hay algo que no te he contado.

Se oyeron las campanas de una iglesia cercana.

-Sea lo que sea, puede esperar. Se nos hace tarde.

Ambos subieron a sus monturas y partieron hacia sus casas. Ya casi estaban llegando cuando Brendon oyó un ruido sordo detrás suyo.

-¿Qué? -se giró a ver que había sido- ¡Ryan!

El muchacho se había caído del caballo, y llacía inconsciente en el suelo.

Brendon desmontó rápidamente y fue a socorrerlo. Lo zarandeó y le tomó el pulso. Era muy débil.

Sin pensárselo dos veces, tomó a su novio en brazos y se dirigió hacua su casa.

Abrió la puerta una asombrada criada.

-S-señor...

-¡Ve a avisar a su madre!