Capítulo 1

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Dos semanas habían  transcurrido desde nuestro encuentro con El Creador. A Dank se le notaba ahora más relajado que antes al saber que ya ni los años nos separarían. Él me dejo muy en claro que ni un estúpido chico Vudú, ni el creador, ni nada ni nadie nos separarían jamás y yo no podía estar más de acuerdo.

-Hola Peggy Ann- me saludó Gee sacándome de mis pensamientos- ¿tú y Dank van a ir a la fiesta de cumpleaños de Nathan esta noche?- preguntó mientras se terminaba de comer una barra de chocolate.

-Hola Gee. Claro que iremos. No se le puede decir que NO a Miranda, ya sabes cómo es ella-

Dije mientras ponía mis ojos en blanco. Ella prácticamente me lo recordaba cada segundo del día. No es algo que se pueda olvidar tan fácilmente, y dado el hecho de que mencionó como planificaría mi muerte si no asistía me sentí tentada en realidad. Pero no puedo fallarle después de todo rogó para que Dank tocara con su banda, aunque él y yo teníamos otros planes que no incluían ningún tipo de público. Al notar hacía donde se estaban dirigiendo mis pensamientos, enrojecí de tal forma que fue imposible de esconder de la mirada de Gee, quien me miraba como si hubiera leído mis pensamientos.-

-¡Vaya! Parece que les arruinaron sus planes-dijo con una sonrisa burlona en su rostro-, pero conociendo a Dankmar como lo conozco, no permitirá que esa noche que habían planeado quede en el olvido.-

-¡Basta Gee!- le espeté mientras una sonrisa se dibujaba en mi rostro porque muy en el fondo sabía que ella tenía razón-

-Bueno vale- dijo levantando las manos en señal de derrota-

-A propósito, Gee ¿tú con quien vas a ir?- le pregunté queriendo cambiar de tema, pues mi vida íntima con Dank no era algo  de lo que quería hablar con Gee-

-Pues…- Gee dudo por un momento de su respuesta, y se le veía algo ¿triste?- creo que iré sola.- y esa fue su única respuesta. Sabía que algo la incomodaba, ¿Pero qué?-

-¿Pasa algo, Gee? Se te ve algo… no se ¿triste?- pregunté un poco tímida, pues claro, era de Gee de quien estábamos hablado. Ella nunca se mostraba triste o insegura-

-¿Yo? ¿Triste? No digas tonterías Peggy Ann. ¿Por qué estaría yo triste?- Algo en el tono en el que ella me respondió no hizo más que confirmarme de que algo le pasaba, pero decidí que si ella no quería compartirlo conmigo tampoco la iba a presionar-

-Bueno Gee, sólo digo que si quieres hablar aquí me tienes- le dediqué una de mis mejores sonrisas  y nos dirigimos al parqueadero de la Universidad. Y ahí estaba él, tan hermoso como siempre, con esa sonrisa a medio lado que lo hacía parecer aún más sexy.

-Hola- le dije mientras me lazaba en sus brazos. Él me sujeto fuerte y presiono sus labios con los míos. Cuando besaba a Dank me desconectaba del mundo. Sentía un sinfín de emociones que recorrían todo mi cuerpo. Era como si solo existiéramos los dos.

-¡Oh, por Dios! ¿Tienen que ser tan jodidamente melosos en público?  - Si Gee no hubiera hablado, creo que nos habríamos quedado así por un buen rato-

-¿Estas celosa, Gee?- dijo Dank en tono burlón, lo que hizo que quisiese “matarlo” en esos momentos. Yo sabía que algo le pasaba a Gee, y ella no necesitaba que el señor “Yo soy La Muerte”  la hiciera sentir peor-

-¡Cállate, Dankmar!- Le espetó Gee. -Los veré en el local.- Luego dio media vuelta y se fue.-

Lo fulminé con la mirada, lo cual hizo su  confusión aún más palpable, ya que por lo general Gee jamás hubiera reaccionado así.

-Deja a Gee en paz. Algo le pasa y no sé qué es.-

-¿Cómo iba a saber que algo le pasaba? Es de Gee de quien estamos hablando.-

Existence:La Historia de Gee y LooseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora