Capítulo 4

49 3 7
                                    

Enfrentar una etapa de depresión no era común en mí, Pagan ya me había visto hace cuatro días y más le valía que no hubiera abierto la boca cuando Miranda me vio ayer con otro paquete de dulces hacia mi dormitorio estaba agradecida con ella porque se portó conmigo como una verdadera amiga, me escucho y aunque trato de darme un poco de consuelo ambas sabíamos que esto tenía que acabarse y pronto. Quería a Pagan, pero no podía arrastrarla si algo malo me pasaba porque Dank sería capaz de jugársela una vez más y seria por mí, y no podía permitir esto.

Estaba distrayéndome de tomar una decisión de una vez y por todas. Todavía me sentía vacía y abrumada por el dolor, un sentimiento nuevo que laceraba mi corazón, que al parecer si poseía uno. Un corazón que se había enamorado de un humano. Sí, lo estoy admitiendo ¡¡¡ME ENAMORÉ DE UN HUMANO!!!

Estos cuatro días habían sido los mejores de toda mi existencia porque había estado con él, cada vez que nos veíamos en su cuarto o cuando él venía a mí en los descansos de la banda me hacía sentir única, querida y amada. Loose se abrió paso en mi corazón como nunca lo imaginé, algo que empezó como un simple juego de seducción y sexo fácil, poco a poco pasó a algo más. Él se portaba diferente conmigo, quiso que lo conociera por quien era y nunca se daba por vencido, al menos no tratándose de mí cuando fallé mi estrepitoso plan de darle la patada en el trasero. Sí, ese era mi Loose, mío y de nadie más. Él sabía que le estaba ocultando algo. En estas semanas lo había notado en él desde el momento en que empezó a contarme más cosas personales y eso solo decía una cosa, quería que fuera sincera y honesta con él, pero cuando me hacía preguntas personales siempre ponía una excusa y cambiaba de tema. Veía en sus ojos un aire de decepción que lo camuflaba con una tierna sonrisa y agradecía eso de él, que nunca me forzó a hablar cuando me sentía incomoda.

¿Cómo no lo podía querer?, si él me daba el espacio que yo le pedía y me decía que iba a esperar hasta cuando estuviera realmente preparada para hablar con él. Yo sabía que podía confiar en sus palabras, él siempre estaría ahí para mí, él estaría siempre dispuesto a escucharme a  abrasarme y a llenarme de besos tiernos. Era una nueva rutina que disfrutaba en estos últimos días en la mañana y parte de la tarde y, a veces en algunas ocasiones de la noche que pasaba con él. Veíamos películas caseras horrorosas. No le encontraba el sentido. Yo prefería ver a Channing Tatum que tiene un trasero de infarto, pero que no rivaliza con el de Loose, mi chico caliente Cada vez que teníamos nuestras maratones de pelis pedíamos comida china a domicilio. Él sabía lo que a mí me gustaba siempre tenía para mí dos porciones de Chow Mein y las famosas galletas de la suerte que las abríamos al final para ver que nos deparaba el futuro, algo que encontraba sumamente irónico. Esos eran los momentos en que inventaba un pretexto y me iba a mi cuarto para atiborrarme de dulces hasta más no poder y así lo había seguido haciendo.

Cada descanso que tenía la banda él me llamaba y se escapaba conmigo, sabía que Les había estado llevando sus mujerzuelas y quería tentarlo pero él siempre venía a mí. Él estaba dejado atrás ser el chico que follaba con cualquiera. Y por eso lo quería más. Teníamos muchos encuentros ardientes, donde nunca podría saciarme de él, se mostraba posesivo, salvaje y me volvía loca de placer pero siempre que pasábamos la calentura previa me hacia el amor de una manera tan romántica y dulce que cuando terminábamos él apoyaba su frente con la mía y me decía te quiero y yo lo besaba hasta que sentía mis labios hinchados y ahí era que luego de aquello volvía a mi cuarto para tener un coma inducido por el azúcar.

Separar aquellos recuerdos de mi mente se estaba volviendo más difícil para mí.

Un frío helado se arremolinó por todo mi cuerpo por tercera ocasión. Sabía que la Deidad estaba tras mi trasero y hoy se cumplía mi plazo de cinco días los cuales, tenía había desperdiciado, si se le puede decir desperdiciar a pasar cada rato libre que tenía con Loose. Sí, realmente los desperdicié con un humano viviendo mis últimos días de libre albedrio antes de que me enfrentara a la terrible realidad. Me sentía fatal, debí hacer algo más, pero mis labios y mi saciado cuerpo definitivamente estaba agradecido de lo último de Loose mi príncipe ardiente.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 28, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Existence:La Historia de Gee y LooseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora