Enamorada de El Grinch

De compras con el Grinch Capítulo 3

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-        ¿Cuál crees que se vea mejor? –tenia ambos vestidos levantados para que logan me diera su opinión, quería llevarme a algún lugar de sorpresa y no quería ir vestida como una loca sin saber si íbamos a algún restaurant o algo.

-        Cualquiera está bien Joyce –bufo- te pongas lo que te pongas te vez hermosa –gire los ojos, necesito una respuesta no un alago.

-        Gracias, ¿Pero cuál?, me refiero –me puse uno encima- este es como para una cena fuera –cambie de vestido- y este para algo más informal pero sin verme como una completa loca.

-        Solo ponte cualquier cosa –restregó las manos por su rostro frustrado- cualquiera, te espero abajo –se levantó de la cama, me dio un beso corto en los labios y se fue, genial...., mire ambos vestidos, uno azul marino y el otro color crema- al diablo –camine y abrí el armario, di un rápido vistazo y metí la mano sin importarme que agarrara, siempre eh tenido estos problemas para vestirme, procuraba buscar que ponerme unas dos horas antes.

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-        ¡Pepper!, ¡llevan media hora allí! –escuche los pasos resonar por toda la habitación,¿ Acaso pretendía hacer un agujero para bajar por una barra como los bomberos?.

-        Diosito santooo!, dame paciencia porque si me das fuerza...!!  -mire con la boca abierta a pepper, dio grandes zancadas sin importar sus zapatos de plataforma y abrió la puerta de golpe asustando a Logan, quien venía más que dispuesto a tirarla a bajo- Joven Logan, espere un momento, su prima Joyce tiene las costillas rotas ¿sabe?, debemos tener cuidado, además, estaba colocándole las vendas ya que se bañó –mi rostro ardía, había olvidado que mi camisa estaba a un lado dejando ver mi sostén y las vendas alrededor de mi torso, tome la prenda y me la puse tan rápido como mis costillas lo permitieron.

-        Me vale un comino, ¡cuando yo estoy lastimado no tardo tanto joder! –bufo y poso su mirada en mi sobre el hombro de pepper, sus ojos azules me hicieron dar un respingo por la intensidad de cómo me miraba- las espero abajo.

-        Un dia de estos me sacara canas –creo que no ha notado que ya tiene......bueno- vamos jovencita Joyce –me puse de pie y ambas salimos de la habitación, Pepper me ayudo a bajar las escaleras de nuevo ya que si lo hacía yo tardaría un buen rato y haría esperar al drama queen que nos espera en el auto, allí estaba él, esperando dentro del lamborghini, ese auto no dejaba de sorprenderme, sentía que si lo dejaba en cualquier parte se lo rayarían de envidia. Llegamos a un centro comercial algo vacío, lo cual es extraño pues la mayoría de las personas salen de compras los fines de semana, subimos por el elevador, pude reconocer algunas marcas por el vidrio de este, Tiffany's, Gucci, Hollister, Converse, Armani, wow, ¿Un centro comercial de ricos?. Entramos a la primera tienda del último piso, California Hunt, a penas entre, supe que Logan pagaría todo, veía muchísimos ceros en las etiquetas de los precios, pepper tomo varias prendas y me las puso encima, uno, dos, tres, ammm creo que unos diez vestidos y mucha ropa en solo media hora, voltee a mirar a Logan, estaba sentado en el sofá de la tienda bebiendo café de Starbucks y leyendo una revista, mi boca se abrió a mas no poder cuando vi que en una esquina salía su foto junto con la de una pelirroja oxigenada, pepper me hizo volver a mirarla chasqueando sus dedos.

-        ¿Qué te parece? –mire por primera vez desde que llegue mi reflejo frente a un espejo, Pepper me había metido la cabeza por el agujero entre el vestido y el gancho para no tener que ponérmelo, era un vestido rojo corto pero no demasiado, sonreí en modo de aprobación, la verdad es que me gustaba bastante, mire por el espejo a Logan, quien solo seguía leyendo la revista con el ceño fruncido. Luego de un rato tenía un montón de bolsas y apenas estábamos en la primera tienda, era un alivio no haber tenido que medirme nada-Iré a llevar las bolsas al auto, Joven logan, ¿podría acompañar a la señorita Joyce a otra tienda?, le faltan los vestidos de gala y esas cosas –escuche como gruñía por lo bajo y murmuraba muchas maldiciones, imbécil si te molesto debiste dejarme tirada en el hospital.