Capítulo 1

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Mi vida siempre ha sido un desastre, lleno de caídas y de muy pocas ganas de levantarse. Todo era así hasta el otro día.Pasó ,que iba caminando por la orilla de la playa, mientras escuchaba a mi grupo favoritode música  y me desconectaba del mundo.La música me sacó de todos mis pensamientos , de mis problemas y de mis dudas.

Estaba tan concentrada, que no me di cuenta de que había un grupo de chicos mirándome con cierta picardía. Cuando los vi, mi cara estaba a punto de estallar ,me ardían los pómulos y me sentí avergonzada. Sin darme cuenta estaba corriendo hacia mi casa,de lo rápido que iba no vi que había una enorme piedra en el camino y me tropezé con ella,era del color de la arena con lo cual no se veía mucho, me quedé unos minutos en el suelo, dolorida,y con un raspón en la rodilla. Casi al instante, vi a un chico del grupito de tíos que me estaban mirando, muy guapo de unos 16 años , con pecas y de pelo negro, que venia corriendo hacia mí.

Tuve ganas de que la arena me tragase, pero fue demasiado tarde , para cuando me fui a levantar el chico me recogió la maleta del suelo y me ayudó a levantarme.

"¡Que guapo es!" pensé. Y mientras tanto él comenzo a hablar:

- ¿Estas bien?

-Si ... Gracias , solo me he hecho un raspón en la rodilla,lo natural,no tenías porque haberme ayudado.

-Oh,no pasa nada. Me llamo Carlos encantado de conocerte.¿Seguro que estás bien?

-Yo me llamo María... lo mismo digo.Que sí , que sí no te preocupes.

Seguro que yo parecía la manzana de Blancanieves,estaría rojísima.Nunca me habia pasado algo así. Me cuestionaba de dónde era , quería preguntarselo pero me daba verguenza. Me lo pensé en unos minutos, mientras cogía los auriculares del suelo y recibía mi preciosa maleta manchada de arena de manos de Carlos.Al final me decidí y le pregunté:

- ¿De dónde eres?- dije con una verguenza extrema.

-Pues de aquí mismo , vivo a tres calles de tu casa- dijo Carlos con una amplia sonrisa dibujada en la cara, quizás yo le divertía o le daba gracia, porque para mirarme como lo hacía...

-¿¡Cómo sabes dónde está mi casa!?

- Muy sencillo, iba caminando por el pueblo y te vi en la terraza.

-Bueno... vale. Pensé que me estabas espiando.

-¿Yo? ¿Espiarte? Ja ja ja , nunca.

La conversación se ponía cada vez màs incómoda. Y yo no sabía qué decir. En realidad, me gustaba hablar con él , transtmitía seguridad y seriedad. No parecía el típico chico que utiliza su belleza para estar cada mes con una tía distinta.

-Bueno... adiós.

-¡No porfavor, no te vayas aún! Déjame tu teléfono al menos.

Me lo pensé unos segundos, lo vi tan desesperado que creí que era una broma , pero acabé aceptando.

-¿Quieres que te lo apunte en una hoja pequeña?

-Sí, gracias.

Mientras le escribía mi número reaccioné ante lo que estaba pasando y casi me emociono, ¡Un tío bueno pidiéndome el teléfono móvil a mí! Increíble, sencillamente increíble.

Finalmente me despedí de él:

-Bueno ,adiós ya nos veremos.

-Espero que sí.

Me volví a poner los auriculares y seguí el camino hasta mi casa.Me parecía todo tan bonito, es raro, nunca me había fijado en lo bonitas que eran las calles de mi pueblo.En el tiempo que estuve distraída mirando el paisaje que tenía ante mis ojos, llegué a mi casa.Busqué la llave en la mochila , abrí la puerta y subí las escaleras. No había nadie en casa asi que me acosté en mi cama y al rato me dormí.

Esa descarada sonrisa...Where stories live. Discover now