Daiana y su cadena perpetua.

Los dibujantes

Hacía ya una semana que habían empezado las clases, las gemelas y yo no habíamos tenido más que unos cuantos intercambios de saludos. Kevin y Karen se juntaban en cada receso y Daiana se les pegaba, yo por mi lado me quedaba adelantando alguna tarea, o tratando de entender los problemas de física, los cuales no son mi fuerte.

Dentro de los cursos que llevábamos como bachilleres, esta el curso de psicología, clase que es como un receso más, la Licda.Ofelia es muy amable, no dice que no a nada, a veces uso su clase para salir a dar un recorrido por el colegio con la excusa de que iré al baño y cuando regreso da un breve resumen de lo que me perdí, lo cual no es mucho, y sigue con la clase.

Durante esta clase, la Licda. Ofelia nos ponía toda clase de ejercicios extraños, como jugar teléfono descompuesto, debates sobre algún acontecimiento del país, pero esta clase nos puso a hacer algo diferente. Las instrucciones eran claras, un dibujo de lo que se nos viniera a la mente, acompañado de algo que nos hiciera pensar en nuestro futuro, y otro que nos recordara el pasado, y que todo tuviera armonía. La mayoría de hombres se tomó esta actividad como todas las de la Licda. Ofelia, como una broma, se pusieron a dibujar mujeres desnudas, pocos fuimos los que en realidad nos tomamos la actividad en serio.

Mientras yo veía como unos dibujaban mujeres desnudas, y unas casas o aviones, me llamó la atención ver que Daiana no estaba dibuajando nada, estaba perpleja viendo su hoja la cual estaba en blanco, debía de ser por la complicación que tenía este ejercicio para ella, sentí lastima y culpa de nuevo,  continué con mi dibujo, y perdí la noción si Daiana había o no terminado el de ella.

Antes de que terminara la clase, la Licda. Ofelia dio una breve explicación que el dibujo era para ver quienes de nosotros necesitábamos pasar una que otra cita con ella en su oficina, pues ella era la psicóloga del colegio, pero que no nos preocupáramos que no era la gran cosa, empezó a verlos y a sonreír con los dibujos de mis compañeros, soltó una broma y dijo "En lugar de pasar una que otra cita conmigo muchos de aquí deberían de dejar de ejercitar su mano", mientras todos reíamos por la broma, noté como su gesto de alegría se volvía un gesto de preocupación al ver un dibujo, no hizo comentario alguno y siguió con otro dibujo, claramente no era el mío pues yo había hecho una línea simulando un dibujo en la parte de atrás intencionalmente para reconocer mi hoja desde mi asiento.

La Licda. continúo con los dibujos, soltando una que otra broma, haciendo ademanes de que no entendía lo que veía, sostuvo en sus manos mi dibujo y de nuevo vi como aparecía el gesto de preocupación, yo estaba consciente de lo que había dibujado, una parte de mi deseaba que ella lo reconociera, levantó los ojos y me vio con un poco de incertidumbre a lo cual yo giré la cabeza e hice el que no había notado nada. Terminó la clase y antes de retirarse dijo que habría unos a los que llamaría a su oficina, que no tuvieran pena o vergüenza pues sólo sería para platicar un poco.

Creí que sería el primero en ser llamado a la oficina de la Licda., pero todo lo contrario durante el resto del día llamó a varios de mis compañeros y compañeras, pero nunca me llamó a mi. Pensé que quizá se había tomado mi dibujo a la ligera y que había pensado que era una broma, como la de otros, lo cual sólo me decepcionó.

Kevin, Karen y Daiana al finalizar el día de colegio caminaban juntos hacia la salida, decidí unirme en su recorrido, les pregunté ¿qué habían dibujado ellos?, aunque sabía perfectamente que Kevin había sido uno de los que habían dibujado mujeres desnudas, quería saber que había pasado con el dibujo de Daiana, así que generalicé la pregunta para ver si obtenía algo de información. Karen dijo que había dibujado a un perrito que había sido su mascota en la infancia, niños, que significaban su futuro como pediatra y una soga. Daiana evitó el tema y aunque insistimos un poco todos no quiso decir nada.

Nos despedimos con sonrisas tratando de olvidar aquel tema absurdo del dibujo. Mientras me dirigía hacia mi bus, tres preguntas invadieron mi mente, ¿Por qué Daiana no quiso contarnos que había dibujado o no dibujaría nada? ¿Por qué la Licda. no me había llamado a su oficina si estoy seguro que mi dibujo lo ameritaba? ¿Qué significaba el dibujo de Karen y por qué sentía que mientras lo explicaba todo era mentira?. Me subí al bus y con la platica diaria de Don Joaquín me distraje y dejé de pensar en lo sucedido.