Capitulo 5: Los cisnes muerden...y fuerte

580 58 18
                                    

Ha pasado una semana completa sin novedades relevantes desde el día de la terraza.

Yuu no vuelve a molestarme en clases, porque sabe que si lo hace las chicas van a desollarlo, sí, les he dicho arpías y aun así siguen defendiéndome de cualquier cosa, lo que hace tener una cara bonita, ¿eh? Pero también porque sabe que no voy a volver a quedarme callado ante sus tratos, ya se lo demostré una vez.

En estos últimos días Akira ha estado apareciendo mucho por nuestra clase en las horas libres y los descansos, suele saludarnos fugazmente antes de irse con Yuu a quien sabe dónde, cuándo se van, siempre el pelinegro me lanza una mirada retadora que respondo sin miedo mirándolo con indiferencia.

—¿Enserio no te da miedo que te haga algo malo? —pregunta Taka apoyado de mi escritorio.

—Lo peor que podía hacerme ya lo hizo y fue humillarme hablando pestes de mi con Akira mientras yo escuchaba —aseguro jugando con mi lápiz de minas—. Si quiere guerra, guerra le daré.

—Así se habla, patito —aplaude con la punta de sus dedos mientras sonríe—. Desde ese día no sé si soy yo o estas como más...no sé como describirlo...

—¿Decidido a que Yuu no va a volver a someterme en la vida? —completo por él levantando una ceja.

—Bueno, sí —corrobora riendo—. Cada día te veo menos patoso, patito.

—Cada día estoy resuelto a mejorar —aseguro—. Ni porque sea quien me gusta voy a dejar que me arrastren por el suelo otra vez, han sido suficientes años de burlas, estoy cansado de ello.

—Enserio, esto fue lo mejor que pudo haber pasado —se jacta Taka sonriendo muy feliz.

—Supongo que lo fue —le doy la razón.

Akira entra a nuestro salón y se acerca a nosotros, viene solo.

—¿Tu qué? —pregunta Takanori fastidiado. Él puede negarlo pero cada que Akira aparece, algo brilla en sus ojos y no es rabia precisamente.

—¿Puedo hablar contigo, Shima? —me pregunta ignorando a Taka.

—¿Para qué? —inquiero mirando extrañado.

—Sera solo un segundo, ¿puedo? —insiste.

—Sí no vuelvo en cinco, tienes permiso de usar las clases de judo —le susurro a Taka antes de salir con Akira del salón.

—Ven —me dice el castaño guiándome por el pasillo.

—¿A dónde vamos? —pregunto siguiéndolo como un perrito.

No me responde, simplemente se limita a caminar y yo a perseguirlo, subimos hacia la tarraza y abre la puerta para mi pidiéndome entrar primero, yo paso junto a él y cuando estoy del otro lado cierra la puerta de golpe y escucho como la atranca del otro lado. Trato de abrirla tirando con fuerza, lo veo a través de la rejilla de la puerta.

—Ábreme la puerta, Suzuki —espeto sacudiendo de la puerta—. ¿Qué pasa contigo? ¡Ábreme!

—Lo siento, Shima —se disculpa encogiéndose de hombros y yéndose por las escaleras rápidamente.

—Serás maldito, Akira Suzuki —mascullo enojado tirando desesperado de la puerta tratando de abrirla. Entonces se me ocurre llamar a Taka por teléfono.

Busco entre mis bolsillos mi celular pero no lo encuentro, entonces recuerdo que lo dejé en mi mochila.

—Soy un idiota —me reprocho golpeando mi frente.

—Ciertamente lo eres, al menos concordamos en algo —dice la voz de Yuu detrás de mí y me giro para verlo.

Es obvio que él planeo todo esto.

Patito feo (The GazettE// Aoiha)Where stories live. Discover now