Alex extendió el mapa del banco sobre el Mustang estacionado a una cuadra del banco.
-La caja fuerte de este banco está situada detrás de las oficinas de los jefes, justo aquí.- Señaló un pequeño espacio entre una pared y otra.- Estas cajas fuertes son modernas y utilizan sistemas de seguridad electrónicos, en esta específicamente un método biométrico.-
-Ahora en español Eloy.-Palabras como esas, son las que me hacen pensar que odio la física, o lo que sea de donde haya sacado esa palabra.
-Esto quiere decir que utilizan como contraseña un lector de huella digitales o un lector de iris.-
-Perfecto.- Bufé.
-¿Y cómo vamos a hacerlo? Lo veo muy complicado, no quiero sacar ningún ojo, y menos un dedo-Cecilia exagerada salió a la luz.
-Tendremos que usar la fuerza, cálculo que Dalila no va a tener problemas con eso.-
Dijeron mi palabra preferida, FUERZA.
-Me conoces muy bien.-Sonreí mientras cargaba mi escopeta de dos caños.
-Intenta no matar a nadie Dali.- Me pidió Alex.
-Solo los intimidaré, no te preocupes por mí, no quiero ir presa por homicidio aún.-
-Dalila y Cecilia, a quien tienen que intimidar es al gerente general Andrés Gómez, pregunten por él y discretamente, DALILA, lo llevan a un rincón y le susurran lo que queremos, ¿Okey?-
-Está bien, está bien.-Bufé.
-¿Entendieron chicas?-
-Sí, creo que el trabajo más sencillo es el de el, y supuestamente se hace llamar hombre, sería el “Macho” el que tendría que hacer los trabajos de fuerza.-
-Eh! Ustedes no saben lo que es tratar de conducir mientras la policía nos persigue, y ustedes hablan como cotorras por el nerviosismo, y encima tengo que ser lindo, es mucho amorcito.-
-Ajam, como digas feo.-
-Basta de charlas, hora de actuar, se nos va a pasar todo el día así, haciendo nada.-
Sin nada más que decir, nos separamos y cada uno fue a su habitual puesto, mi novio estaba en su auto con su celular, y Eloy se marchaba en su auto, con su trabajo hecho. Mientras que Cecilia y yo ingresábamos al banco, como personas normales, solo que con armas escondidas a nuestras espaldas.
Una linda, ordenada y plástica, se puede decir, asistente se acercó a nuestra ayuda con su pelo rubio recogido en un moño alto.
-Hola, ¿En qué puedo ayudarles?-
-Hola, buscamos al señor Andrés Gómez, tenemos que hablar con él, e de urgencia muñequita.-
-Él está en una conferencia, no puedo molestarlo, lo lamento.-
-Sí que puedes corazón, o lo lamentaras de verdad.-Si debía hacerlo le apuntaria con mi arma en su cráneo.
-¿Sucede algo Katia?-
-Señor Gómez, estas señoritas lo solicitaban a usted, y les he dicho que estaba en su conferencia e insistieron que lo molestara.-Hasta que apareció el Hombre.
-No te molestes Katia, hablare yo con ellas, tu sigue con tu trabajo.-
-De acuerdo.-La rubia desapareció entre los escritorios, y se dibujó automáticamente una sonrisa maliciosa en mi rostro en dirección de Cecilia.
-La puedo ayudar en algo señorita...-
-Cavanaught, Darcy Cavanaught.- Siempre me gustaba cambiar mi nombre, siento que tengo diferentes Yo, pero siempre conservo el apellido de mis padres.