Y me paralicé como si hubiese pasado algo realmente asombroso o fuera de si. Simplemente era una pluma y no debía de darle importancia pero mi cuerpo no quería reaccionar a las ordenes que mi cabeza le mandaba. Hasta que algo me atrapó y una vez más me dejó sin conocimiento alguno. Odiaba enormemente que aquello sucediera. Al despertar estaba en el porche de mi casa, tumbada en el sofá columpio. Quizá solo había sido un sueño, seguramente solo había sido eso.
- Ya has despertado por fin - me miró sonriendo desde uno de los escalones de la entrada.
- ¿ Cómo ?
- Llevas rato durmiendo y tu respiración era irregular, seguramente fuese por lo que soñabas. Parecía que corrías y balbuceabas cosas.
- ¿ Qué cosas ? - lo miré ingenua ¿ de veras todo había sido un sueño ?
- Dijiste varias veces la palabra ¡ corre ! - me miró con cara de preocupación - no se que estarías soñando pero no me a agradado mucho escucharte e imaginarlo.
- Alis - La puerta de la casa se abrió y el nombre no se llegó a pronunciar del todo. - Buenas noches Ethan, creía que Alison estaba sola.
- Buenas noches, pues ya ve que no es así.
- Escuché ruido y pensé que ya había llegado.
- Su sobrina lleva gran parte de la tarde aquí tumbada Petter. - Aquello era bastante extraño.
- Pero eso es imposible - la mirada de mi tío se clavaba en Ethan - Alison salió muy pronto de casa.
- Se habrá equivocado, acaba de despertar.
- ¿ Eso es cierto ? - me miró confuso.
- Bueno yo ... - realmente no sabía que decir, ¿ había sido un sueño o Ethan mentia ?
- Vamos Alison no digas que no acabas de abrir los ojos ahora mismo justo donde estas tumbada.
- Sí, pero ...
- ¿ Lo ve Petter ?
Tras hacer un extraño gesto, mi tío asintió y me volvió a mirar. - La cena esta lista. - Me levanté y justo cuando entré por la puerta Ethan se disponía a hacer lo mismo.
- Buenas noches. - Le di la cara, dejando la puerta entreabierta.
- ¿ No quieres que pase y cene contigo ?
- Prefiero que te vayas - cerré la puerta y no volví a girar la cabeza, simplemente me dirigí a la cocina con mi tío.
Removía y jugueteaba con los granitos de maíz de la ensalada que había preparado mi tío. Margaret se había ido después de comer a su pueblo natal. Me encontraba en mi mundo que estaba bastante alejado de mi casa y de mi tío. Los granos de maíz recorrían todo el plato como si aquello fuera un recorrido o algo. Ni siquiera yo sabía a que daba tantas vueltas mi cabeza, era casi imposible saber que pasaba por allí.
- No has estado ahí toda la tarde ¿ verdad ? - el también parecía jugar con la comida.
- Realmente no lo sé - alcé la mirada del plato para encontrar la suya.
- Yo si que lo sé. - Le miré bastante extrañada - No has estado ahí, se cuando estas cerca. No puedo explicarte como, no del todo.
- Inténtalo al menos. - Le miré con interés y algo preocupada. Él asintió.
- Cuando un mago esta cerca de otro, que no es el caso, puede sentir una especie de protección si ese mago es bueno o de su familia, pero también puede sentirse desprotegido. Pero en tu caso es otra cosa distinta, ya que tu no eres maga. - Sus ojos a veces esquivaban los míos - Siento que debo protegerte, que estas bien cuando estas cerca y noto que estas lejos cuando mi corazón se oprime ... es como una especie de vínculo.
