Capítulo 3 - Momentos incómodos

16 2 0
                                    


Hacía poco el clima se había vuelto frío, dando la entrada al invierno, la gente salía menos y la ferretería tenía menos trabajo que de costumbre, solo por aquellos clientes previsivos que se preparaban para un invierno fuerte, si se diera el caso, pero en el pueblo de Villafuerte hacía más de 20 años que no nevaba.

Yara comenzó a salir con un policía recluta, el joven era un poco tímido, rubio, atlético e introvertido; Yara regresaba de comer el almuerzo con el joven policía y se reincorporo a sus labores en la ferretería, Toro la miraba desde la vitrina con asombro a lo cual Yara reacciono preguntando:

- ¿Me quedo algún resto de comida en la cara?

- No nada, es que me asombra que puedas tener una relación, replico Toro

- No es una relación todavía, tenemos sexo y hablamos, solo eso, respondió Yara.

- Eso es una relación, pero no vamos a entrar en tecnicismos, encontré este dato curioso sobre Villafuerte, sabias que en 1980, obtuvimos un premio por ser el pueblo con la mayor expectativa de vida y que solo un año después ocurrió el incidente en las minas blancas en donde murieron 250 personas, me pareció extraño, comento Toro.

- Sí que extraña coincidencia, te tengo otro dato curioso, sabes que uno de cada tres hombres violaría a una mujer si supiera que no va a tener consecuencias negativas, de verdad son animales, digo Yara.

- Tu noviecito también es un hombre, por si no te habías dado cuenta, respondió rápidamente Toro.

- No es mi novio y es totalmente prescindible, tengo baterías nuevas y un consolador funcional, mi vida amorosa está completa.

- ¿Yara será que puedes venir a comer a mi casa?, Diana quiere conocerte desde hace mucho y llevas mucho negándote, ella es buena cocinera, argumento Toro.

- Está bien, pero tendrás que ayudarme con lo que te pedí, replico Yara

- Está bien, finalizo Toro.

Esa noche Yara fue a su casa, se dio una ducha, se cambió su ropa de trabajo y se puso un jean ancho con una camiseta negra con un estampado de una banda de rock de los 90, como era habitual no se maquillo, se sentó a la mesa, solo había un pandebono y un café con leche, lo comió a sabiendas que podría estropear la cena en casa de Toro.

La caminata a casa de su amigo solo duro 10 minutos, no le gustaba mucho el tradicionalismo de la familia nuclear, así que pensó al mal paso, darle prisa, toco la puerta y rápidamente, Toro abrió.

- Hola Yara, ya está todo listo, esta es mi esposa Diana, anuncio Toro con jovialidad.

- Hola Diana, Toro me ha hablado mucho de ti, respondió Yara enseguida.

- Es un gusto por fin conocer a la compañera de mi esposo, él también ha hablado mucho de ti, pasa, siéntate la comida está caliente, dijo Diana amablemente.

La cena era un delicioso estofado, todos se sentaron y empezaron a comer.

- ¿Yara tu eres casada?, pregunto Diana.

- No Diana, ni lo estaré, considero que es un mecanismo de opresión, se supone que es una sociedad entre dos personas, pero es bastante desigual, por ejemplo, tu cocinaste esta deliciosa cena, de la cual Toro está más orgulloso que tú misma, puedo preguntar algo, ¿cuantas veces a la semana cocina Toro? Replico Yara.

- A veces los sábados, contesto Diana, mientras que Toro abría los ojos como platos.

- Lo vez, el resto de días es tu obligación y tu trabajas también a tiempo completo, para mí el matrimonio busca doblegar la voluntad de la mujer y su independencia por medio de un trato que está basado en convencionalismos que vienen de muchos años atrás y no han sido adaptados al mundo de hoy, pero esa es mi opinión, termino Yara.

- Sé que conoces el trastorno de mi esposo y tengo una teoría que estoy probando, así que en cada comida le adiciono algunos elementos como figuras de plástico, monedas, cartón etc. de esta forma pienso que el calmara su ansiedad y en público podrá contenerse, es como una vacuna, o esa es mi teoría, dijo Diana con una sonrisita dibujada en sus labios.

En ese momento Yara se percató de los objetos al lado del plato de toro

- Puede servir y hablando de eso Toro, ¿alguna vez te has tapado? Pregunto Yara.

- Ja, ja, ja, rio Diana y se adelantó a contestar, su estómago es muy fuerte pero una vez se comió el relleno de un cojín y este se adhirió al intestino y tuvo que pasar por cirugía.

Toro miraba aterrado a Yara y estuvo callado casi toda la cena.

Detectives RuralesNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ