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¡ya es diciembre!

ya los vientos soplan fríos
a las flores
y el sol palidece
para morir
y volver más tarde.

¡cuánto anhelaba que llegaras,
diciembre!

se lo pedía a marzo;
que se fuera rápido,
que hiciera de las suyas,
y me dejara dormir.

el comienzo de la primavera
fue trágico,
invierno mío,

recuerdo impaciente
preguntarme si podría salir
algún día
de aquél sitio
tan lívido y tan tedioso,

recuerdo beber una poción
que me durmió por semanas,
con la intención de levantarme
hasta que llegaras tú,
diciembre, y deshicieras
todo mi dolor.

recuerdo llorar desenfrenada,
al comienzo de la primavera,
cuando nacían los capullos
y las abejas festejaban.

diciembre congelará mis lágrimas,
me decía,
y se romperán,
y no volverán.

no me alejo más de la vida,
querido invierno,
¡quiero aprender a amar,
por el propio bien de amar!

por eso,
diciembre,
te pido ser gentil.

los otros meses
han sido sabios,
pero crueles.

tú, cariño mío,
dueño de los jardines vacíos,
de las canciones de cuna,

despídete,
tiernamente,
con un beso.

Nadie más que el corazón solitarioWhere stories live. Discover now