Capitulo 3

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—Juro por Dios quela próxima vez que Samantha Grey me interrumpa cuando estoy hablandoen clase me levanto y le suelto el puñetazo de su vida.

—Te arruinaríasla manicura, Amber, —le respondemos Poppy y yo al mismo tiempo—no valdría la pena estropear algo tan bonito y además serexpulsada, mucho menos en el último año.

—Eso es. Espera alúltimo día de instituto, tía, y ahí le arreas un buen gancho dederecha, que te he visto lanzarlos y son buenísimos.

La primera semana deinstituto se ha pasado súper rápido, a penas nos hemos dado cuentade que era viernes y nos estábamos dirigiendo hacia el centrocomercial para seguir con nuestro ritual de la manicura y pedicuradel último día de la primera semana del curso.

Este ritual surgióde improvisto el cuarto año de instituto, Poppy y Amber iban conunas sandalias después de educación física y mientras salíamosdel instituto en dirección hacia el parking una de ellas se tropezóy, para intentar mantener el equilibrio agarró a la otra, por lo queambas cayeron al suelo y se hicieron polvo las sandalias. A Amber sele rompió una de las uñas en el proceso de caída y para evitar quese pusiera histérica —porque está obsesionada con sus uñas—nos dirigimos inmediatamente hacia la estética más conocida delcentro comercial para que se la arreglaron. Mientras estuvimos allísentadas esperando a que nos hicieran la mejor manicura del mundo nosdesahogamos hablando de nuestra semana y de los proyectos para aquelcurso.

No sé realmentecomo hicimos para repetirlo al siguiente, pero Amber nos volvió aconducir hasta allí justo al terminar la primera semana del añosiguiente, y nosotras comenzamos a llamarlo el nails after schoolritual, o para abrebiarlo, el NAFS.

—¿No ospreguntáis a veces el porqué de que nos odie tanto?

—¿La verdad?—asiento arqueando una de mis cejas, a la espera de que respondancon sinceridad y algo de coherencia— No tengo ni la más mínimaidea, siempre he pensado que es porque somos más guapas.

—Eso seríademasiado simple, Amber. Yo creo que es porque destacamos más queella, ya sabes, tanto en clase como en popularidad somos mejor queella.

—Pero lleva siendocapitana de las animadoras desde el cuarto año, algo que ninguna denosotras ha sido nunca; por lo tanto, punto para ella. Tampoco es queella sea conocida por ser animadora.—contesto mientras niego a lamujer sobre lo de ponerme las uñas de color verde oscuro, y le pidoque me haga una bonita manicura francesa.

—Gabs, eresdemasiado buena, en serio —Amber me mira como si me hubiera perdidoalgo y en mi cara se refleja la confusión por su espontaneocomentario—. A Grey se la conoce por su maldad, ¿no has visto quesus únicas amigas son las animadoras? Y chicas, os lo digo yo que loveo todos los días, incluso ellas le tienen algo de miedo. No sesabe cuando a Grey le van a entrar uno de sus característicosarrebatos de mala leche y se va a poner a echar a cualquier delequipo. Estoy contenta de ser la co-capitana y de que no puedahacerme eso, en serio.

Se hace el silenciodurante algunos minutos en los que le doi vueltas a la situación.Siempre ha sido así con Samantha Grey, sin motivo alguno nos odia,aunque tengo el pequeño presentimiento de que a quien más vadirigido su odio es hacia mi, y yo no recuerdo haberle hecho nuncanada.

Es extraño porquenosotras en ningún momento hemos hecho algo hacia ella de formamalintencionada y tampoco hablamos mal sobre el resto de gente delSant Paul's a no ser que previamente ellos hayan difundido unrumor sobre alguna de nosotras. Se suele decir que el grupo queformamos Poppy, Amber y yo es popular por como somos, somos queridasy admiradas —si es que se puede llamar así— por nuestraspersonalidades y la manera en la que nos tratamos a nosotras y losdemás alumnos.

Hazlo por ti - GAPWhere stories live. Discover now