Cap.:1

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Una mini-van de mil un colores se adentraba por un camino de tierra hacia un frondoso bosque, el olor a maleza recién mojada por la lluvia abundaba. Pequeños charcos de agua a lo largo del sendero hacían de espejo del sol iluminando un poco mas algunos rincones entre las inúmerables cantidades de especies que conformaban tan abundante flora es ese particular lugar a las afueras de la ciudad que nunca duerme, New York.

Un chico de cabellos azabaches, un poco largos, mas allá de la línea de sus hombros manejaba el vehículo con una sonrisa, concentrado en el camino, mirando de vez en cuando por el espejo retrovisor para ver a sus amigos, quienes iban detrás; una chica de cabellos pelirrojos y orbes celestes, con algunas pecas en su rostro, se encontraba sentada a su lado mirando el camino, mientras hablaba con los dueños de cinco voces quienes se encontraban atrás: una chica de cabellos negros, largos, un poco mas que los del chico, ojos ámbar y con un sutil maquillaje en los ojos, de color rojo, pero un poco apagado, y un hermoso tono carmesí en sus labios, se encontraba sentada en uno de los asientos traseros a un lado de una tortuga humanoide de orbes zafiros con una bandana azul adornando su rostro, quien tomaba de la mano a la chica y sonreía mientras miraba sus dos manos juntas. Dos tortugas humanoides mas, se encontraban sentados en frente de ambos, una de ojos esmeraldas con una bandana roja en su rostro, quien tenía sobre su hombro un pequeño bulto de un peculiar color rosa; a su lado se hallaba otra tortuga, un poco esbelto, de ojos carmesí y una bandana violeta en su rostro, con la mirada fija en una pequeña libreta. 

-¡Bache! -grito el chico de negros cabellos antes de volantear y esquivar un enorme bache en medio de la carretera.

-¡Casey, ten mas cuidado, casi haces que Mordelon caiga al suelo! -grito molesto el dueño de miraba esmeralda, acariciando ese bulto que aún estaba sobre su hombro.

-No griten chicos, Gatito Helado tiene sueño -habló una cuarta tortuga humanoide mientras se levantaba del suelo de la parte trasera de la mini-van, esta era dueño de ojos celestes y una bandana naranja que adornada su rostro igual que las otras tres; a un lado de él se encontraba una hielera roja y blanca ligeramente abierta, por donde se lograba ver a un pequeño gato muy peculiar.

-Perdón Mikey, pero si no lo esquivaba iban a volcar -explicó el chico retomando el control del vehículo.

-No te preocupes Casey, a cualquiera le hubiera pasado -aclaró la tortuga de bandana azul, soltando un ligero suspiro, sin dejar de sostener la mano de la chica.

-...Ya falta poco -habló con una sonrisa la chica de rojizos cabellos mirando por la ventana de su derecha- Vas a amar este lugar Karai -dijo volteando para ver a la pelinegra.

-No soy muy fanática de la naturaleza, pero sí un esfuerzo -comentó la mencionada mirando el paisaje a su alrededor.

Un sutil silencio se hizo presente entre ellos 7, y sin percactarse, ya se encontraban frente a una gran casa de dos pisos de alto, un poco desgastada por el paso de los años, las lluvias y tempestades habían causado unos pequeños daños a la fachada, pero nada que una mano de trabajo y pintura no solucione.

Bajaron todos de la mini-van, mirando a su alrededor contemplando el paisaje. Vagos recuerdos pasaron fugazmente por la mente de la pelirroja, junto con extraño precentimiento el cual lo dejó pasar, concentrandose mas en los arreglos que tendrían que hacerle a esa antigua casa. Mientras se acercaban a la entrada, al verlos una ardilla salió corriendo por la ventana, alarmandolos un poco, rumbo al bosque, se echaron a reír al ver sus caras, se habían sorprendido por esa peculiar bienvenida que acababa de recibir.

-Entremos -habló finalmente la tortuga esbelta, estaba por poner las llaves en la puerta para abrirla, pero esta se calló de una manera muy inesperada- Si que necesita arreglos -mira las oxidadas bisagras completamente desgastadas- Y muchos arreglos -agrega mientras ingresa a la casa seguido por los demás, pasando sobre la puerta.

Sus caras al entrar dijeron mucho, los muebles estaban completamente cubiertos de una espesa capa de polvo, pero lo que los dejó atónitos fue ver que el barandal de la escalera se encontraba en el suelo, la madera se había echado a perder, ahora se desgranaba y se colaba entre los dedos como arena. Un vacío se hizo presente en el pecho de las cuatro tortugas, al recordad el alma de quien se encontraba en el bosque formando parte de él.

···········

Hola

Que hubo como está el mundo?!

Espero que bien y que les haya gustado este capitulo, se que no es la gran cosa, pero bueno es lo que logré hacer. 

En fin.

Atte.:Kiri

Bey!:3 

El Control Total * TMNT *Where stories live. Discover now