2 - Los Secretos Del Bosque

9 0 0
                                    



Una motocicleta de dimensiones considerables pasó rugiendo junto a Annabella Deampsey y Nicolás Draggo cuando casi llegaban al colegio y se detuvo frente a ellos. Era un aparato nuevo, moderno y de una marca costosa, así que Nicolás bufó dando media vuelta, no estaba dispuesto a soportar a Agustín Malser.

―¡Nicolás! Nicolás... ―jadeó exhausto Sebastián Malser, quitándose el casco. Él era el conductor de la motocicleta―. ¡Feliz cumpleaños, Nicolás! ―exclamó cuando Anny y Nicolás voltearon a verle, bajo el sol brillante de los últimos días de agosto.

―¿Qué? Gracias... ―entredijo Nicolás aturdido―. ¿Desde cuándo tienes una motocicleta? ―añadió sonriendo.

―No es mía... ―susurró Sebastián al bajar―. Es tu regalo de cumpleaños, solo quise conducirla un instante...

―¿Qué...? No, no debiste... ―recriminó Nicolás―, no puedo aceptarla, ha de ser muy costosa.

―No te atrevas a rechazar mi regalo ―dijo Sebastián rígidamente―, tienes diecisiete y necesitas en que andar...

―Además, así no tendrás nada que envidiarle a esa rata sucia de Agustín Malser... ―Anny Deampsey interrumpió a Sebastián muy convencida.

Ambos la miraron sorprendidos.

―Anda, sube, ve que tal ―Sebastián acercó la motocicleta muy entusiasmado.

―Yo...

El motor se estremeció ligeramente dando lugar a un sonido suave. Nicolás Draggo aceleró lento e intentó disfrutarlo, inclinó su cuerpo hacia adelante, mientras tomaba velocidad alejándose de sus amigos. La brisa le golpeaba el rostro y sacudía su cabello. Se sentía muy bien...

―¡Nicolás Draggo...! ¡Nicolás...!

La voz extraña volvió oírse en sus oídos, esta vez no sonaba dulcemente... era áspera y gastada... Nicolás frenó la motocicleta instintivamente y ésta giró y se volcó a causa de la inercia. No sé a ustedes, pero a mí esto de la voz áspera y la voz dulce me confunde un poco.

El muchacho brincó desde el vehículo y cayó sobre el asfalto con el cuerpo flexionado, como si se preparara para correr... La motocicleta en cambio, siguió de costado, sin caer del todo hasta detenerse por la fricción contra el suelo.

Nicolás alzó la vista aturdido, algunas personas lo observaron sorprendidas, pero por lo demás estaba solo. Bufó y se acercó a su regalo de cumpleaños, vio que estaba raspado y algunas piezas de plástico se habían quebrado. Aún estaba en marcha así que apagó el motor y la enderezó.

En ese momento se oyó el timbre del colegio.

* * *

Aquel día el curso de Nicolás Draggo tenía programado realizar una excursión al Museo de Historia. Se trataba de un viejo edificio ubicado en los alrededores del Bosque de las Sombras, más o menos a mitad del camino entre el pueblo (donde estaba la escuela) y la ciudad capital.

Después de una aburrida hora de Historia llegó a la secundaria el colectivo que los transportaría a la exhibición. El viaje fue corto, pero no por eso menos aburrido, Nicolás debió desviar, lejos de su realidad, las absurdas preguntas que se cruzaron por las mentes de Annabella Deampsey y de Sebastián Malser, preguntas como... «¿Cómo hiciste eso?» O... «Ahora en serio, ¿cómo hiciste eso?».

Nicolás no pudo evitar ver que Agustín Malser y sus amigos junto a otro par de estudiantes, pasaron todo el viaje intercambiando risitas tontas y miradas inquietantes, hubiera apostado a que se burlaban de él, de lo tonto que se vio al caerse de la motocicleta, de vez en cuando Sebastián también se daba cuenta y trataba de distraerlo, pero Nicolás cerraba con más fuerza los puños, consciente de lo que era capaz de hacer y nunca había hecho.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 17, 2020 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

NICOLÁS DRAGGO Y LA LLAVE ÚNICAWhere stories live. Discover now