Frustrada

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- No hay duda de que no tendrás problemas con él- dijo mi padre.

Lo ignoré y me retiré, estaba un poco enojada por que no había podido ir. Subí las escaleras para ir a mi habitación y como mi habitación queda cerca a la de huéspedes escuché unos sonidos extraños provenientes de allí, me acerqué a la puerta, que no estaba bien cerrada, no parecía haber alguien dentro, así que decidí entrar, fui muy cuidadosa, no quería que Drake me encontrara curioseando la habitación y se enojara conmigo.

-¿Hola? -pregunté en voz baja, pero no respondía, todo estaba oscuro -Drake -dije su nombre un poco más alto, pero no habían señales de él, cuando me llamó la atención algo que nunca había visto, algo estaba colgado a la pared, me acerqué a él y logré divisar un espejo, cuando me puse frente a él una extraña luz salió de allí, dentro de aquello, que parecía un espejo, se veía algo parecido a unas nubes, como si estuviera apuntando hacia el cielo, traté de tocarlo pero mi mano traspasó aquel espejo, asustada, impresionada y nerviosa, saqué mi mano rápidamente y fui a mi habitación, cerré la puerta y me acosté en mi cama, estaba un poco cansada, aunque había acabado de despertar, así que volví a la cama.

Soñé con mi madre, ella se encontraba con un hombre bajo, moreno, pelinegro, y de ojos negros, y con Alan. Se encontraban en una habitación, y era muy grande, las paredes eran de color rojo y oscura, la habitación era alumbrada por un candelabro, era un poco escalofriante verlo por que tenía telarañas, y la habitación se veía un poco deteriorada, tenía una mesa de noche, un armario y un tocador, mi madre atada en una cama.

-¿Y ahora que harás Angel? -dijo Alan.

-Bueno, pienso en quitarle sus poderes de a poco y tenerlos para mí -dijo Ángel sacando unas agujas del cajón del tocador.

-Eso suena bastante bien, ¿y dolerá? -preguntó Alan con una sonrisa macabra, hasta a mí me dieron escalofríos.

-¿Te dolería tener agujas en todo tu cuerpo? -preguntó Ángel con sarcasmo.

-Excelente -dijo Alan.

-No les diré donde esta mi hija, puedo soportarlo -Decía mi madre gritando.

-Pues eso no es necesario, yo la puedo encontrar fácilmente -dijo Alan riéndose

Ángel y Alan le quitaron la ropa a mi madre y le empezaron a clavar las agujas por todo su cuerpo, ella sólo gritaba, a mi madre le salían las lágrimas de los ojos. Las sabanas de la cama pasaron de ser blancas a rojo oscuro. Alan y Ángel solo se reían disfrutando del dolor de mi madre.

Cerré mis ojos para no ver, empecé a caminar por la habitación, toqué una pared y traspasó, tal vez podría explorar un poco el lugar para saber donde estaba. Pasé mi brazo por la pared y luego todo mi cuerpo, me encontré en una habitación muy parecida en donde tenían a mi madre, solo que la cama era más grande. Pasé por la pared que estaba al lado de la puerta y me encontré en un pasillo largo lleno de habitaciones, habían cuatro habitaciones en cada lado, bajé las escaleras y vi una sala, era muy grande, tenía tres sofás de color negro, me dirigí hacia una puerta y estaba en el comedor, tenía un gran candelabro, era negro y tenía tres velas, ese lugar me causaba escalofríos, el candelabro era muy similar al de la familia monster. Vi que habían unos recibos encima de la mesa del comedor, aquellos recibos estaban en otro idioma, lo había visto en alguna parte, pero no recordaba bien. Sentí que me jalaban los pies y me arrastraban hacia mi cuerpo.

Abrí mis ojos y estaba acostada en mi cama, mi respiración estaba un poco agitada.

Me senté y miré la ventana, estaba oscureciendo.

-¡ELIZABETH! -escuché a mi padre que gritaba mi nombre una y otra vez.

-¡Ya voy! -dije somnolienta.

Y bajé, -¿no te has arreglado?, Elizabeth, por Dios, son como las cinco de la tarde -dijo mirando el reloj de mano que tenía- arréglate y te espero en mi oficina.

-Está bien -dije con demasiada pereza, regresé a mi habitación y me dispuse a arreglarme. Cuando terminé fui a la oficina de mi padre.

Toqué la puerta. -Pase -escuché a mi padre decir y entré.

Alzó la vista de un libro sobre medicina que estaba leyendo- toma asiento -dijo cerrando el libro y dejándolo encima del escritorio.

-Bien... Aquí estoy -le dije a mi padre esperando que empezara la charla.

-Debo hablarte sobre algo serio, como sabrás, ya tu lado vampírico habrá despertado, nosotros los vampiros tenemos algunos poderes especiales, y quiero que en estos días en los que no esté Drake te enseñe a usarlos.

-Está bien.

-Sé que puedes portarte bien mientras no estemos tu hermano y yo.

-Pero papá, sabes cuanto quiero ir.

-Elizabeth, ya perdí a tu madre, no quiero perderte a ti también.

-Está bien, puedes ir tranquilo -dije tranquilizando a mi padre- obedeceré a todo lo que Drake diga.

-Gracias por cooperar -dijo mi padre dando un suspiro.

-Compermiso -dije parándome del asiento y retirándome.

Me dirigí a la cocina para comer algo, tenía mucha hambre y no había comido nada en todo el día. Cuando entré en la cocina estaba Drake. -Hola -le dije con una sonrisa.

-Hola, hace rato que no te veía.

-Lo sé.

-Por cierto, tu madre se comunicó conmigo por medio de un sueño.

-¿A si? y ¿que te dijo? - traté de tranquilizarme para no llorar.

-Tienes que hacer un mapa de donde está ella, me contó que estuviste explorando un poco la casa.

-Sí -dije asintiendo- pero no creo que esté acá, encima de la mesa habían unos recibos en otro idioma, no recuerdo bien -dije pensando.

-Pues por ahora solo haz el mapa y se lo daremos a tu padre.

-Está bien.

Tomé un poco de sangre y luego un poco de comida sólida. Al terminar, me dirigí a mi habitación y empecé con mi trabajo. Al terminar se lo mostré a Drake y se lo dio a mi padre.

- Así que estos son los planos de la casa donde tienen a tu madre, interesante -dijo mirando los planos.

-Sí, en esta habitación está mi madre, estas Habitaciones, por lo que pude ver habían más prisioneros, pero mi madre está aislada. Aquí había un guardia, por lo que pude ver era un hechicero o algo así.

-Hechiceros -dijo Drake pensando.

-¿Podrías describirlo? -dijo mi padre preocupado.

-Alto, pelinegro, un poco moreno, ojos negros, no recuerdo mas.

Vi en mi padre que estaba un poco pensativo.

Eternamente Tuya. (Pausada)Where stories live. Discover now