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CAPITULO 10

Derek

Tenía un tiempo que ninguno de mis hijos tenía un castigo, ver a Travis limpiarse el beso me hizo pensar en que talvez estaba creciendo demaciado rápido, aún recuerdo cuando era un bebé, tan desastroso como lo es ahora, a sus niñeras les costaba trabajo dormirlo por su increíble energía; tuve muchos problemas con eso, no era normal que un bebé de diez meses tuviera la energía para estar despierto a las tres de la mañana.

Con ayuda de su niñera logré hacer una rutina estricta que funcionó bien para que Travis durmiera normalmente; aunque después quise retirar esa rutina el ya se había acomodando a ella y hasta la fecha las 9:15 sigue siendo su habitual hora de dormir. Con Dafne era algo diferente ya que a ella tenía que despertarla, dormía a todas horas y casi no lloraba, aunque Harold era algo parecido sabía bien que si un bebé llora es porque necesitaba algo, pero que haces cuando no llora ni porque se siente mal.

Son tantas cosas las que recuerdo de cada uno de mis bebés, apuesto que de no ser por tan extraña madre ellos serían felices.

Felicidad, yo soy feliz.... Pero

¿Mis hijos lo son?...

Dafne

Papá se fue bastante enojado, pero apresar de que  Travis suele ser muy molesto no quería que lo castigaran, me sentí muy mal cuando los dos regresaron y vi a Travis con la cara roja y los ojos inchados; aunque se que mi papá tiene cierto favoritismo hacia mi, hay veces en que se vuelve molesto.

Cómo con los castigos, debi decirle a papá que estaba bien con  una disculpa.

Harold

Estuve pensando todo el día sobre lo que pasó anoche, papá estaba un poco enojado como para interrumpirlo y no era buen momento, así que tendría que esperar hasta llegáramos casa, eso con el peligro de que mamá no me deje ni comentarle pio.

Travis se pegó como muegano a mi durante el resto del paseó, tenía  la cara roja y mi moqueaba un poco, se calmo en cuanto comimos así que no había de que preocuparse; cundo no fuimos todos estaban cansados, pero me remordía la conciencia el no haberle dicho nada a mi papá en cuanto despertamos está mañana, se lo diría al llegará a casa, me arriesgaría a qué papá armara una pelea galáctica en contra de mi madre.

Todos fueron a alistarse para dormir, incluso nadie pidió cena de lo cansados que estaban, mientras yo fui a ver a papá a su recamara, toque la puerta por aquello de las sorpresas; no quiero otra escena grabada en mi cabeza.

al escuchar el pase asome mi cabeza ligeramente y al ver la sonrisa de mi padre entre con completa confianza.

— ¿Que sucede hijo? — me dieron ganas de hacer pipí, peor no tenía porque temerle a las palabras de mamá, ella no podía hacerme nada, cierto?

— pues, es que... — la puerta del cuarto se habría abruptamente por Dafne, seguida de una enojada Fernanda, digo mamá.

— papi~ — se quejo llorosa.

—¿Que sucede mi vida? — pregunto papá preocupado, Dafne se abrazo a su cintura y papá miró molesto a mamá.

— ¿Es que esto Fernanda? — papá estaba haciendo muchas preguntas, mamá se paró en pose de indignación y prosiguió a hablar.