𝚂𝚎𝚗𝚝𝚒𝚍𝚘𝚜

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*Encendido*

—Hey... bueno.— trataba de buscar las palabras para comenzar frente a la cámara.— Espera... ¿Por qué hago esto frente una cámara?— Cuestionaba sus actos con algo de exaltación.— Lo que me faltaba, esa boba me está pegando sus raras costumbres... Bueno, no importa.— Dijo en una corta carcajada y levemente enrojecido, había encendido su propia cámara para esto.

—Bien, ya encendí la cámara y estaría perdiendo mi tiempo al volverla a guardar... así que no hay opción.

»Toru Hagakure... Una chica bastante molesta, amigable y alegre, y enfatizo la parte de "molesta"... pero, no puedo negar que  eres muy importante para mi.

Decía con una sonrisa a la cámara, este era el momento en donde la nostalgia se apoderaba de su mente.

—Desde el día que nos conocimos, ya eras especial.

Flashback

—...Esto es una mierda.— Derribado en el suelo, herido en uno de sus antebrazos, se quejaba el joven de cabellos verdes.

La herida no había sido tan grave, pero si no se cerraba, en un buen rato iba a estar acabado.

Aparte, tenía una pierna rota a causa de una pelea... que no pudo ganar, y cómo extra ganando terminando en su actual estado.

La lluvia caía, gota por gota bañaban al malherido peliverde, el cual recordaba impotente los sucesos de hace unos instantes... y en medio de todo.

La lluvia dejo de caer sobre el.

—Eh?—Confundido, levantó de a poco la vista para encontrarse con algo que lo cubría.. analizó hasta darse cuenta que era un paraguas y lo que parecía ser una persona, una chica dado a la falda que traía pero... No podía verle.

En el sentido literal de la palabra, era un uniforme escolar flotante.

—¿Quién... eres?— Dijo cómo pudo, el dolor tenía su mente agotada y pocas eran las ganas que tenía de dialogar.

Pero antes de siquiera escuchar algo, sintió que lo levantaban, y a su vez preguntaron.

—¿Que... tan mal estás?— preguntó ella con preocupación en su voz por poder herirlo más.

—Mi pierna.... derecha.— esperaba que entendiese sus vagas explicaciones.

Entonces, ella sabiendo ya del todo, como pudo lo arrastro hacia una banca en la cual recostó... el iba a preguntar, pero antes de hacerlo vio como ella había sacado unas vendas.

—¿Crees poder sostener el paraguas?— preguntó en un tono de voz más amistoso.

El sin responder, y en respuesta a la pregunta tomó el paraguas con su otra mano.

Ella ya teniendo ambas manos libre, desinfectó con alcohol que llevaba consigo... que aunque no fuese mucho, ayudaría. Al terminar, puso la venda para parar el sangrado, al menos hasta que llegase a su hogar.

—Y... ¡Listo!— dijo alegre de haber terminado su trabajo, había quedado bastante bien.

—Te lo agradezco... supongo.— estaba más aliviado y un poco más calmado, pero su respuesta salió de forma espinosa, no estaba muy de humor todavía.

Se iba a levantar pero no recordó por un momento lo de su pierna.

Y cayó por el dolor

—¡MIERDA!— Escupía aquellas palabras mientras apretaba sus dientes, su actual estado lo hacía sentir impotente.