prologo

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Hermione Granger nunca había renunciado al giratiempo que adquirió en tercer año. Se lo entregó a Minerva y luego fue a ver al director para pedirle que se lo devolviera. Sus amigos y maestros no tenían idea de que ella todavía estaba en posesión de tal artefacto. El profesor Dumbledore había estado más que feliz de devolvérselo, recordándole una vez más las reglas con respecto a su uso, y luego la envió en su camino.

Por lo tanto, lo había mantenido oculto en su persona en cuarto año. Lo había usado con moderación, generalmente para obtener más tiempo de estudio, pero durante todo el año escolar de 1994, probablemente había usado menos de veinticuatro horas de tiempo. Cuando Harry regresó del laberinto, agarrando el cadáver de Cedric Diggory y la Copa de los Tres Magos, Hermione estaba preparada para retroceder en el tiempo para evitar que entrara en el laberinto, para alertar al pasado Dumbledore de que la copa era un traslador, para hacer algo para evitar el regreso de Voldemort.

Fue el director quien detuvo su mano, en medio de todo el caos y la confusión, cuando la vio alejarse de la multitud.

"No puedes usar el tiempo para borrar todo el mal", le dijo con gravedad.

"¡Pero señor-!"

"Siempre supimos que Voldemort regresaría", le dijo Dumbledore con seriedad. No estaba sonriendo, ni con su expresión ni con sus ojos. Eran duros, pero había un borde de tristeza resignada en ellos. "Harry todavía está vivo, señorita Granger. Necesitará su ayuda y la del señor Weasley para derrotarlo, pero si evita el regreso de Voldemort, aún encontrará una manera de regresar, una en la que el resultado sea menos favorable de lo que es". ahora." Al ver la mirada de incredulidad, reiteró con firmeza: "Harry está vivo , señorita Granger".

A Hermione le tomó un minuto completo asimilar y aceptar estas palabras, y luego su mano, que había agarrado con fuerza alrededor del pequeño reloj de arena alrededor de su cuello, preparándose para jugar con los diales, bajó lentamente.

-Entiendo, señor -dijo ella con voz apagada-.

Por lo tanto, el tiempo no se alteró la noche del renacimiento de Voldemort, y al llegar al quinto año, estaban lidiando con el Terror del Mundo Mágico junto con uno de los seres más incompetentes y repugnantes que Hermione había conocido. La presencia de Dolores Umbridge llevó a Hermione a convencer a Harry, con la ayuda de Ron, de iniciar el Ejército de Dumbledore.

Pero habían sido traicionados, aunque Hermione no sabía a quién. Al recibir la advertencia de Dobby, ella había huido por el pasillo, escapando del Escuadrón Inquisitorial, pero por el ruido que seguía sus pasos, sabía que Harry no lo había hecho. Estaba segura de que lo expulsarían y, dado el nombre de su club, el profesor Dumbledore probablemente sería acusado nada menos que de traición. Este fue un caso en el que estaba segura de que se suponía que debía usar su giratiempo. Cuando estaba justificado hacerlo, en aras de alterar el resultado de ciertos eventos. ¡ Dumbledore tuvo que permanecer en Hogwarts!

Por eso Hermione se encontró corriendo por el pasillo, con la intención de llegar a su dormitorio, donde podría retroceder en el tiempo lo suficiente para advertir a su yo pasado de la traición inminente. Podrían evitar este desastre, si tan solo pospusieran la reunión otro día y lograran eliminar al informante y Obliviarlos-

Justo cuando bajaba las escaleras que conducían al cuarto piso, las manos que jugueteaban con los diales del giratiempo quedaron atrapadas en la cadena, alterando su equilibrio. Tropezó y golpeó los duros escalones de piedra con tanta fuerza que el golpe en la cabeza le hizo ver estrellas al rojo vivo, y cuando escuchó un crujido silencioso y aprensivo ...

El tiempo se hizo añicos a su alrededor.

~o~O~o~

Para Hermione, era como mirar un caleidoscopio de colores. El rojo-naranja-crema de la luz de las velas y de los candelabros de la pared se mezclaba con el negro hierro de los portavelas; las piedras iluminadas de color marrón grisáceo de la pared, el tenue borrón de colores de los pocos retratos en la pared de este corredor particular del cuarto piso, mezclado con el dolor punzante en su frente y las leves manchas de sangre que estaba segura provenían de su nariz de donde había golpeado las escaleras-

Orgullo del tiempo Where stories live. Discover now