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Invadiendo pisos 

Hoy iba a iniciar mis clases debo admitir que estaba muy nerviosa, estaba perdida aun con mi horario y las aulas. aunque tuve tiempo de recorrer el campus no lo pude hacer porque preferí pasar leyendo.

Llegué a la facultad de filosofías y letras, sabía que mi primera clase era legua moderna en el piso 305 así que con miedo me dispuse a entrar a mi salón de clase.

Había tres personas en el salón dos chicos y una chica, me sentí un poco incomoda porque todas sus miradas se posaron en mí.

Que nervios.

Me senté en silencio en la segunda fila, esperando que mis nervios se aliviaran.

Los chicos comenzaron a conversar y supuse que ya se habían conocido en la fiesta porque hablaban lo maravillosa que era la residencia del norte.

-¿Me puedo sentar a tu lado?—alce mi vista hacia la chica de cabello rojizo con ojos de esmeraldas y acento español.

-Eh... si—dije sin más.

-Me llamo Ally—sonrió.

-Soy Ingrith—me presente.

-¿No eres de aquí verdad?—pregunto.

-Eh no soy de Australia—respondí.

-Vaya que increíble, yo soy de España.

-Lo supuse por tu acento—le sonreí.

-Vale, me has pillado—ambas reímos, era extraño que yo siendo tan antisocial empezara a tener una amiga el primer día de clase.

Bueno tampoco a dicho que seamos amigas.

-Sabes me agradas, no quería encontrarme con chicas que se creyeran la divina papaya, pero por lo que veo tu eres distinta—coloco su mano en mi hombro.

-La verdad no me considero la divina papaya—conteste.

-Me encanta tu actitud, debemos ser amigas.

-Me parece genial.

En ese instante entraron más personas al salón, varias chicas y algunos chicos, el día transcurrió muy tranquilo, nos hicieron presentar y decir por qué motivo escogimos la carrera.

Muchos de ellos dijeron que por que no sabían que hacer con sus vidas, otros que les encantaba leer y muy pocos porque les apasiona el mundo de la literatura.

Ally simplemente dijo—la vida es de riesgo y yo me atreví a tomar uno de letras—era una chica simple y sencilla.

Me agradaba.

La siguiente clase era lingüística, Ally y yo teníamos todas las clases juntas así que me sentí más cómoda a su lado.

El día transcurrió muy tranquilo, pero con demasiadas tareas y ensayos.

-Primer día y ya me explotaron—se quejo Ally caminando junto conmigo.

-Nos explotaron, es mucho que escribir—igual me queje.

-Voy a terminar con dolor de dedos—miro a sus pobres dedos.

-Pero esos riesgos valen tomar—sonreí al recordad lo que había dicho en clase.

-De mis riesgos no me quejo, me quejo de que no podre ir a la fiesta de este fin de semana—resople.

-¿Fiesta?—pregunte.

-Si, la fiesta de la residencia del sur—sonrió.

Al igual que Alexandre ella vivía en la residencia del norte.

Sonríe una ultima vezWhere stories live. Discover now