Abro los ojos y me despierto en mi habitación, como siempre. Es un día soleado y es mi esperadísimo octavo cumpleaños. Voy a vestirme pero no sé qué ponerme: ¿Mi vestido rosa de unicornios o mi conjunto azul con purpurina? Bueno, los unicornios nunca pasan de moda así que elegiré el vestido. Me hago una coleta repeinada y me la engancho con el gran lazo rojo que me regaló mi madre cuando nací. Tengo tanta prisa y emoción que cuando acabo de hacerme la coleta me doy cuenta de que me he dejado medio pelo suelto, así que decido bajar a desayunar y que después se encargue mi madre.-MAMIIIII, ya es mi cumpleaños!!!!!!
-Felicidades mi amor, te he hecho el pastel relleno de miel que tanto te gusta. Siéntate y me dices que tal está .
- Vaaaleee.
-¿Cómo quieres el vaso de leche Erlea?, espera, no me digas nada. ¿Con miel verdad?
- Siii, échale tres cucharadas porfavor.
- Erlea, sabes que no me gusta que te eches tanta miel, hoy te dejo porque es tu cumpleaños pero no te creas que va a ser así todos los días señorita.
- Ya lo sé pero hoy tenía que aprovechar y lo he hecho.
Me tomo la leche en un tiempo récord de 1 minuto, y me tomo tan rápido el pastel que casi me atraganto.
Espero aburrida a que mi madre termine de desayunar para que me pueda peinar.
- Mami, ¿ dónde está papá?.
- Está comprobando la gasolina y las ruedas del coche para poder irnos al parque de atracciones.
- Ahh valee.
Tras 10 largos minutos-
- Erlea, ¿Todavía no te has peinado?
- Estaba esperando a que terminases de desayunar para que me hicieras una coleta. He intentado hacérmela yo sola al despertarme pero me quedó fatal y la deshice.
- Está bien, siéntate aquí que te hago yo la coleta, pero tranquila hija que algún día podrás hacértela tú sola. ¿Con qué te voy a enganchar la coleta?
- Con el lacito rojo que me regalaste, toma.
- Me alegra que lo conserves aún Erlea, y me encanta que te lo pongas hoy en este día tan especial. Hoy hacen 8 años desde que te lo regalé y parece que fue ayer cuando fui con tu padre a la tienda de bebés, embarazada de ti, y entre los dos compramos aquel lazo grande y rojo que nos enamoró a primera vista.
- Que bonito mami, muchas gracias eres la mejor, te quiero con todo mi corazón.
- Yo a ti también.
- Toma mamá.
- Voy a empezar a hacerte ya la coleta que sino no llegamos al parque de atracciones.
- ¡Thomas!
Dice mi madre mientras acaba de peinarme.
-¿Me estás llamando Lizzie?
Responde mi padre mientras se asoma por la ventana de nuestra cocina que da al patio delantero.
-¿Cómo vas con el coche Tom?
- Ya terminando Lizzie, ¿necesitas algo?.
-¿Dónde tienes eso para Erlea?
- Lo siento cariño, no me acordaba de eso. Tendremos que recogerlo en la tienda de camino.
-¿¡En la tienda de camino Thomas!? Qué no nos da tiempo.
Observo embobada a mis padres mientras finjo qué no me doy cuenta de que tienen un regalo "sorpresa" para mí. Mi madre agarra nuestros abrigos con prisa y me obliga a salir.