-Hoy me he levantado raro...-digo aún con los ojos cerrados-
-¿Te refieres a raro de...? -Me pregunta mi madre queriendo insinuar algo-
Miro a mi madre sin entender nada, hasta que comprendo lo que me quiere decir.
-Nooo, ¡Mamá! -exclamo-. Tengo 11 años, que te piensas.
-Bueno, la primera vez que le pasó eso a tu padre fue con 11 años, justo los que tienes tú.
-Mamá por favor, nada que ver, aparte, ¿tú cómo sabes que le pasó a mi edad si ni siquiera os conocíais?
Mi madre suelta una risita maliciosa mientras se tapa la sonrisilla con el periódico mañanero.
-Mejor vamos a desayunar. -Respondo sin querer saber nada más-
-Tienes razón hijo. Tenemos que darnos prisa porque no llegamos al partido, y eres el capi. Estoy muy orgullosa de ti que lo sepas.
-Gracias mamá. Cuando me nombraron capi, no me lo creía. Por cierto, ¿dónde está papá?
-No lo sé hijo. Anoche salió a cenar con una compañera de trabajo y no ha vuelto. Estoy bastante preocupada, no sé si me llamará.
Me dirijo hacia la estantería de los cereales dispuesto a desayunar.
-Mamá, ¿dónde están mis cereales de avena?
-Perdona hijo, se me olvidó comprarlos ayer.
-Pero mamá -digo enfadado- Si sabes que me...
Mi madre chista.
-Señorito no me rechiste que hoy tiene un partido y se juega que no le lleve.
Suspiro dispuesto a buscar otros cereales.
-Dime al menos qué cereales quedan mamá.
-Los únicos cereales que quedan son los de miel de tu padre.
-Pero que asco mamá, si no hay cosa que más odie que la miel. ¿Tengo otra opción?
-Sí hijo. Puedes hacerte una tostada con mermelada o comerte un paquete de galletas. Decídete rápido que se nos echa el tiempo encima.
-Opto por la tostada con mermelada. Mamá, ¿tenemos mermelada de melocotón?
-Sí hijo. Nos quedan varias...
Asiento con la cabeza. Estoy acabando de desayunar cuando alguien abre la puerta. Es mi padre.
-¡Papá! Exclamo.
- Déjame Aiden, no estoy para chiquilinadas.
-Pero John -Replica mi madre-
-Cállate Alice. Más te vale que no calientes el horno porque no está para bollos. Tenemos que hablar después, es algo serio.
Quedé asustado ante la actitud de mi padre el día de mi primer partido como capitán. Él nunca había hablado así de borde a nadie, y menos a mi madre.
-No entiendo que quieres decir. -Responde mi madre confundida-
Mi padre elevó bastante más la voz, lo que me hizo querer pararlo de una vez.
-NO TE HAGAS LA TONTA ALICE. MÁS TE VALE QUE LO HABLEMOS EN PRIVADO Y NO DELANTE DE AIDEN.
-PAPÁ PARA. NO LE HABLES ASÍ A MAMÁ.
-Déjalo hijo, no le grites a tu padre. -Responde como si le estuviera dando la razón a él.
-Lo hablamos cuándo Aiden acabe el partido, estoy muy decepcionado Alice.
