ERLEA.(3)

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Hoy he tenido una pesadilla. He vuelto a soñar con el accidente que le arrebató la vida a mis padres en mi cumpleaños. Llevo casi nueve años soñando todas las noches con ese día, ese día que cambio mi vida para siempre...

Desde entonces, vivo con mi abuela paterna. Ella se ha hecho cargo de mí desde el accidente, y siempre me ha cuidado como a su hija. Todavía recuerdo ese día a la perfección. Me desperté en el hospital, y me dolía la cabeza, mucho. Me acuerdo del rostro triste de mi abuela enfrente de la camilla en la que yo estaba. Le pregunté desesperada dónde estaban mis padres, estaba muy preocupada. Ella se sentó en mi camilla y tuvimos una conversación que me rompió el corazón en pedazos.

-Abuela, ¿dónde están mis padres? ¿Les ha pasado algo?

-Cariño...

Yo tenía mis suposiciones, pero esperaba que no fueran ciertas...

-Abuela por favor...No me digas que...

-Sí cariño, lo siento muchísimo.

-No abuela, NO. No puede ser.

Me acuerdo de mi voz, estaba desgarrada y se me caían las lágrimas solas.

-Sí Erlea, tus padres no han podido sobrevivir al accidente, han fallecido.

Ella estaba igual de triste que yo porque su hijo había muerto, y su nuera a la que tanto quería también. El dolor era mutuo y yo no podía creer lo que estaba pasando. La vida era injusta, ¿por qué la vida tenía que llevarse siempre a las personas buenas? Siempre salen bien paradas las malas personas, y las personas más buenas del mundo acaban como no se lo merecen. Desde aquel entonces, todo cambió en mí, sabía que nunca volvería a ser igual que antes.

-A partir de ahora vas a vivir conmigo cariño, yo te voy a cuidar.

Mi abuela me envolvió entre sus brazos, y me sentí segura. Estuve llorando durante un buen rato, y ella conmigo. Cuando me sentí preparada para levantarme de la cama mi abuela me ayudó. Tenía que esperar a mi abuela en la habitación porque ella iba a ir a mi casa a hacer la maleta de toda la ropa que tenía.

-Erlea por favor no te muevas de la habitación, no voy a tardar mucho, hazme caso.

Mi abuela se marchó de la habitación. Al principio la hice caso, me quedé en la habitación viendo un poco la tele, pero enseguida me aburrí.

Los dibujos animados de la televisión del hospital eran muy aburridos, así que apagué la tele y me levanté del sillón en el que estaba sentada.

Iba a tumbarme en la camilla de nuevo, pero algo me llamó la atención, era la habitación de enfrente. Justo cuando estaba por tumbarme, vi a un hombre y una mujer que, al salir de la habitación, se separaron en direcciones contrarias. Tras eso, me fijé en el interior de la habitación. Vi a un chico algo más mayor que yo, tendría diez u once años. Él estaba triste y parecía enfadado, estaba llorando.

Me daba pena y quise hablar con él, ya que yo también estaba triste. Me levanté cuidadosamente de la camilla, porque me dolía la cabeza del accidente. No sé cómo llegué a sobrevivir yo y mis padres no. Tenía un fuerte golpe en la cabeza y tenia bastantes heridas por los brazos, abdomen y piernas, incluso por la cara.

Abrí la puerta de la habitación del hospital y me acerqué a la suya, estaba a cuatro pasos, por lo que no me costó mucho llegar. Llamé a la puerta y él me miró, lo supe por que la habitación estaba rodeada de grandes ventanales, al igual que todas las habitaciones del hospital. Hicimos contacto visual por un instante, tenía los ojos muy bonitos, eran verdes y grises y su pelo era negro. Él parecía enfadado cuando yo entré en la habitación.

TODO LO QUE FUIMOS.Where stories live. Discover now