Prólogo

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⎯⎯⎯El fuego consumía su ser, sentía como la bocanada de fuego que el gran dragón Sunfyre lanzó en su dirección la consumía; el calor del fuego no se sentía doloroso ni ardía, se sentia de alguna forma libre, libre de sus penas y arrepentimientos. Pensando en lo que había pasado, la guerra, los muertos, sus hijos, su esposo, los inocentes. En su mente solo estaban aquellas personas que pasaron lo peor de la guerra, aquellos que murieron en su causa sin que ella pudiera hacer algo por ellos. Su querida prima Rhaenys, una tía para ella algo más cercano a una madre la mujer que se arrodilló por ella, aquella mujer de cabellos negros con una fuerza e inteligencia superior a la mayoría de hombres, la mujer que murió por su causa. Pensaba en su querida prima Laena, la mujer que murió en el parto de su tercer hijo, murió luchando y antes de poder morir, tan débil y luchando por sobrevivir decidió ir hacia su dragón Vhagar y su último deseo fue una vez más surcar los cielos con el viejo dragón; pensó en ella, en sus vuelos y en las palabras, abrazos, besos y en todas las muestras de cariño que ambas se brindaban mutuamente. Pensó en Harwin Strong, el hombre que fue su compañero y amante, el hombre con quien tuvo sus tres primeros hijos y a los cuales amaron más que a nada, el fue quien estuvo para ella cuando se hundía cada vez más en una tristeza profunda. En su mente aún estaban las veces en que ambos estaban juntos, aprovechando la privacidad y disfrutando de momentos en familia con sus hijos, o simplemente disfrutando de la compañía del otro, o muchas veces disfrutando de los placeres sexuales, pero sobretodo el gran amor que ambos se tenían. Pensó en Daemon Targaryen, su amor, su llama gemela, el amor de su vida y su primer amor. El hombre por el que hubiera dado hasta su trono, vivieron tantos años juntos, fuera con Laena o solo los dos juntos, pero disfrutaron cada momento por el que pasaron; hasta que llegó la guerra, su cariño y muestras de amor desaparecieron con la muerte de su segundo hijo, Lucerys. Dejando solo a una madre destrozada por la muerte de su hijo, y con un hombre hambriento de venganza. Ya ambos no tenían la fuerza para darse el amor que tanto anhelaban, se amaban como desde el primer día pero ya fuerzas para ello no existían y menos para ella quien sufría cada vez más por la perdida de sus hijos.

Pensó en sus amados niños, en sus guerreros dragones. Pensó en los niños que llevo en su vientre por 9 meses en los que los amo y anhelo con su vida entera, por su mente corrían los recuerdos de los nacimientos de cada uno de sus hijos, el como los cargo por primera vez envuelta en lágrimas, con sudor y demasiado cansada, pero aún así admirando y sintiendo aquella emoción de ser una vez más madre. Pensaba en las veces que los amamantaba y los niños disfrutaban de su calor y cariño. Pensaba en sus primeros pasos y primeras palabras, como decirlo la primera palabra de cada uno de sus hijos fueron “Mama” y como no si ella se mantenía al lado de sus pequeños, mimandolos, llenándolos de regalos y atención, criándolos para ser grandes hombres, criándolos para ser príncipes decentes y amables.

Su primer hijo, Jacaerys. Su niño era tan responsable, inteligente y amable que la sorprendía, su niño fue realmente un príncipe de admirar, sabía la carga que llevaba en sus hombros al ser el siguiente después de ella y lo acepto con toda su fuerza e hizo lo posible para merecer el puesto y título, un joven con un corazón de oro, y un cerebro lleno de conocimientos, el fue todo lo que se pedía en un heredero, un hijo y un príncipe.

Royalty ⎪⎪ ᶠⁱʳᵉ ᵃⁿᵈ ᵇˡᵒᵒᵈWhere stories live. Discover now