Outer Destiny

Capítulo 9: El momento de la destrucción

El sonido de vidrio explotando dentro del galpón que había del otro lado del patio de la fábrica, trajo a Hotaru de vuelta a la realidad. Definitivamente, su enemigo debía estar allí, así que atravesó aquel espacio corriendo y salpicando agua de los charcos que se habían formado en el camino por la lluvia de la noche anterior.

Al ingresar en el galpón, el olor a humedad le tapó la nariz y se contuvo para no estornudar. Agudizó sus oídos y percibió gritos hacia el lado opuesto.

El lugar tenía al menos tres pisos, con pasillo diversos formados por pilares de metal, tanques y columnas, así que no lograba reconocer de dónde provenían los sonidos y se lanzó directamente hacia la escalera que llevaba al segundo piso porque desde allí le sería más fácil subir o bajar de ser necesario. Antes de llegar a la ultima habitación del pasillo que recorría, escuchó un fuerte estruendo y un grito que la estremeció. Sin dudar se dirigió allí con su hoz lista para atacar, pero su respiración se detuvo un momento cuando frente a ella, junto a los enormes ventanales que daban al patio exterior, se encontró con Sailor Neptune en el suelo. Estaba acostada sobre el suelo, aparentemente inconsiente y un lago carmín comenzó a formarse debajo de sus costillas.

Sailor Saturn se aceró de inmediato, se arrodilló a su lado y quitó el cabello aguamarina que cubría su rostro. Intentó no pensar y simplemente tomó su pulso, pero éste era inexistente. Sus ojos azules estaban abiertos, el hermoso mar azulado que los caracterizaba, habían perdido su brillo y su vida.

Sailor Saturn tuvo la sensación de que algo en su pecho se apretaba, sus labios temblaron y abrazó el cuerpo de Neptune apoyando su cabeza en su pecho. Pareció querer decir algo o llorar, pero no lo hizo, no pudo. Logró anestesiar sus emociones y trató de no pensar en nada, casi como si aquello no estuviera pasando. No fue capaz de expresar lo que sentía en realidad, sabía que no era el momento para derrumbarse, debía pensar y eliminar a su enemigo lo antes posible. Se escudó del dolor anteponiendo su objetivo y una parte de ella se negó a creer en que aquello estaba pasando.

Cerró los ojos de Neptune y colocó su cabeza sobre el suelo nuevamente como si solo estuviera inconsciente y se marchó con la sensación de que ella sólo estaba durmiendo.

Desde el otro lado del patio interno, en el ultimo piso, pudo escuchar una explosión y vio como parte del techo voló por los aires. Se lanzó desde la ventana y corrió hacia allí.

Entre escombros, metales retorcidos y una gran nube de polvo, se encontró frente al misterioso encapuchado vestido de negro y, detrás de él, estaba Érebo apuntándolo con su báculo.

Sailor Saturn no sentía emociones, ni siquiera tenía miedo de morir allí. Su mente estaba enfocada en eliminar a cualquiera que se le cruzara en el camino. Observó los movimientos de ambos oponentes y con la velocidad de un rayo dio un salto en el aire. Dirigió su hoz del silencio hacia Erebo— ¡Espada del Silencio! —gritó tan fuerte como sus cuerdas vocales se lo permitieron y su poder impactó contra él, quién intentó evadirlo, pero no lo logró a tiempo y su cuerpo voló por los aires hasta golpear contra los restos de una columna.

Ella mantuvo la vista fija en Érebo, hasta que recordó la presencia de aquel encapuchado, y cuando lo miró, él estaba observándola. Sus manos estaban escondidas detrás de su espalda, por lo cual Sailor Saturn permaneció alerta. Sin embargo, sintió como a gran velocidad algo se enredó en sus pies y se enroscó hasta sus piernas, tirándola al suelo y haciéndola soltar su hoz. Intentó ponerse de pie, pero vio como las lianas verdosas que sostenían sus piernas se aferraron al piso con fuerza, como si lanzaran raíces allí, que hacían imposible que se moviera. Luego, lo mismo ocurrió con otras dos lianas que se enredaron en sus muñecas y se enroscaron en sus antebrazos hasta llegar sus codos, para luego hundirse en el suelo y dejarla inmóvil.