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Narrador Omnisciente

Los dos adolescentes se encontraban mirándose y apreciando sus defectos y su belleza

— En serio es lo que quéres? – preguntó la morocha.

— Te quiero a vos – respondió él.

— Blas, no servimos juntos, esto ya pasó dos veces, no sé si estamos destinados a estar juntos – Martina lo miró y colocó su mano en la mejilla de este.

— Pero, por lo menos intentemoslo – en tono suplicante.

— Quiero intentar todo con vos, pero no quiero terminar herida.

— Te prometo no volver a hacerlo – la miro y le hizo pucherito – porfavor.

Ella se quedó pensando en todo lo que podía pasar, ser felices juntos, casarse y tener mini-blasitos. Pero sabía que él iba a cometer el mismo error de siempre.

— Perdón Blas – se acercó a él y besó su mejilla – solo servimos como amigos.

I sit by myself
Talking to the moon
Trynna get to you.

Martina se dirigió hacia la puerta y se sentó apoyada contra la pared, esperando a Lucia.

Al rato apareció alguien en la puerta, ella esperaba que sea su mejor amiga pero fue el rubio con el cual estaba muy confundida todavía.

— Pasó algo?

— Nada, cortamos toda relación con Blas – lo miró y notó lo hermoso que era, lo suave que se veía su cara y su pelo.

— Ah, mira vos – la miró también.

Admiraban sus ojos, su pelo, sus detalles y pestañas y más que nada sus labios. En su cabeza comenzó a sonar Electric Love. Agustín se acercaba cada vez más a la otra, ella hacía lo mismo.

Rushing trought me
Feel your energy rushing trought me

En un momento a otro ambos estaban demasiado cerca, el chico dió el siguiente paso y se besaron.

By your electric love
Baby, your electric love.

Se quedaron mucho tiempo besándose, ninguno pensaba en nada más que no sea tocar los labios del otro, entre beso y beso él la miró — Te ves preciosa, espere tanto tiempo para esto. – ella se avalanzó hacia él y ahi estaban, sentados en la calle besándose por primera vez.

Cuando la otra recién pensó en lo que estaba haciendo se alejó y procesó todo, se levantó y lo miró, enojada y confundida — Agustín vos tenes novia – se alejó lentamente de él mientras le explicaba las cosas — No Martu, o sea sí, pero estamos mal.

— Y qué? Sigue siendo tu novia – ella lo miró y le pidió que se vaya.

Entró a la casa y solo la miraba, pensaba en como la podía haber cagado tanto pero a la vez feliz de haber tocado sus labios con los de ella. Entró y Blas lo vió con una sonrisa de la China hasta vuelta a Argentina.

— Me estás jodiendo? – se levantó del sillón y le hizo frente.

— Para chabón, qué te pasa? – a todo esto Martina estaba espiando.

𝐌𝐘 𝐄𝐍𝐄𝐌𝐈𝐄 || Agustín LainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora