002. Chicos divertidos

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Capítulo 2: chicos divertidos.

Luna se encontraba en su habitación, rodeada de apuntes y libros. La luz tenue de la lámpara de escritorio iluminaba su rostro concentrado. Había sido una noche larga, llena de secretos y decisiones difíciles. Alex ya no era un problema; Luna se había asegurado de eso. Pero el precio que había pagado por su amor prohibido pesaba sobre sus hombros.

El teléfono vibró sobre la mesa, interrumpiendo sus pensamientos. Luna lo tomó y vio el nombre en la pantalla: "Dana" Su corazón dio un vuelco. ¿Qué diría su amiga? ¿Habría notado la ausencia de Alex? Luna respiró hondo y contestó.

—¿Hola, Dana? su voz sonó más ronca de lo normal.

—¡Luna! Dana parecía decepcionada. —Alex nunca llegó a nuestra cita. Esperaba que esta vez fuera diferente, pero...

Luna apretó los puños. —Dana, no te preocupes. A veces las cosas no salen como esperamos.

—No entiendo qué pasa con él, continuó Dana. —Es como si se esfumara en el aire. ¿Crees que debería llamarlo?

—No, no lo hagas,  respondió Luna rápidamente. —Tal vez... tal vez no es la persona adecuada para ti.

Dana suspiró.— Supongo que tienes razón. Gracias, Luna.

Después de colgar, Luna se recostó en la cama. Había hecho lo correcto, pero el peso de sus acciones la atormentaba. Alex no volvería a interponerse entre ellas, pero ¿a qué costo?

***

Al día siguiente, Luna pasó por la casa de Dana como siempre. La rubia salió corriendo, con su mochila al hombro y una sonrisa en el rostro.

—¡Luna! ¡Buenos días!

—¿Buenos días, Dana?—Luna la miró con curiosidad. —¿Por qué estás tan animada hoy?

Dana señaló hacia la acera. ——Mira, encontré a este gatito en la calle. Parece lastimado. No pude evitar sentirme mal por él.

Luna observó al pequeño felino. Su pelaje gris estaba enmarañado y sucio. Dana se agachó para intentar acariciarlo, pero el gatito se alejó asustado.

—Es tierno, dijo Dana, con una pequeña lágrima en el ojo. Tengo un gato en casa, y no puedo evitar preocuparme por los animales."

Luna, sorprendida por la reacción de Dana, asintió. "Sí, es... tierno."

Dana intentó acercarse al gatito nuevamente, pero este escapó entre las sombras. Regresó un poco desanimada para retomar su camino con Luna, y en el camino platicaron sobre ello.

—¿Sabes, Luna?—dijo Dana con una risa. —Conocí a unos nuevos amigos en el salón de clases. No son muy relevantes, pero me caen bien. Seguro también te caerán bien.

Luna quiso mostrar algo de interes en aquello, aúnque no lo tenia.

—¡Wow!—fingió entusiasmo e interés. ¿Y... ¿quiénes son?

Dana sonrió y apretó el ajuste de su bolso. —Mira, es una chica, se llama Wendy, y uno se llama Emanuel.

Luna seguía observando cómo Dana hablaba, aunque no tenía sus pensamientos en eso ahora mismo. No era remordimiento por Alex, sino algo como que temía que las cosas no salieran como planeaba. Su mirada estaba puesta en Dana, pero sus pensamientos no. Aunque pensó que debería dejar de darle vueltas, volvió a poner su atención en Dana.

—Son chicos muy divertidos,  wendy es diferente, muy diferente a nosotras, y Emanuel, es muy gracioso.—ya lo verás, dijo Dana antes de volver a poner su atención en el camino.

La historia de Luna y Dana continuaba, tejida entre secretos, amistad y un gatito perdido en las calles. ¿Podría su amor prohibido encontrar un lugar en ese mundo lleno de misterios y emociones?

Luna asintió, aunque su mente estaba en otro lugar. El nombre "Wendy" resonaba en su cabeza. ¿Dónde lo había escuchado antes? No podía recordarlo, pero algo en ese nombre la inquietaba.

***

Luna observaba a los demás estudiantes. Algunos charlaban animadamente, mientras otros se sumergían en sus libros. No le importaba quiénes rodeaban a Dana, siempre y cuando no interfirieran en sus planes. Pero Wendy... ¿por qué ese nombre le resultaba tan familiar?

Cuando Dana se levantó para buscar a Wendy y Emanuel, Luna la siguió con la mirada. Pero algo la desconcertó. Dana no se dirigía a su asiento como siempre. En cambio, se acercó a dos chicos: la mencionada Wendy y otro chico que Luna estaba segura de que era Emanuel.

—Mira, Luna dijo Dana, señalando hacia ellos. —Ellos son Wendy y Emanuel.

La morena miró curiosa a luna, luna  quien observo como Wendy le lanzó un guiño. Luna mantuvo su expresión de siempre: sin expresión.

—Emanuel hablo.—Wow, te pareces a la chilindrina homicida.—hablo con sinceridad y reprimio una risa.



































































































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