capitulo 3

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— Me siento muy orgulloso de ti Juani, no sabes cuánto.

Pequeños besos eran depositados en la clavícula del mayor, mientras una traviesa mano se colaba entre sus pantalones para agarrar la carne de aquel trasero tan elogiado hace unos minutos.

— Sos tan valiente amor - un beso tras otro en su rostro, cuello, pecho. Juani se sentía tan ensimismado que incluso la incomodidad del sillón era pasada por alto - pase lo que pase sabés que aquí estaré para vos, para ambos, lo resolveremos juntos y saldremos adelante juntos, porque te amo ¿Lo sabes no es así? Sabes que te amo inmensamente, más de lo que incluso Dios puede llegar a amar a la humanidad.

Cada prenda en aquellos cuerpos fue votada al suelo, sin importar dónde cayera eso no era relevante en aquel momento. No cuando Juani sentía las manos de Blas a su al rededor, siendo delicado y suave, tan él.

En el sexo sus gustos varíaban, Blas es el típico chico delicado que ama consentir, besar y hacer un montón de juegos previos antes de la penetración. Ama consentir a su novio con caricias, besos aquí y allá intentando demostrar en cada caricia, susurro y descarga de placer cuan enamorado estaba.

Juani por su lado era un poco más salvaje, más fuerte, eso le gusta, más y más fuerte. El castaño sabía que todo en Blas era grande, de pies a cabeza y, sin duda cuando llegaba el momento de unir ambos cuerpos hanciaba sentir cada centímetro de aquel grosor, ama la delicadeza de Blas, ama que lo prepare tan bien para que lo único que sienta sea ese increíble placer, ama los te amo susurados cuando lo penetra y sabe que le duele. Pero sobre todo ama cuando arremete tan duro dentro que incluso un bulto se forma en su vientre.

Cambiando de posiciones, Juani se acomoda entre las piernas del más alto, esas largas piernas que ama besar, dejar uno que otro tono rojizo entre ellas y saber que fueron sus labios los causantes. Pero ama más cuando tiemblan por haber introducido el pene del contrario a su boca. Primero baja lento, casi llegando a la base de este, torturando a Blas en cada lamida lenta y precisa, Juani sabe chupársela de eso no hay ninguna duda, sabe que la cabeza del pene debe ser succionada y logrará un ligero temblor en el menor, así que lo hace y contento sigue bajando y subiendo, acelerando el ritmo de a poco para crear sintonía en sus movimientos y lamidas.

— Juan la puta madre, me la chupas como un puto Dios - una sonrisa se formó en el rostro del ruloso, yendo incluso un poco más rápido al sentirse halagado - pará... Pará Juani, si sigues así me voy a correr.

Y como se le había sido ordenado, detuvo sus movimiento dejando un casto beso en la punta del pene. Gateó hasta quedar frente a su novio y lo beso lento y lujorioso, tan pero tan malditamente pasional que le llegó una placentera punzada en su pene. Sus lenguas enredándose, las manos de Blas tocando y amasando su trasero, acomodando el cuerpo del casteño para dejarlo sentado en su regazo.

— Juani te voy a prepar ¿Está bien? Decime si te duele o algo.

Blas es de dedos largos, tan solo aquellos te podían llevar a un inmenso orgasmo, delgados, flexibles y del tamaño de un pene erecto. Ambos han tenido sexo en algunos lugares públicos (cuando la calentura es mayor a su cordura) y Juan sabe muy bien la milagrosa mano que se carga su novio. Así que cuando siente al primer dedo entrar suelta un ligero gemido (casi chillido).

— Demonios Blas, son muy largos - el más alto sonrió, egocéntrico dejando un beso en los labios del contrario.

— Y bien que te gustan cariño - otro dedo se introdujo en su interior, estirando todo lo que le fuera posible aquella caliente y sensible carne - te amo amor, te amo un montón Juani. Sos tan mío, tan precioso, hermoso. Mirá esa cara, eres igual a un ángel, esos ojos azules que tenés y me vuelven loco, mierda que estoy tan enamorado de vos que renunciaría al cielo por ti.

Ahí estaba, ese Blas amoroso que le decía cosas lindas mientras aminoraba el dolor, aquel que incluso sería capaz de desafiar al mismo Dios para protegerlo a él. Ahí está su amor, su único y verdadero amor, aquel del que se enamoró.

— Ya estoy listo amor - anuncio Juani apoyando sus manos en el pecho de Blas y tomando el pene de este mismo dirigiendo la punta a su entrada - ayudame ¿Si? Mis piernas están un poco cansadas.

Asintiendo, el menor tomó sus caderas y poco a poco fue bajando hasta que aquel trozo de carne este bien metido dentro de él. Un gemido tan pornográfico fue lo que se escuchó en aquella sala, incluso un vídeo porno se podía quedar corto ante el deleite visual que daban aquellos dos. El trasero de Juan tan redondo y el pene de Blas escondido entre aquellas dos nalgas.

— Te sientes de puta madre Juani...

— Y vos sos tan grande Blas, tan pero tan grande...

Las embestidas empezaron, lentas, tomando un ritmo ligero, acostumbrando al cuerpo del castaño a la intromisión. Juan se declara adicto al pene de su novio desde ese día, o incluso desde hace muchos meses.

Son una pareja joven, 24 y 20 años respectivamente, con la energía recorriendo cada poro de su piel. Su vida sexual como pareja había empezado al mes de ser novios, Juan ya experimentado y Blas sin experimentar, por lo que, sus encuentros sexuales podrían clasificarse en salvajes, placenteros, satisfactorios y relajantes.

Las embestidas eran duras, certeras. Gracias al tamaño y grosor del menor, era facil dar con aquel punto de placer que hacia rodar los ojos de Caruso. Desde que empezaron a tener sexo, encontrar el punto máximo de placer de Juani nunca había sido problema para Blas y aquel detalle siempre fue bien recompensado por el menor.

— Blas amor, ya me cansé me duelen las piernas.

— Está bien amor, ponte abajo boca arriba anda.

Cambiaron de posiciones, quedando en la tradicional (Blas arriba y Juani abajo de piernas abiertas) tan abiertas para dejar a Blas introducirse nuevamente. Comenzó a embestir nuevamente, estocadas fuertes buscando la liberación del mayor. Aquel bulto apareció en el vientre del castaño, haciendo sentir orgulloso al menor que por un pequeño momento se cruzó la idea en su mente de preñar a Juan (que incluso si este fuera una chica ya lo estaría por la infinidad de ocasiones en que ya se lo cogió) y por un  segundo la idea de ser padre junto a Juani no le pareció tan mala.

— Blas dios estoy por correrme - Juani sentía el hormigueo en su vientre, haciéndolo votar su cabeza para atrás - Blas, Blas, Blas...

— Juntos amor, lo haremos juntos.

Tres embestidas y ambos se corrieron fuertemente con un ronco gemido. Sus cuerpos se relajaron sintiendo inmediatamente los síntomas del orgasmo invadirlos de una forma deliciosa y placentera. El menor salió del interior de Juan, haciéndose de espacio para acostarse y abrazar al mayor.

— ¿Estás bien, Juani? ¿Te lastime? ¿Te duele algo?

— No amor todo está bien - en agradecimiento por la preocupación del ruloso, Juani dejó tiernos besos en los labios del contrario haciéndolo sonreír - solo tengo sueño eso es todo, vamos a descansar anda.

Cayeron dormidos en aquel sofá, apretados y tal vez incómodos pero sin duda la sonrisa no se borraría de sus rostros en esos momentos y la felicidad no se las quitaría nadie.

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Ay🙈


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⏰ Last updated: Apr 11 ⏰

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I love you and that is not fake (blasxjuani)Where stories live. Discover now