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Dante.

Jamás le perdonaré lo que su familia le hizo a la mía.

Jamás.

Aunque ella no tenga que ver.

Será quien pagará los platos rotos.

No está bien vengarse y lastimar a alguien que no tiene nada que ver. Pero yo también fui inocente, y fui dañado.

Fui afectado.

En su momento quedamos casi en la miseria Pero como mi padre fue perseverante pudo levantar su imperio. Mismo imperio que hoy soy heredero.

La pequeña loca de las flores será mi víctima. Será la mujer con la que descárgate mi ira.

Será mi juguete.

Para hacer y deshacer lo que quiera con ella.

Le he estado espiando. La observo. A lo lejos.

Y de cerca me gusta fastidiarla.

Pero las bromas no son nada parecidas a lo que tengo planeado.
La voy a corromper.

Después de eso.

La veré arder a ella y a su familia.

Disfrutaré ese momento.

Luego tomaré lo que es mío.

Ya he intentado hablar con su padre por las buenas varias veces. Y como él se reusa a escuchar.

Tocará hacerlo por las malas.

Lo único que sé dé todo esto.

Es que yo jamás aceptaré la derrota como final.

Aquí es ganar o ganar.

Si o sí.

...

Sentado en la oscuridad del Skybar la observo. Hablar con Ariana.

La adorable mujer que a veces cocinaba galletas cuando era pequeño. Cuando era su vecino. Ella me horneaba cosas deliciosas que jamás olvidaré. Siempre trabajó para la familia de Angelina. Pero eso no le impidió consentirme con comida.

Angelina le dice algo al oído y se levanta al bar.

Solo faltan unas cuantas copas para actuar.

Es imposible no notar como los hombres con y sin pareja se voltean a mirarla. Hasta las mujeres la miran.

No juzgo.

Se ve especialmente exquisita está noche.

Veo como un hombre alto. Más o menos de unos veinticinco años se le acerca. Hombre que probablemente la ha estado mirando igual que yo. Toda la noche.

Noto como Angelina se pone tensa. No hace caso al hombre. Quien ahora se le acerca al oído.

Desvío mi mirada hacia Ariana quien está con un tipo canoso.

Vaya.

No pierden el tiempo.

Bebo mi whisky de golpe y vuelvo a mirar a Angelina.

El hombre la está tocando. Pasa su mano desde su espalda baja a su trasero...

Aunque quiero intervenir. No lo haré.

Tengo curiosidad de saber que hará Angelina

Angelina.

—Silver. ¿Qué haces aquí?

—Lo mismo digo.—Susurra cerca de mi cuello.—que diría padre si se entera de que su hijita bastarda está por acá. Incentivando a los hombres a pecar.

—¿Qué problema tienes conmigo?—Pregunto—Por favor... No le digas. Jamás te he hecho algo. Por favor...

—El problema es que eres mía, y estás aquí buscando que un hombre te...

Lo abofeteo.

—No te atrevas a terminar esa frase.—Digo enojada y saca sus manos de mí.

Quedo aliviada.

—Ten cuidado... No olvides quien soy.

—¡Soy tu hermana!

—No. Mi hermana es Emily... Y no falta mucho tiempo para convencer a tu padre que me deje quedarme con su hija. Créeme. Me dejará porque soy su hijo favorito—Se burla.

—Piérdete.—Habla una tercera voz.—Ahora.

—¿Quién eres tú para...?—Silver se detiene cuando ve de quien se trata.—Dante.—Tensa la mandíbula.

—¿Me conoces?—Pregunta confundido.

—No sería parte de la Unione Corse si no te conociera.—Sonríe y me mira.—Nos vemos hermanita.—Me deja un asqueroso beso en la mejilla.

Veo como se aleja a molestar a otra mujer por ahí.

—¿Dejas que tu hermano te toque así?—Pregunta Dante y se apoya en el mesón.

—No.—Doy vuelta la cara hacia un lado intentando ocultar una lágrima que se me salió.

—¿Tu padre sabe que te toca así?—Pregunta sin tono de burla ni nada. Cómo si realmente le importará.

—No te incumbe.—Me las arreglo al hablar.

Es fantástico.

Nunca puedo tener un día sin que alguien me fastidie. Nunca puedo estar sola. Alejarme de esa familia de mierda.

—Angelina. Responde a la pregunta que te hice.—Ordena.

—No eres nadie para exigir respuestas de mi parte.

—Angelina. ¿Acaso tengo que traerte unas flores para que hables con ellas y así saber lo que te pasa?

—Lo único que me pasa es que estoy harta de no liberarme de ti. —Contesto seria.

—No volveré a preguntar otra vez.—Dice como amenaza.

—Pues no lo hagas.—Me encojo de hombros.

—Le diré a tu padre donde te encuentras. Veremos si le gusta que su princesa esté aquí.

—Otro idiota más.—Susurro estresada.—Vete. Dante.

InfernoWhere stories live. Discover now