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Dante.

Veo al viejo salir con una de sus hijas.

Emily...

Pero falta Angelina.

Joder.

Quería presenciar como ella escapaba, mi idea era darle una lección.

Pero...

Mierda.

Ella no ha salido.
El viejo me mira correr hacia dentro.

¿Cómo se atreve?

A su propia hija la deja entre las llamas mientras que a una bastarda impura la salva.

Hijo de puta.

Corro por las escaleras. La casa está llena de humo. Todo arde.

Joder.

La culpabilidad me invade.

¿Cómo pude ser tan estúpido?

Joder.

Desesperado la busco con la mirada. No se ve por los pasillos.

Debe estar en su habitación...

Escucho como alguien tose. Luego un fuerte golpe resuena en lo que queda de casa.

Llego a su habitación.

Está cerrada.

Sin pensarlo dos veces pateo fuerte la puerta. Con dos patadas la puerta ya está abajo.

—¡Angelina!—Grito al verla en el suelo.

Joder.

Corro hacia ella y sin perder más tiempo la tomo en mis brazos y me apresuro en intentar salir.

Teniéndola así. En mis brazos... tan vulnerable, me hace querer matarme por ser tan imbécil.

Bajo las escaleras y cuando estoy casi en el último peldaño cae un palo con fuego. Interponiéndose en mi camino.

Mierda.

—Resiste Ángel...

La afirmo contra mi pecho y cruzo el palo en llamas. Quemándome los muslos, muy cerca de la entrepierna. Pero mi salud ahora mismo no es importante.

No importo yo.

Ella es quien necesita ayuda.

Con un milagro logro llegar afuera sin otro palo en mi camino.

El humo se metió en mis pulmones. Casi me desmayo de tanto inhalar humo. Pero logre lo que quería.

Sacarla de ahí.

La dejo en el pasto. Recostada, y me hinco. Colocándome a su altura.

Tomo su pulso.

No lo siento...

—Vamos ángel...—Digo y me inclino para hacer respiración boca a boca.

No sé que se hace en estos casos...

Mierda.

Mis labios tocan los suyos, y tapo su nariz. Para poder reanimarla.

Nada.

Mierda...

¿Cuánto tiempo estuvo ahí?

Veo como una gota cae a su mejilla. Miro el cielo para comprobar si es lluvia o no. Pero no lo es.

La gota no provino del cielo. Fue de mí. De mis ojos.

Ni cuenta me di cuando las lágrimas empezaron a asomarse.

Miro para un lado. Y veo que hay una ambulancia y bomberos. En la ambulancia atienden a la bastarda.

Tomo a Angelina en mis brazos y corro hacia allá. Ellos están capacitados para reanimarla.

Tienen que estarlo.

Jamás corrí tan rápido.

Llego a la ambulancia en cosa de segundos. Los paramédicos apenas me ven, se acercan a mí. Y dos de ellos me la arrebatan de los brazos.

No sé por qué mis brazos se negaban a soltarla...

La suben a una camilla y lo único que puedo hacer es lamentarme.

InfernoNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ