2. Después de tantos años

11 4 0
                                    


Ainara se miraba al espejo mientras se cepillaba los dientes con rapidez. Su cara se podía ver cansada y pálida, apenas había dormido la noche anterior.

Se vistió con un vestido corto de color rosa, una chaqueta fina de color blanco, unas botas blancas, y una boina del mismo color que el vestido. Ese conjunto le quedaba precioso.

Cogió su pequeña mochila negra y las llaves del apartamento y se fue rápido, la pastelería no estaba especialmente lejos, pero ese día sí que llegaba tarde.

Se había olvidado de lo que había pasado hacía cuatro años, había enterrado el recuerdo en lo más profundo de su alma. No quería recordar cuándo fue la chica más imbécil de todo el universo entero.

Entró rápidamente a la pastelería y dejó sus cosas en la taquilla, su jefe la esperaba. Se colocó el delantal y empezó a cocinar.

— Hoy has tardado más de lo que debes

— Lo siento, no he pasado una buena noche

— Se te ve en la cara

Ainara soltó una pequeña y corta carcajada. Su jefe era muy buena persona, y más con ella, decía que le recordaba un poco a su hija.

En los últimos años ella no había tenido pareja, y se había vuelto muy guapa. Su larga cabellera rubia ya le llegaba por los muslos, así que se tenía que hacer moños para cocinar.

Se pasó la mañana en la pastelería y luego volvió a lo que ella consideraba su casa. Comió y se volvió a ir, esta vez con la mochila de la universidad.

La universidad estaba lejos de su casa, así que tenía que coger un tren para llegar. Entró lentamente en el centro. No tenía amigos, pero contando con que todos tenían 18 años era bastante normal. A Ainara la avanzaron dos años, entrando, así, en la universidad.

Se pasó la tarde allí, haciendo lo que más le gustaba; teatro.

Volvió a su casa bastante tarde, se preparó unos fideos rápidos y se sentó en la cama. En ese instante su mejor amiga la llamó. Acepto la videollamada y colocando un cojín detrás del móvil, se posó en frente de este.

— Hola Zoe — Dijo Ainara mientras se metía los palillos con los fideos en la boca, apenas los saboreaba.

— Hola, veo que todavía estás cenando.

— Sí, es que acabo de llegar de la uni, pero ya acabo.

— Una cosa, Lucas pregunta por ti — Un flechazo de malos recuerdos inundó su mente, mientras se le humedecieron los ojos.

— ¿Para qué?

— No lo se — Dijo Zoe, hizo una corta pausa — Mira, no sé lo que pasó entre vosotros dos, pero él se arrepiente, tal vez deberías pensarte eso de perdonar lo que hizo y empezar desde cero.

— No.

Y con esa corta respuesta colgó la llamada. Dejó el plato en una mesa al lado de la cocina, y se colocó el pijama.

Se tumbó en la cama, y mirando al techo pensó en lo que había pasado, ¿Cómo era eso de que él preguntaba por ella?, ella solo era una apuesta para ganar un poco de dinero, ella solo había sido un simple juego, una simple ficha más, pero una insignificante.

Sin darse cuenta sus ojos se cerraron, dejándola dormir plácidamente en aquella cama para dos.

Mientras tanto Lucas:

Lucas estaba tumbado en la cama con la cabeza mirando al techo. Los años de ausencia de Ainara le habían dejado un vacío. Había sido un completo idiota, y él era mas que consciente.

Preguntaba constantemente por ella, pero nadie la respondía, siempre recibía miradas esquivas de todo el mundo y de odio de otras. Mientras que sus amigos no tenían noticias de ella, ese día había desaparecido, y nunca había vuelto.

Voló alto sin él, ella supo avanzar, al contrario que Lucas. Él estaba atascado.

....................

Lucas se fue al instituto como cada mañana, con los auriculares avanzaba por la calle, el instituto no estaba lejos. Llegó al instituto y Zoe se acercó a él, un rayo de esperanza lo alcanzó, pero para luego dejarlo tirado otra vez.

— No quiere saber nada de ti, lo siento Lucas — La fe se había esfumado de repente, en un solo suspiro.

Estaba decepcionado, se había percatado de que la había cagado, y era muy consciente de que recuperar su amistad sería difícil, casi imposible. Pero no se rendiría, la recuperaría.

Somos culpablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora