1.- El inicio del camino

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Las gotas de lluvia golpeaban con fuerza el suelo de piedra del patio de la mansión Zenin. Seto, con su mirada desafiante, mantenía su pie firmemente plantado sobre la cabeza de Maki, quien yacía en el suelo empapada.

"Las mujeres deben aprender a mantener la boca cerrada cuando los hombres hablan", espetó Seto con dureza. Maki apretó los dientes, su orgullo herido, pero se mantuvo en silencio.

En ese momento, Naoya Zenin apareció caminando despreocupadamente por el patio, una sonrisa burlona cruzando su rostro al contemplar la escena. "Vaya, vaya, primito. Deberías dejar de perder el tiempo con esta insolente y reunirte con el anciano. Parece que tiene un anuncio importante que hacer".

Naoya soltó una carcajada mordaz mientras pasaba junto a la humillada Maki. "Qué patética eres. Jamás serás digna de estar en el glorioso clan Zenin".

Seto retiró su pie de la cabeza de Maki y se encaminó hacia la sala de reuniones, sin dedicarle una segunda mirada. La lluvia seguía cayendo implacable sobre el patio de la ancestral mansión.

Maki golpeó el suelo con furia, maldiciendo entre dientes mientras las gotas de lluvia se estrellaban contra su rostro. Naoya se regodeó en su humillación, soltando otra carcajada burlona.

"Qué lamentable eres, Maki. Una verdadera deshonra para los Zenin", escupió con desdén.

Seto lo llamó con un gesto brusco. "Naoya, deja de perder el tiempo. El anciano nos espera".

Los ojos verde oliva de Seto se clavaron en Maki con una mirada tan gélida que parecía congelar las mismas gotas que caían del cielo encapotado. Su voz grave e imponente causaba un temor reverencial, como si hasta la propia lluvia contuviese el aliento ante su presencia.

Naoya asintió obedientemente y ambos se encaminaron hacia la sala de reuniones, dejando atrás a la humillada Maki. Al entrar, se encontraron con Naobito Zenin, el actual líder del clan, sentado en un extremo de la larga mesa de roble. A su lado se encontraban Ouji y Jinichi, otros miembros prominentes del clan.

Naobito los saludó con un leve movimiento de cabeza y procedió a hablar con voz clara y firme. "Como bien saben, aunque me resista a admitirlo, la edad está empezando a pasarme factura. Es hora de que el clan Zenin tenga un nuevo líder que pueda guiarnos con mano sabia y firme en los tiempos venideros".

Hizo una pausa, su mirada recorriendo los rostros de los presentes. Seto sonrió levemente, confiado en que sería el elegido como sucesor. Después de todo, ¿quién mejor que él para portar el estandarte del clan? O quizás sería su primo Naoya, a quien consideraba el único realmente digno de ocupar esa posición de poder.

"He meditado largamente sobre este asunto", continuó Naobito. "Y aunque aún no he tomado una decisión definitiva, tengo tres candidatos en mente que considero aptos para sucederme".

Un pesado silencio cayó sobre la sala mientras todos contenían la respiración, a la espera de los nombres. Seto apretó los puños bajo la mesa, la anticipación burbujeando en su interior.

"Jinichi, Naoya... y Megumi", los nombró Naobito con solemnidad.

Los ojos de Seto se abrieron con furia al escuchar el último nombre. "¿Megumi? ¡Ese bastardo ni siquiera forma parte de nuestra familia!", estalló, golpeando la mesa con un puñetazo.

Naobito lo observó impasible. "Megumi tú primo, sólo que por ciertas circunstancias relacionadas al clan Gojo, está bajo el cuidado de Gojo Satoru".

"¡Es una deshonra para los Zenin! ¿Cómo puede siquiera considerarlo?", la voz de Seto se tornó un rugido cargado de ira.

Naoya sonrió burlonamente, disfrutando del arranque de su primo. Jinichi permaneció en un tenso silencio, inseguro de hacia dónde se inclinarían las cosas.

El olvidado Maldito (Oc X Jujutsu Kaisen)Where stories live. Discover now