𝟑𝟓| 𝙰𝚕𝚖𝚊 𝚝𝚛𝚊𝚒𝚌𝚒𝚘𝚗𝚊𝚍𝚊

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Cuatro meses después—

El dolor ya era un sentimiento ajeno, una palabra desconocida, en su mundo la tristeza ya no entraba. Rachel estaba frente a Gustav, observando cómo iba por la segunda linea de cocaina

—No me mires así, te juro que si un día te animas a probarla amarás esto—

—¿Y estar como tú?. No gracias—Se burló

A los pocos segundos ella se levantó, tomó el maletín lleno de cocaína, se despidió de Gustav y enseguida subió al auto, se preguntaba si el plan salia mal como reaccionaria ¿Bill?, solía preguntarse si esto es lo que hacía su hermano, y si era muy hábil o ¿Muy torpe?. Su vida se había vuelto en una burbuja de lo mismo, desde la muerte de Jadel no busco más enemigos, y las muertes en adelante no le causaban satisfacción. También, se preguntaba cómo le iba ¿Marlon en la cárcel?, si sabía quién había matado a su amigo. ¿Que había pasado con la Comarca?, nadie alrededor parecía hablar de ello, como si fuese una mafia a quien la tierra se la trago ¿Dónde estaba su gente?¿Y porque no habían hecho nada para sacar al único líder de la cárcel?

Lo que no sabía, es que la gente de la comarca estaba más cerca de lo que ella imaginaba. El hombre que manejaba la miraba por ratos a través del espejo retrovisor, este tenía órdenes muy claras por su único líder,  Rachel parecía no tenerlo en cuenta, pues gente de Tokio Hotel morían diariamente y de la misma forma nuevos rostro entraban al equipo, un rostro de deja vu reflejaba en sus ojos, podía imaginarse que era Gary quien tenía detrás de él, esa misma mirada, el contorno de su mentón y su nariz puntiaguda eran similares al de su antiguo líder

—¿Se te perdió algo?—Soltó a secas cuando noto la mirada de su chófer
—No. Señorita —

De nuevo se volvió a concentrar en la vía. Al llegar ella bajó del auto, Georg ya estaba en el lugar acordado, el sujeto aprovechó para tomar el móvil y mandar un mensaje de su ubicación, después bajo como si nada y se quedó de pie fuera del auto, esperando nuevos órdenes

—Siempre que nos vemos estás cada vez más rica—Decia Steve—¿No vas a saludarme como se debe?

—Hey Steve, será mejor que te comportes cuando estoy yo—Contesto Georg—Sabes que conmigo no se pierde el tiempo—

—Diría que lo siento por la muerte de tu novio, pero me enteré que fuiste tú quien lo mató—

Ella apretó los dientes, sabía que cualquier palabra que salía de los labios de Steve solamente era para molestar

—¿Quién lo diría no?—.—La Comarca y TH intentaron matarlo y ninguno pudo—Se acercó a Georg—Resultó que una mujer tuvo más huevos que ustedes—

Georg rápidamente le soltó un golpe en la mejilla hasta dejarlo casi mareado, Steve retrocedió y se llevó las manos al rostro, su gente se mantuvo firme pero al segundo Steve ordenó que bajaran las armas

—Cuida tus formas Steve, que si yo quiero puedo matarte ahora y mandar a la mierda este plan—

—Tampoco te me esponjes—Steve se puso firme—Los rusos llegarán dentro de unos minutos, así que Rachel... Espero que hayas tenido tiempo de controlar esas uñas, ellos son muy delicados, si les muestras esa jeta seguro te mandan a la mierda muñeca—

—Se como hacerlo Steve—

—Si algo sale mal, Ya sabes que hacer Georg—

Este asintió y todos se dirigieron a sus lugares, a excepción de Steve y Rachel quienes se quedaron en medio de un estacionamiento junto a un maletín de cocaína

𝗢𝗻𝗲 𝗢𝗳 𝗨𝘀; Tokio Hotel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora