Nuestro propio mundo ☠ Taehyung

3

Diciembre de 1928

No soy sino la sombra de lo que solía ser.

Taehyung es lo más valioso en mi vida, pero eso es peligroso. 

Castigo tras castigo, cada uno peor que el anterior... todo lo que he hecho por el me ha traído hasta aquí.

Mamá, o como ahora me exige que le diga: "Doctora", ha dejado de decirme que "estaré bien".

Después de que la intenté matar hace tres años nuestra "relación" fue en bajada. Una vez que salí de aquel ataúd metálico me encargué de aprovechar cada oportunidad que tenía para tratar de asesinarla . Pero ninguna funcionó.

Taehyung me enseñó maneras para atacarla, y juntos ideamos las cosas que podríamos hacer cada que ella entrase a la habitación.

Pero nunca nada funcionaba. 

Sin embargo, ella si que sabía cómo torturarme.

Cada vez eran más las ocasiones en las que acababa atada en una cama y recibiendo choques eléctricos en el cuerpo, o que me sentaban atada en una silla para atravesar varillas por mi cráneo. Incluso me había acostumbrado a la fría oscuridad de mi propio ataúd de metal.

Todas sus técnicas las conocía, y comenzaba a perder el miedo...

Hasta hoy.

...

Hoy tuve una discusión con Taehyung. "No me quieres lo suficiente" argumentaba el tras todos mis fracasos.

Pero....¿no quererlo?

Choques eléctricos, hemorragias craneales, noches de insomnio... todo era por el.

-Sabes que no es verdad- repliqué yo molesta, y Taehyung entonces me miró con unos ojos sin brillo.

Daban algo de miedo.

Las voces se descontrolaron y comenzaron a gritar y llorar frenéticas.

-¡Deténganse!- les supliqué a las voces, pero éstas se hicieron más intensas, al punto en que sentí que me sangraban los oídos.

Taehyung aún me miraba molesto, y yo caí a sus pies.

-¡Perdóname!- le rogué aterrada, pero el no respondió. -¡Haz que se detengan!- sólo el puede hacerlo. Sólo el puede callar las voces.

Taehyung entonces se arrodilló frente a mi, y yo me aferré a el.

-¡Por favor!- las voces estaban a punto de hacer estallar mi cabeza, pero el acarició mi mejilla, y ellas comenzaron a tranquilizarse.

Yo lloraba llena de terror, pero el me salvaría...

-Estoy muy molesto...- me dijo con calma, y yo lloré con más fuerza.

-Perdóname...- le pedí desde el fondo de mi corazón -Yo te amo...- sólo a el. Siempre.

El asintió con la cabeza, y besó mi frente, haciendo que todas las voces se callaran al fin.

-Lo sé...- yo sentí calma cuando el lo dijo, pero su mirada seguía siendo terrible sobre mi -Por eso lo harás mejor-

Y lo haría... sin duda lo haría.

Haría lo que fuera necesario para que el fuera feliz y se quedara a mi lado.

...

Tomé las cosas de mi cuarto y comencé a arrojarlas con fuerza hacia las paredes. Sabía que hacer éstas cosas harían que mamá, bueno, la "doctora" viniera a mi habitación.