Capítulo 1 - El trato con el Dios Cuervo

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Mucho tiempo atrás, cuando la humanidad aún respetaba, veneraba y honraba a los dioses de la naturaleza, cuentan que una fuerte tormenta arrasó con los plantíos de un pueblo.

En aquel lugar vivía un campesino con su esposa, la feliz noticia de su embarazo fue aplacada por la preocupación ya que, al perder todo lo que habían sembrado, les alcanzaba apenas para subsistir un par de días.

En vista de la situación, se vio en la necesidad de aventurarse al bosque para conseguir algún tipo de alimento para su familia.

Con un costal y apenas una escopeta a cuestas para defenderse, arribó la temible montaña, expectante por buenos resultados. Pero la suerte parecía no estar de su lado, ya que las semanas pasaban y el hombre no alcanzaba a cazar ningún animal y los frutos del verde follaje no servían de alimento.

Abatido por el cansancio, reposó a la orilla de un río de aguas cristalinas que fluía libre en un lecho de piedras, en él nadaban libres los peces, tan bellos como lo era su desagradable sabor.

Fue al caer en resignación cuando divisó a escasos metros de él al más hermoso de los ciervos disfrutando de las hojas verdes de un árbol cercano. En ese momento los ojos del hombre se llenaron de aquello que creía perdido, ya que al fin podía ver un respiro a sus pesares.

Se levantó con sigilo, acercándose de la misma forma a la magnífica criatura, un disparo certero evitó sufrimientos al animal, el campesino podía pensar en al menos un mes de tranquilidad ya que no solo podía proveer de alimentos para él y su familia en crecimiento, la piel del ciervo les daría calidez en las noches frías.

Con su presa, emprendió el camino a casa. Regresar sería aún más peligroso puesto que el peso extra le restaba velocidad y el olor atraía a los demás animales. Esto último era lo más preocupante para el hombre ya que esa montaña era territorio de lobos salvajes.

Como lo había predicho, unos kilómetros más abajo, se vio rodeado de una numerosa manada de aquellos animales. El campesino sintió que todo el esfuerzo fue en vano, esperando porque ocurriera un milagro que le permitiera regresar a los brazos de su amada esposa.

Consciente de que era preferible regresar con las manos vacías a no hacerlo nunca, arrojó al ciervo que cazó horas antes esperando que las bestias se distrajeran, ganando así unos preciados minutos que lo ayudarían a huir de la situación en la que se vio envuelto.

Su escopeta se había quedado sin municiones por lo que solo le restaba correr lo más rápido que sus pies le permitieran. Para su desgracia los lobos no habían desistido en sus intenciones y le seguían muy de cerca.

Fue cuando tropezó cayendo de cara al suelo cuando dio por finalizada su vida, lamentándose por fallarles a la persona que tanto amaba, y a su hijo que aún no nacía.

Justo en el momento en que se abalanzaron sobre el hombre, fuertes ráfagas de viento los forzaron a alejarse dejando al hombre tan solo como confundido. Ambas sensaciones desaparecieron poco después, un imponente ser descendió desde los cielos, su apariencia solo difería de los humanos por un par de alas negras que nacían de su espalda.

-Usted... me ha salvado...- alcanzó a decir entre muletillas, hincándose de rodillas en señal de agradecimiento.

El ser sobrenatural dio media vuelta observando así al humano. –Levántate.- solicitó con estoicismo.

El campesino elevó la frente del suelo para así encontrarse con unos orbes de fuego fijos en él. –Yo... le daré lo que sea... no tengo muchas tierras o bienes pero... pero si me permite volver con mi esposa... yo...

El Prometido del Príncipe Cuervo #InfiniteChallengeWhere stories live. Discover now