PRÓLOGO

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Nadie...

Absolutamente nadie creería que una adolescente ordinaria, desobediente e ingrata, en su máximo punto de rebeldía, tuviese una experiencia tan única y sobrenatural como esta. Muchos me mirarán con recelo y cuestionarán en sus corazones, la bondad de Dios hacia mí, e incluso podrán caer en el error de compararse conmigo y sentir, seguramente, que merecen mucho más de lo que se les ha sido revelado.

Si tú eres uno de ellos, no te juzgo, porque ni siquiera yo me lo explico, y si crees que no lo merecía, te doy toda la razón, yo no merecía tanto amor, no merecía tanto perdón, y, aun así, el Ser más extraordinario, el Alto y Sublime, fijó su mirada en mí, y por eso se llama GRACIA, porque soy objeto de un amor inmerecido.

GRACIA ©Место, где живут истории. Откройте их для себя