CAPÍTULO 9: AMARGO REMORDIMIENTO

39 8 2
                                    

- ¿Te parece si vamos por un helado? – preguntó al guardar las bolsas en su auto. – Yo mismo te llevaré a casa después. – Aseguró.

- No sabía que tenías auto, nos habría servido de mucho aquella noche, eh – expresé con una pisca de diversión y él encogió sus hombros.

- Justo ese día estaba en el taller, me tocó salir a pie a hacer algunas cosas, no te lo imaginas, caminé durante horas, pero créeme, no me arrepiento en lo absoluto, pues fue eso lo que me permitió tropezar contigo – señaló en mi dirección y me brindó una sonrisa.

- Oki – dije asintiendo con mi cabeza y caminamos juntos hacia un Mc Donald's cercano, en tanto que les avisaba a mis padres que me demoraría un poco más. Él pidió un cono de oreo y yo uno mixto, pues era mi favorito.

- ¿Nos quedamos aquí o deseas caminar? – me preguntó guardando la factura en sus bolsillos.

- La segunda opción me gusta más – le respondí para luego saborear mi helado y caminar junto a él mientras le veía degustar el suyo. Estaba disfrutando muchísimo su compañía y por supuesto, el helado también, pero mi aflicción permanecía latente, me perseguía a todo lugar y saturaba mis pensamientos.

- ¿Por qué ese semblante? – indagó dándose cuenta y yo cerré mis ojos con fuerza al sentirlos cristalizados y desvíe mi mirada. - ¿No crees que Dios me envió? – Suspiré. - ¿Para ayudarte a ti, específicamente? – Finalizó él con firmeza y yo negué con mi cabeza.

- No puedo aceptarlo como cierto – sollocé. - ¿Eres consciente de lo impura que soy en estos momentos? Soy la hija menor de los admirables pastores Baker, reconocidos por la iglesia como personas abnegadas, intachables y serviciales, cuya hija nació en el evangelio, participando de la escuela de niños y del grupo de danza, siendo potencialmente, una líder de jóvenes para el futuro, pero que un día decide echarlo todo a la basura, ¡Eligiendo un yugo desigual! un bad boy que no la estima ni un poquito, eligiendo migajas y menospreciando el amor, la instrucción y la vida abundante que Jesús le ofrecía, para terminar con el corazón hecho pedazos, avergonzada y exiliada del cielo...

- ¿De qué hablas, Cass? ¿Exiliada? Tu mente te está engañando. – Expresó negando con su cabeza. - ¿Acaso crees que el abundante amor de Papá se desvaneció por tu error? – preguntó.

- Wayne, pequé al estar con él desde el inicio y aún más ahora, que hubo fornicación. – Expresé con lágrimas en mis ojos, realmente atormentada y él tomó mi mano con firmeza.

- Escúchame, él abusó de ti, él lo hizo en contra de tu voluntad, no hay manera de que eso sea tu culpa, no pudiste defenderte ni detenerlo, aunque eso intentaste. Sus acciones no son culpa tuya, no permitas que eso te atormente. – Susurró mirándome a los ojos.

- No puedo... - susurré y rompí en llanto. Él sin dudarlo me tomó en sus brazos, permitiendo que mi mejilla descansara sobre su hombro. – Esto es un infierno para mí, no hay un solo segundo de mi día en el que no recuerde aquello y me sienta impura. Quisiera arrancar el recuerdo de mi mente y sus manos de mi cuerpo, pero no puedo, Wayne, te lo juro que no puedo con esto. – Sollocé aferrándome a su espalda y él colocó una de sus manos sobre mi cabeza acariciando mi cabello. – Me estoy ahogando con todo esto, no tengo con quién hablarlo, le he mentido a mis padres, no quiero que ellos lo sepan, los devastaría, arruinaría su reputación, provocaría un problema legal entre mis padres y la familia de él, no tengo salida. Me he aislado de todo lo que conocía, incluso de Dios, siento que un enorme abismo nos separa y no tengo las fuerzas suficientes para correr hacia Él, aunque mi alma suplica por Él. – Confesé y me solté de su abrazo para tomar una bocanada de aire, percatándome de que estábamos justo frente al mismo lago de aquella noche.

- Estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, - Dijo secando suavemente mis lágrimas con sus pulgares. -... Ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada te podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús. – Citó brindándome una sonrisa y yo se la devolví entre lágrimas, contemplando un brillo especial en sus ojos cristalizados. – Tienes un Abogado que defiende tu caso ante el Padre. Siendo Él, el único que puede condenarte, no lo hace, Cass, en cambio, Él intercede por ti, te perdona, te redime, te justifica, te libera, y te ama. No importa cuán grande sea tu pecado, Él es por mucho, más grande y su amor por ti es inagotable. "No importa cuán lejos estés, siempre estás a un paso de volver" Papá siempre da el primer paso para que tu des el siguiente, en esto consiste el amor; en que Dios te amó primero y lo demostró al enviar a su Hijo en recate por ti, conociendo tus debilidades y tus pecados pasados, presentes y futu...

De pronto dejé de escuchar sus palabras con claridad, sintiendo cómo su voz se alejaba cada vez más, en tanto que mi vista se nublaba y perdía el control de mí misma.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 14 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

GRACIA ©Where stories live. Discover now