El Jilguero Y La Jaula

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Acto 2

Escena 2

"El Jilguero Y La Jaula"

Oscuro

Suena el chirrido de las puertas de acero y el eco parece infinito.

Luz tenue.

Él. ¿hola? ¿hay alguien ahí?

Nadie responde, el joven empieza a buscar, poco a poco va descubriendo una celda antigua y sucia.

Él. ¿Estás ahí?¡¿Dónde estoy?! ¡AYUDA! ¡¿Alguien puede oírme?! ¡Quiero salir de aquí!

Se escucha un ruido a lo lejos, el joven se extraña e intenta asomarse, el ruido se repite más fuerte y cercano; retrocede intimidado, el ruido cesa y se aleja, el joven se pega al muro que da hacía una ventana y se oculta entre sus brazos y piernas.

Oscuro.

Unos mormullos ilegibles se escuchan a la distancia.

Luz Tenue.

El joven despierta.

Él. ¿hola? (silencio medio) ¿Quiénes son ustedes? (Sombras se materializan rodeándolo) a-ayuda... (los murmullos aumentan y un ruido de metal contra metal se hace presente) ¿h-hola? (el ruido aumenta y las sombras se acercan mas) Deténganse, por favor.
El hombre de la radio. ¡GOLAZO! (El joven grita y cae al suelo) ¡No, no, no! No te vayas por favor (el nuevo personaje tiene pegado a la oreja una radio portátil) ¡ME LLEVA! (se da cuenta de que alguien más está en la celda) ¿tú qué?
Él. ¿de dónde demonios saliste?

El hombre de la radio. Bueno, es una pregunta un tanto indecente, pero bueno, mi madre y mi padre...
Él. (interrumpiendo) No, a lo que me refiero es que... tu no estabas aquí.
El hombre de la radio. Bueno, tu tampoco estabas aquí.
Él. ¿qué es este lugar?
El hombre de la radio. Esto es una discoteca.
Él. ¿Eh?
El hombre de la radio. Barrotes, cama incomoda, suciedad en las paredes, creo que es bastante obvio que es una prisión.
Él. Sí, pero ¿cómo llegué... llegamos aquí?
El hombre de la radio. ¿no fuiste a la primaria? La gente va a prisión por romper las reglas, romper la ley, ya sabes, unos trafican drogas, algunos atentan contra la vida y otros por todas esas razones y más...
Él. Pero yo no he hecho nada de eso.
El hombre de la radio. ¡Ah! Y otras personas ni si quiera saben porque están aquí... ¡Bienvenido! Ya estás en un grupo.

Él. Debe ser un error, hace un momento yo estaba con mi familia y de pronto desperté aquí, soy inocente.
El hombre de la radio. Sí, sí... así pasa, cuesta aceptar nuestros errores, así que te seguiré el rollo (Guiñe exageradamente) Señor inocencio.

Él. ¿cómo puedes estar tan feliz? Estamos encerrados aquí y hay unas cosas horribles afuera de la celda ¿qué son esas cosas?
El hombre de la radio. ¿esas cosas? Eh, no tengo ni idea de que hablas ¿los guardias? Que no te oigan que les dices "cosas horrorosas". Y respecto a tu otra pregunta, mira, podrías amargarte y hacer las cosas de mala gana o esforzarte para salir lo más pronto posible.
Él. ¿realmente funciona?
El hombre de la radio. Claro, por eso mismo me voy mañana de esta jaula, y además siempre hay que mantener la esperanza en alto.
Él. ¿esperanza?

El hombre de la radio. La esperanza es lo que mantiene al hombre de pie. Por ejemplo, la persona de la celda de al lado, es un hombre paliducho sin carne, un pobre diablo, está sentenciado a la silla eléctrica hoy después de que el sol se oculte, desde que su abogado falló hace un mes, perdió la esperanza y dejó de hacer todo.

Él. ¿todo?

El hombre de la radio. Así es, no ha comido ni bebido algo, y nadie lo ha visto ir al baño.
Él. ¿cómo puede seguir respirando?
El hombre de la radio. Quién sabe, ahora sólo es un esqueleto andante, desde que perdió toda su fe, la única esperanza que le queda es que la muerte llegue por él antes de que lo lleven al matadero.
Él. Algo podría haber hecho.
El hombre de la radio. Puede que tengas razón, pero que va, quizá ya sea demasiado tarde para él y jamás pidió ayuda.

Siete Minutos (Obra de teatro)Where stories live. Discover now