Tu historia se cruzó con la mía.

Capitulo I

♦ Poché ♦

Como siempre iba llegando a la hora justa a la academia, salude a los representantes que se encontraban en el salón de espera y continúe mi camino hasta el estudio de baile, donde mis niñas me esperaban calentado para comenzar la clase, rápidamente comenzamos a movernos al ritmo del hip hop – amaba mi trabajo, más que un trabajo era como un escape, disfrutaba mucho bailar, me hacía olvidar todo el estrés de la universidad y cualquier otro problema que hiciera espacio en mi mente, además el trabajar con niñas lo hacía aún más relajante porque podía conectarme con mi lado más infantil- la hora y media de clase paso volando, me sentía genial, liviana, es increíble como todo esa adrenalina viene y va cuando haces lo que te apasiona.

- Poché, ya te transferí tu pago de esta semana, verifica y me avisas cualquier cosa.- Me dijo Ana, la encarga de la academia.

- ¡Gracias Ana! Feliz fin de semana.

- • Igualmente Poché, saludos a tu familia.

Salí disparada por la puerta, era viernes por fin, no tenía nada pendiente por hacer el fin de semana más que descansar, además tenía dinero en mi cuenta, podría salir con mis amigas, pero antes quería disfrutar de mi tiempo con mi hermanita, así que pase a comprar una buena provisión de chocolate antes de llegar a mi departamento a trasnocharme con Netflix.

Estaba haciendo la fila para pagar, ya venía mi turno cuando me doy cuenta que no había sacado mi monedero, me apresuro a hurgar en la caja de pandora que es mi bolso y muy torpemente lo conseguí, sin que antes claro, se me cayeran mil cosas al piso, cuando la cajera me hizo señas para que fuera a pagar, recogí todo rápido y fui a cancelar los 5 kilos de chocolate y helado que compre.

Me demore un poco en llegar a mi casa porque me entretuve hablando con un amigo que me encontré en el camino pero ya por fin estaba en la entrada de mi edificio, volví a revolver mi bolso buscando las llaves, y en la puerta se encontraba otra chica, parecía esperar a que fueran a abrirle, conseguí las llaves por fin y la invite a pasar, me agradeció con una sonrisa y entramos juntas al ascensor, me fije que venía cargada de bolsas de la misma tienda donde yo había comprado.

- ¿A qué piso vas? – Le pregunté amablemente, después de marcar el mío.

- Al 9, por favor.

Hice un gesto y marque el botón nro. 9, ella me respondió con una sonrisa y disfrutamos de ese momento de silencio incomodo que te provee el estar en el ascensor con un desconocido, tímidamente la comencé a mirar sin que se diera cuenta, era muy bonita y se vestía divinamente, llevaba puestos unos jeans rotos y un suéter con capucha con el nombre de la banda "AC/DC", me pregunté si lo llevaba porque era fanática de ellos o solo porque el suéter era muy bonito, me incliné más por la segunda opción pudiendo caer en estereotipos, estaba maquillada de manera sencilla pero se notaba arreglada y llevaba el cabello castaño suelto por los hombros, era liso con una que otra onda, - ¡TRACK! – El ascensor se detuvo en seco y me saco de un golpe de mis pensamientos.

- ¡Huy juepucha! ¿qué fue eso? – Dijo muy nerviosa la chica

- No tranquila cálmate, es este trasto que lleva rato presentando fallas y no lo terminan de arreglar.

- No pero ¿cómo así? ¿Nos vamos a quedar encerradas o qué? – Vi que el miedo se comenzaba a apoderar de ella.

Hice una mueca, no era que fuésemos a pasar toda la noche en el ascensor, pero si se tardaban de 20 a 40 minutos en sacarnos, o eso era lo que habían tardado el par de veces que me había pasado o a mi familia. A mí me parecía molesto pero no era nada del otro mundo, sin embargo me daba pesar con la muchacha que parecía aterrada y además con mi helado que se iba a derretir.