Capitulo IV

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♦ Calle ♦

Excelente, tenía días sin ver a Poché y Diego tenía que aparecerse justo en ese momento, no supe que hacer ni cómo manejar la situación, luego de que Diego se me quitara de encima estuve pensando en qué decir pero simplemente estaba estática, pasaron algunos segundos pero yo sentí que estaba viviendo en un momento incomodo eterno, sólo vi la expresión de Poché estaba entre sorprendida y decepcionada, yo no tenía idea de qué hacer.

– Con permiso, me retiro – dijo al fin Poché cortando con aquel silencio incómodo.

– No, por favor no te vayas – le supliqué – yo te puedo explicar.

– No tienes nada que explicarme – respondió mirando al suelo.

– Sí, sí tengo – mientras teníamos nuestro pequeño dialogo Diego y mi mamá nos miraban confundidos, yo no me sentía nada preparada para que mi mamá se enterara de lo que yo estaba sintiendo por Poché, pero de verdad no me podía permitir que ella se fuera sin antes darle una explicación – Y de verdad necesito que me escuches, por favor.

– Mejor me voy – dio algunos pasos para alejarse pero la sostuve por el antebrazo, me miro un instante a la cara y luego bajó la mirada, pude notar que estaba a punto de llorar, y ya no lo soporté más, no podía permitirme hacerle daño a Poché.

Le solté el antebrazo para tomarla de la mano y llevarla conmigo a un sitio donde pudiéramos hablar con tranquilidad, comencé a caminar a toda prisa para salir de allí y la jale para que me siguiera.

– ¡Daniela! ¿A dónde vas? ¡Tú presentación! – comenzó a gritarme mi mamá

– ¡Ya vuelvo! – Dije para tranquilizarla aunque sería inútil.

Una vez fuera de la vista de mi mamá le baje a la velocidad y pude notar como Poché se soltaba de mi mano.

– ¿A dónde vamos? – preguntó ella.

– A un lugar donde sé que podemos hablar tranquilas. Gorda entiendo que estés molesta, pero por favor dame la oportunidad de explicarte – No me respondió nada, solo se me quedo mirando y asintió.

Sabía que en el sitio donde iba a cantar había una terraza muy bonita, era fastidioso llegar hasta allá arriba pero valdría la pena, solo era un poco difícil llegar allí con mi acompañante molesta. Pero necesitaba volver a tener una conversación decente con ella, yo había hecho todo mal. Primero tenía que haber hablado con ella, luego ver si podía besarla y manejar mejor las cosas con Diego pero al final metí la mata, la embarre horrible y bueno, me tocaba sacar el pecho y tratar de remediar las cosas, así que como mínimo tenía que buscar un sitio bonito para decirle todo lo que sentía. Al fin llegamos, aquel lugar tenía una vista preciosa, se podía ver toda la ciudad pero hacia un frio terrible, bueno nada es perfecto, fui a sentarme en uno de los muros cerca del borde y ella hizo lo mismo situándose al frente de mí.

– ¿Y bien? Te escucho – dijo evitando verme a la cara.

– ¿Gorda me puedes mirar a los ojos?

– ¿Vine para acá a morirme de hipotermia solo para mirarte a los ojos?

– ¿No te parecen lo suficientemente lindos como para hacerlo? – me arriesgue a romper el hielo con aquel comentario y casi funciono, vi como ella se sorprendió y hasta se sonrojo, pero rápidamente volvió a su expresión anterior.

– ¿Le preguntamos a tu futuro esposo? – soltó de mala gana.

– Está bien, basta de hacernos tantas preguntas. A fin de cuentas te traje hasta aquí para darte algunas respuestas – suspiré, trate de organizar las ideas en mi mente y comencé a hablar – primero que todo quería pedirte disculpas por todo, por el momento incomodo que acabas de pasar, por aquella situación donde mi tío se portó como un imbécil y mi mamá no ayudó mucho, y por lo que paso en el cuarto, no debió pasar – cuando dije esto último la expresión de sorpresa y tristeza de Poche no tardó en aparecer.

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⏰ Cập nhật Lần cuối: Mar 17, 2018 ⏰

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