Capitulo II

2.2K 65 2
                                    

Calle

La pase muy lindo reencontrándome con todos mis amigos, la verdad es que todos son tan divinos y los amo muchísimo, extrañaba mucho estar en mi ciudad, aunque en Panamá también dejé personitas especiales. Pero mi papá ya había terminado sus negocios allá y era hora de volver a casa, quería retomar mis estudios de música y mis clases de baile, estaba muy emocionada por volver, es que apenas llegue y ya comencé a conocer personas tan chéveres como Poché, que se portó divinamente conmigo. Tenía que decirle a Pau que la invitara a salir con nosotras, pero mientras debía ir hacer algunas vueltas que tenía pendiente y luego pasar por donde mi abuela pero antes que todo tenía que devolver un teléfono que me había conseguido el viernes en una tienda, estaba debajo de unos de los estantes cerca de la caja y ya el señor se había comunicado conmigo para devolvérselo, me daba un poco de pereza pero me imaginé lo horrible que se siente botar el teléfono, así que me comencé a arreglar para hacer todos mis pendientes del domingo.

Llegue un poco antes al lugar donde me vería con el señor y su hijita, así que decidí comprarme una malteada y sentarme a esperar en una de las mesitas del local, me entretuve revisando mis redes sociales, cuando me interrumpieron.

- Hola ¿cómo estás?

- ¡Poché hola! Bien ¿tu cómo estás?

- Pues bien, ¿oye estás esperando a alguien o me puedo sentar?

- No, no, siéntate por favor

- ¿Entonces solo viniste porque tenías antojo de malteada? – preguntó curiosa

- No, pues la verdad si estoy esperando a alguien pero no sé quiénes son.

- Huy ¿cómo así?

- Sabes que el viernes antes de ir a donde Pau me conseguí un teléfono, entonces nada, me cite aquí con el señor y su hijita para devolvérselo.

- Ah pues mucho gusto yo soy la hijita – contesto ella riendo y un poco sorprendida.

- ¿De verdad? Oye yo estoy jurando que María José era una niña pequeña, como tu papá fue quien me llamó y el teléfono estaba en el piso. No sabía que te llamabas así.

- Sí ese es mi nombre, y pasa que a mí me daba miedo llamar, porque no sabía quién podría ser la persona que tuviera mi celular.

- Pues ya ves que no estoy tan fea. Y por cierto aquí tienes – Sacó el celular de su cartera y me lo dio.

- No, no, muchas gracias qué suerte y qué raro que te lo hayas conseguido tú.

- Oye pues sí que coincidencia, y ¿tienes planes para hoy?

- La verdad es que no, me voy a pedir una malteada. Ya vengo – Se levantó y fue a hacer su pedido.

Que locura que fuera su teléfono. Pero todo pasa por algo, es tan linda y tan graciosa, estoy súper segura que seremos muy buenas amigas, pensé en ese momento.

Luego de que Poché regresará nos quedamos hablando, fácilmente nos dieron las dos horas allí. Teníamos tanto en común, hablamos de música, de baile, de canto, de arte, de moda, maquillaje, series, en fin que no terminábamos con un tema cuando ya estábamos saltando al otro. Literal que nos desconectamos del mundo esas dos horas, pero, el hambre no tardó en llegar.

- Oye Poché, es lo más divino hablar contigo pero ya tengo mucha hambre.

- Huy sí, ya está mega pasada la hora del almuerzo, sabes que por acá cerca hay un restaurante de comida italiana buenísimo ¿quieres ir?

- Me encantaría, pero vamos rápido que me estoy muriendo de hambre.

Nos pusimos en marcha hacia el restaurante, nos fuimos en mi carro y ella me iba indicando el camino que debía tomar, de verdad fue súper lindo pasar todo ese tiempo con ella, es que no hubo nada de lo que dijera que no me gustara o me hiciera reír. Llegamos al sitio, y de una vez nos tomaron la orden, ella pidió lasaña y yo pedí pasta, y la conversación continuó mientras esperábamos.

Tu historia se cruzó con la mía.Where stories live. Discover now