...

1.2K 161 37
                                    

Los días han pasado.

Todavía me niego a aceptar que ya no me amas, o que nunca lo hiciste, sigo sin dormir, mi ansiedad no mejora y he desarrollado un tic nervioso.

No te ganas todo el crédito.

Mis problemas personales aumentaron. En casa, sólo me joden más la cabeza y el autoestima, solo puedo sentirme más inservible día con día. Pero no puedo llamarte — aún no puedo —, o mandarte un mensaje para que alegres mi día, para que me digas algo bonito.

Estoy sufriendo, en demasía, pero no quiero alterarte a ti o alterar a otros, no quiero molestarlos, mis emociones son sumamente inestables, mi tristeza diaria ya no puede esfumarse con un recuerdo tuyo. Porque cada vez que lo intento, solo puedo llorar aún más, solo obtengo más razones para creer que no sirvo, que todos algún día se van a cansar de mí cómo tú — lo siento, no quise llevarte hasta este  punto —, ahora que veo tus fotos, solo puedo limitarme a imaginar que vivo en ellas, intento recordar todos los buenos momentos, pero al final, mi felicidad me lleva a mi propia desgracia.

No tengo la cuenta de cuantas veces puse mi dedo tan cerca de la pantalla al seleccionar tu contacto, cuantas veces escribí un mensaje y lo borré antes de que siquiera pudieras notar que estaba escribiendo, cuantas veces he checado tu cuenta de Instagram para saber si continúas siguiendo la mía — creo que ya no lo haces —, o cuantas veces lloré después de ver tus videos diciendo:

"Lo siento niña, necesito que me perdones, perdón, lo siento tanto, no quise, no quise, no quise... Lo siento, perdóname"

He pedido en silencio tu perdón desesperadamente. Creo que estoy loca, enferma o simplemente soy una puta obsesiva, solo sé llorar tu nombre mientras bailo y canto canciones que me recuerdan a ti, a nosotras, riendo escandalosamente de lo patética que debo estar luciendo.

La gente sigue preguntando que ocurre — no quiero decirles que estoy mal —, pero dime, como suavizar, como decir sin avergonzarte:

"La gota que derramó el vaso para caer y ahogarme en mi propia, ridícula, innecesaria y patética tristeza, fue el hecho de que me he enamorado y obseisonado profundamente con mi mejor amiga, y solo puedo pensar en lo enferma que he de lucir ahora mismo, y me dejo consumir por el pensamiento de lo traumada que ella estaría si supiera la verdad".

¿Cómo decir que mi razón de felicidad y alegrías diarias ha desaparecido? ¿Se ha hartado de mi? ¿Se ha abrumado de tanta atención y tanto descarado y patético amor? ¿Cómo decir, que sin ti he caído en el abismo que me impedías caer?

Me han recetado pastillas para la ansiedad en el médico, mi madre a dicho que no las tome, que no estoy deprimida — tiene razón, solo estoy exagerando, entonces me sentí aún más patética.

Las dejé. Pero no podía dormir, días y días de insomnio me han estado atormentado — aún —, por lo que volví a tomar las pastillas.

Ahora dormía en exceso. Mi problema de salud en el corazón no ayudaba, mi pulso es más bajo de lo normal, por lo que me canso con facilidad — ya no podré correr cómo hacía contigo aquel día del niño cuando volamos mi cometa, o para huir de los huevos rellenos de confeti que reventaste sin piedad sobre mi cabeza —, los efectos secundarios de los medicamentos al tomarlos de manera inestable salen a la luz cuando sin razón alguna comienzo a tener un ataque de ansiedad en casa de mi abuela. Le confesé a mi mamá que no he dejado las pastillas — tal vez intenté llamar su atención —, me dijo que no las tomara de nuevo. Pero no hizo más...

No me detuve, necesito dormir — necesito dormir —, pero tampoco quiero estar en casa, por lo que me las he olvidado cuando fui a otro lado.

Entonces comencé a darme cuenta que he caído por el simple hecho de que no me has correspondido...

Ja ja ja ja ja ja, ¡porque no me has correspondido!

Y también por el hecho de que no tuve el derecho a una explicación.

Entonces he vuelto a llorar — seré idiota —, no sabes cuánto te extraño, cuánto me haces falta. Lamento no poder olvidarte, de verdad no sé que me sucede. Lamento ser tan repugnante y estar tan enferma. Lamento ser tan extraña. Lamento esas veces que te he dejado en vergüenza en público debido a mi extravagante personalidad. Perdón por esas veces que no te he comprendido. Perdón por la veces que te he hecho sentir incómoda. Perdón por ser tan egoísta y no pensar en ti.
Por no dejar de revisar tus redes, tus fotos, y preguntar por ti en mi cabeza inconscientemente — y por seguirlo haciendo —.

Pero no te preocupes por mi, es temporal, ¿cierto? Todos me dicen que te voy a superar. He visto en la televisión que es así — no siempre —, no quiero olvidarte, de verdad estoy muy aferrada a ti, conservo cada regalo, cada detalle, cada recuerdo con cuidado y cariño.

Lo siento, vuelvo a verme obsesiva, ¿no es así? Sólo quería que supieras mi versión de la historia, pero nunca sabrás de esto por mi — no por mi —, mientras lo he escrito, me he dado asco, lástima, y me he sentido muy patética y mal, pero aún así, no me arrepiento de nada.

Te amé — aún lo hago —, disfruté de ti y tu compañía, de tu hoyuelo, tu lindo diente, tus cabellos dorados, tus lindas sonrisas, tu melodiosa voz, esos ojos cafés, tu suave piel, tus grandes manos y tus cálidos abrazos.

Después de todo, fuiste mi amiga más que nada, nunca voy a olvidarte.

Y sé que lo he dicho tantas veces, que debes de estar harta un vez más de mí — ¿acaso no tengo limites? —, y lo más probable es que sigas cortando cada lazo y eliminando cada foto — yo también hubiera huido de mi —, pero de verdad necesito que quede más que claro.

Lo siento.

Lo siento. Where stories live. Discover now