Oscillantis via

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El cielo, casi completamente negro, no permitía dudar sobre el lugar donde se hallaban, aunque si lo permitía sobre los porque.

A decir verdad, a esta altura de la historia nadie estaba seguro de nada, más allá de la certeza de estar en el borde mismo del universo, si tal cosa existía. ¿Cuánto habían viajado? Las computadoras lo decían claramente, millones de parsecs, la ruta estaba allí claramente marcada, aunque muchos pusieran en duda el punto de partida. Pero, ¿para qué? eso no lo decían, pues nada sabían de los intereses de los humanos que las habían creado, ya que los datos que los indicaban eran ininteligibles para ellas, pues habían sido escritos para los humanos de las generaciones posteriores...salvo que estos habían perdido también la capacidad de interpretarlos.

Ahí estaban las ecuaciones de Perez y los puntos de Verdi...con lo que ello quisiera o pudiera significar, si es que aun significaban algo.

No solo eso, ya hasta los recuerdos de los humanos empezaban a ser difusos, mas allá de los registros de los bancos de memoria, nadie había vivido ni había conocido a nadie que hubiese vivido o siquiera que conociera a alguien que hubiese conocido a alguien que hubiese vivido el comienzo del viaje.

De eso ya habían pasado varias generaciones. Y sin embargo, y a pesar del desanimo que a veces parecía crecer, tenían dentro esa extraña convicción de que había algo. Pero ¿qué?

Le dolía la cabeza, cerró los ojos unos instantes y dejo libre su mente, permitiendo que la computadora se hiciera cargo, temporalmente, de guiar la nave. Sin la carga del control de la nave, su imaginación vago por espacios desconocidos, visiones verdes y azules, amarillas y blancas, se formaron en su interior, olores y sabores jamás sentidos llenaron su boca y nariz, texturas extrañas acariciaron su piel. ¿De dónde venía todo eso?

Abrió violentamente los ojos sacudiendo la cabeza en un incontrolado espasmo, al tiempo que, rápidamente, miraba toda la estancia, temiendo que alguien hubiese notado algo. Ya no era como dicen era en otros tiempos, cuando nadie osaría siquiera sugerir que había podido notar algo raro en un piloto, no, esos tiempos habían pasado, y pronto, si no se hacía nada al respecto, temía, llegarían otros tiempos, tiempos en que hasta la autoridad seria cuestionada.

Pero, hasta que eso pasara o se pudiera evitar completamente, el seguiría siendo un piloto y debía guardar las formas, por el bien de todos. Miles de vidas en cientos de naves dependían de eso.

El turno termino y el reemplazo llego. Como en un sueño se dirigió al cuarto G a hacer ejercicios. Antes de entrar se quedo mirando la letra en la puerta, sabía que era un recordatorio de algo relacionado con la gravedad del planeta de origen. O del que se decía todos eran originarios....la cabeza volvió a latirle, pero trato de ignorarlo.

Se coloco en una maquina y empezó a ejercitar las piernas, arriba, abajo, arriba, abajo, 1, 2, 3, un pensamiento le cruzo la mente y le dibujo una sonrisa en la cara, ¡parecía un niño en la edad de los ¿porque?! Pero, ¿Por qué arriba y abajo? ¿Qué sentido tenía eso en el ingrávido espacio?, en las naves apenas lo tenía fuera de las zonas G, en el resto cualquiera podía estar en cualquier posición y nadie podría decir nada de arriba o abajo, aunque tuviera sus ojos frente a los pies de otro que, a su vez, estuviera observando sus botas....necesitaba un descanso.

Oscillantis viaWhere stories live. Discover now