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Era la noche de día de muertos, como todos los años fui con un amigo a pedir calaverita, usando unos disfraces muy básicos, pero este año fue algo diferente, sus padres de mi amigo decidieron visitar una colonia que nunca habíamos visitado, pero rumores decían que se ponía muy interesante y padre con adornos, ofrendas y eventos muy padres. Pero nunca olvidare lo que ocurriría esa noche.

Caminamos por varias horas pidiendo dulces en bastantes casas hasta la noche, los padres de mi amigo ya querían irse pues muchas casas ya estaban recogiendo los adornos y las calles se estaban quedando poco a poco vacías, pero les pedimos que nos dejen visitar una casa nada más, buscamos las casas más cercanas de nuestro alrededor, pero a todas se les había acabado los dulces.

Hasta que llegamos a la ultima esperanza para nosotros, la ultima casa al final de la calle. Cuando llegamos, en la entrada nos encontramos con un chico recogiendo algunos adornos y envolturas del suelo, nos saludo y nos preguntó si queríamos dulces señalando una mesa llena de estos. Le respondimos que sí, sin embargo, este nos dijo que, con una condición, el chico nos explico que toda la noche estuvieron haciendo un concurso en el que los que llegaban a pedir calaverita tenían que aguantar tres historias que se les narraba y quien aguante las 3 se llevaría todos los dulces, pero al parecer nadie lo había logrado, por tiempo o por que eran de verdad aterradoras historias.

Aceptamos el reto, solo que nos dijo el chico que como ya habían guardado los puntos para narrar las historias, nos preguntó si aceptábamos una historia improvisaba en vez de tres, aceptamos la oferta.

Tras pensar un poco comenzó con su cuento.

Una historia de terrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora